Me sentía bien, me sentía cálida, como si estuviese acostada en una nube – o bueno si pudiera ser posible, estoy segura que así se sentiría – era como si mi cuerpo tocara fina seda, algo de calor se va formando en una parte de mi cuerpo, y luego llegaba ese aroma a mis fosas nasales, abrazándome, haciéndome sentir reconfortada, suspirando el delicioso aroma, adentro más mi naríz a esa nube de seda. Pero como todo buen momento tiene que acabar fui abriéndome paso a mi consciencia, a ir despertando haciendo que imágenes se formarán en mi cabeza: montada en un auto de último modelo, con luces rojas, Jeon Jungkook abrazándome, viendo su rostro mientras las luces de la ciudad iluminaban su rostro hasta que todo se fue oscureciendo…
¡Un momento!, eso no había sido un sueño, yo estaba en el auto de…
Mis ojos se abren de la impresión, haciéndome quemar un poco las retinas por la luz que iluminaba en lugar en donde estaba, cuando estos se acostumbran a la luz lo primero que observó es una pared color crema, al voltear hacia la izquierda un ventanal me recibe con cortinas del mismo color que las paredes solo que un tanto transparentes haciendo entrar la luz del sol. Me fui incorporando en la cama para observar mejor mi alrededor. En frente de mi había un televisor que abarcaba la mayor parte de la pared, debajo de este había una cómoda color marrón oscuro, con jarrones llenos de flores blancas, a mi derecha habían dos puertas.
Las sábanas estaban combinadas entre blanco, gris y azul. Colores fríos a mi parecer, detrás de mi no había cabezal sino una pared de color gris con un hermoso cuadro, una mesa enana a un lado de la cama con lámparas guindadas en el techo, bostezo sintiéndome incomoda por todo lo que observo me levanto. ¿En dónde me encontraba?, ¿era este el apartamento de los chicos?, voy hacia la ventana abro las cortinas, para mi sorpresa no me encontraba en Hannam the Hill, mas bien… era como si estuviese en una colina. Vuelvo mi mirada a la habitación, era muy linda, pequeña pero acogedora. La puerta que estaba al lado de la pared se abre mostrando a Jeon Jungkook, al observarme me regala una pequeña sonrisa.
–Buenos días noona – dice a la par que entra por completo a la habitación – ¿cómo se siente noona?, ¿pudo descansar? – su mano se acerca a mí mejilla y por instinto me apego más a ella para sentir su calor e inhalar su olor tan característico que tanto me encantaba.
Al percatarme de mi actuar me alejo de su mano y bajo mi mirada sintiendo como mis mejillas se van calentando.
–Sí, pude dormir muy bien, gracias – le sonrió un poco – pero, ¿en dónde estamos?, estoy segura que no es Hannam The Hill.
Jungkook niega con la cabeza observando la ciudad, yo hice lo mismo, por lo que pude observar estábamos en un piso alto. Aunque todos los edificios en Seúl eran rascacielos.
–Estamos en las afueras de Seúl, cerca de Icheon, es un lugar tranquilo – se voltea a verme con una sonrisa de medio lado – en mi apartamento.
Obviamente me quedo sorprendida al escucharle decir eso, la habitación queda en silencio hasta que un teléfono comienza a sonar, del pantalón deportivo de Jungkook saca su teléfono celular, lo observa por un rato hasta que hace un gesto de fastidio, rechaza la llamada y lo vuelve a guardar.
–Será mejor que te arregles para irnos, eoma anda insistente con que lleguemos y conocerte. Nos tocara desayunar en el camino.
–¡Oh! – fue lo único que pude decir.
Quedamos en un tranquilo silencio, observándonos el uno al otro, sin saber que más decir o hacer.
–Mmm – se aclara su garganta y mete las manos en los bolsillos – el baño es el de esta puerta, te deje una de las maletas y tu bolso, la otra está en el auto, una vez termines ve a la sala principal – a continuación se vuelve a acercar a mí y me da un pequeño beso en la mejilla, beso que me deja sin respiración y sorprendida.
ESTÁS LEYENDO
SPRING DAY 🍃 ( Jeon JungKook) 🍃[Editado]
Fiksi Penggemar🌸🍃 El firmamento era de un azul tan intenso, las nubes esponjodas y un gran sol hacia iluminar las flores de cerezo que danzaban en nuestras cabezas junto al viento que aunque fuese cálido calaba sobre mis huesos. ¿O había sido la canción que aqu...