JADE (RYUVIN/GYUBRIK)

玉：(CUARENTA'Y'SEIS)四十六

Por algunos momentos, el silencio fue absoluto en la habitación.

Ricky tenía el cuerpo rígido y los pensamientos corriendo a mil por hora. Intentó reformular las palabras de Jiwon para encontrar en dónde se estaba confundiendo, qué es lo que estaba malinterpretando. Había revisado y vuelto a revisar, esperando que todo fuera un error.

Sin embargo, no importa de cuántas formas intentó darle otro significado a las palabras que Jiwon dijo, simplemente no había.

Finalmente, una risita nerviosa salió de entre los labios de Ricky, sus pupilas temblaron y negó con la cabeza.

—No, estás equivocada.

Jiwon habló con paciencia:

—Hice un análisis de sangre para estar segura.

—¡Entonces haz otro! ¡Algo debió salir mal! ¡Simplemente es imposible! ¡Hice de todo para cuidarme apropiadamente! ¡Realmente! ¡Es imposible! ¡No es verdad! ¿Por qué me haces esto?

Ricky se deshizo del agarre de las mayores y se apuró hacia el salón.

—¡Ri! ¿Adónde vas? ¡Hablemos primero! —la Señora Lee fue tras él.

—¿Cómo se supone que hablemos cuando están diciendo tonterías? ¡Hice todo lo necesario para cuidarme! ¡Esto no puede estar pasando!

Ricky rebuscó en la estantería hasta dar con las llaves de su Jeep.

Las mayores se escandalizaron al ver a Ricky ir en dirección de la puerta, lo sostuvieron de los brazos y le arrebataron las llaves.

—¡Ricky!

—¡Déjame ir! ¡Iré con Jeonghyeon! ¡Él dijo que me recomendaría a su psiquiatra! ¿No dijeron que tenía alguna regresión o algo así? ¡Lo arreglaré, así que déjame ir!

—¡Ricky, tranquilízate primero! ¡Escucha!

El rubio se llevó las manos a la cabeza, aferrándose a su cabello con fuerza, como si eso pudiera darle algo de control sobre lo que estaba sintiendo. Sus dedos temblaban, y un sudor frío cubría su piel. "No puede ser... no puede ser..." repetía en voz baja, como si al decirlo pudiera de alguna manera negar la realidad.

Su corazón latía tan rápido que sentía que iba a estallar en cualquier momento. El sonido de su propio pulso retumbaba en sus oídos, acallando cualquier otra cosa a su alrededor. Los pensamientos se arremolinaban en su mente, cada uno más aterrador que el anterior. "¿Cómo pudo pasar esto? ¿Cómo?" pensaba, sintiéndose impotente, atrapado. "Hice todo bien... siempre fui cuidadoso..."

De repente, Ricky se aferró a Jiwon.

—¡¿Eres Doctora no es así?! ¡Bien, entonces sabes cómo arreglar esto! ¡Si es verdad lo que dices, tienes que sacarme esto! ¡Hagámoslo ahora mismo, vamos a tu consultorio!

—Tienes que pensarlo con calma, tu--

—¡¡¡No!!! ¡No lo entiendes! ¡No necesito pensar! ¡¿Qué es lo que tengo que pensar?! ¡Ya lo decidí, si no lo vas a hacer tu, lo haré con alguien más!

—¡Tienes que pensarlo con detenimiento! Solo te acabas de dar cuenta ahora, ¿Cómo puedes tomar una decisión en este estado mental?

—¡Ya lo pensé! ¡Toda la manada está contando conmigo para recuperarme antes de que estalle la guerra! ¿Cómo me puedo quedar así?

La guerra se avecinaba, la manada contaba con él, no había espacio para debilidades, y mucho menos para un embarazo. ¿Cómo iba a luchar en este estado? Pero lo que más le aterraba no era la guerra, sino la reacción de Gyuvin.