Bloody Justiciar

There is never a time or place for true love. It happens...

Ha pasado cuanto? Sorry por no actualizar por tantos meses, no había tenido mucho tiempo, y añadámosle a eso que me lastime una de mis muñecas  así que no podia escribir (inserte carita triste XD). Intentaré ponerme al día con mis otras historias, pero no prometo nada porque aunque mi muñeca esta muchísimo mejor, no quiero volver a lastimarme. Besos a los que sigan por ahi leyendo! 

Capitulo: Nunca hay un tiempo o lugar para el amor verdadero. Solo ocurre. 

Es de noche, el sonido del viento al colarse por la ventana abierta, y el ulular del búho que vive en el árbol a pocos metros de su habitación es todo lo que acompaña el profundo, pero reconfortante silencio que le ha acompañado desde que regresaron de la misión. Wednesday había decidido enfocarse en su escritura, derramando sus pensamientos sobre las pálidas páginas, buscando escapar de aquellas emociones que aún le costaba trabajo interpretar pues no es natural para ella admitir que su corazón dolía cuando escucho a Enid reír junto a Tara. Enid dijo que debía confiar en ella y la joven vidente lo hacía; solo necesitaba organizar y controlar sus pensamientos y emociones. De un golpe, arranca la hoja de papel; solo ha logrado crear frases sin sentido ni concordancia. Sentiría vergüenza de sí misma si las voces en su cabeza no fuesen tortura suficiente.

- Ahora no, Dedos. – declaro poniéndose de pie, sus piernas llevándole hasta la ventana con vistas al jardín. La luna llena reposa sobre ellos, fingiendo cuidarles...gritándoles que la seguridad residía en el interior de una casa cálida y no en la frialdad del bosque.

"Willa! ¡Vamos, acompáñame!" la voz de Theodore resonó en sus oídos.

En ocasiones, cuando estaba a solas, o cuando el silencio era tan palpable que incluso ella con toda su oscuridad se sentía espantada, Wednesday era capaz de escuchar la voz de su hermano mayor como si este estuviese a su lado: como si no hubiesen transcurrido años desde su asesinato.

"Oh, por dios, ¡la vas a espantar!"

Fue por medio de Theodore que adquirió la habilidad de ser "medianamente" normal. Su hermano le mantenía anclada a una realidad que ella aborrecía. Aprendió de el a no quedarse mirando fijamente a las personas que encontraba extrañamente atractivas o intelectualmente interesantes; en ocasiones, regresaba a su antigua manera de ser...como con Enid.

- ¿Qué me aconsejarías ahora, Theo? – murmuro la vidente apoyándose del marco de la ventana, cerrando los ojos para percibir con claridad como el viento le acariciaba el cabello que aún no confinaba en dos trenzas pues había salido del baño hace no tanto tiempo.

Seguramente su hermano le diría que no debía tener miedo (no que tuviese miedo para iniciar), y le instaría a comprender sus emociones en lugar de empujarlas en cajones y ocultarlas en lo profundo de su subconsciente. ¿Qué tan seguro era seguir el consejo de un muerto? La pelinegra suspiro. Precisamente por seguir los comandos de su corazón y no de su cabeza, Theodore había perdido la vida. Su padre solía decir que Theo no perdió su vida, sino que la ofreció a cambio de salvar las vidas de otros. Pero ¿Qué sentido tenía esto? Él no estaba...no estaba para ayudarle a decidir cual curso de acción era mejor. Si tan solo él hubiese pasado de largo, ignorado la premonición que Wednesday vio...dejado morir a aquellas sirenas...entonces el estaría vivo...y ellas no.

- Voy a dormir, Dedos...excúsame con mis progenitores. – ordeno la vidente quitándose la bata que cubría su cuerpo desnudo, y acercándose a la cama.

Las mantas de satín le recibieron bajo su cobertura. Ella se acomodó sobre su costado, deslizando una mano hasta la almohada donde el día anterior Enid había descansado su cabeza mientras veían un documental. Sinclair había deseado ver una película...y ella le había convencido para que viesen lo que ella deseaba. Wednesday trazo la almohada, recordando la sonrisa de Enid, sus ojos azules brillando con tantas emociones que era difícil para ella interpretarla. Ella era egoísta; siempre lo había sido, pero en esos momentos, supo que, si realmente deseaba estar con Sinclair, debía ceder. No debía esperar que fuese Enid quien abandonase sus gustos por ella...debía esforzarse un poco más...porque realmente deseaba ser la persona que Enid Sinclair necesitaba...no solo un deseo fugaz, no solo un incendio que consumía el exterior de la joven loba sino un oasis, un refugio, una protectora...un hogar.