Conocemos a dos niños huérfanos de la tierra, ambos son inseparables y son solo se tienen el uno a otro. Tenemos al joven Serrure, un huérfano con actitud alfa y dominante que no dudará en golpear antes de decir hola. un chico muy sobreprotector y m...
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Finalmente, el auto se detuvo en lo que sería su nuevo hogar. Era una casa humilde de la zona de New Jersey, un barrio residencia con casas iguales una de otra, del tipo de ladrillos y que uno confundiría una de la otra. Este estaba dentro de lo que parecía ser un pueblo a las afueras de la misma ciudad.
Era un escenario algo diferente al que estaban acostumbrados los adolescentes. Serrure estaba acostumbrado a ver edificios altos cubriendo los horizontes, le parecía extraño estar en una comunidad de casas bajas y arboles franqueando las calles.
El vehículo se detuvo en el garaje y la pareja se dirigió a los chicos.
-Bien aquí es… les aseguro que les agrada este lugar… sé que al principio les parecerá incomodo… pero les aseguro que les agradara estar aquí- dijo el hombre de forma simpática, quien se presentó como Víctor Vázquez.
Los adultos bajaron del auto, y les abrieron la puerta a los chicos. Ellos bajaron mientras veían la modesta casa, Serrure se preguntó qué era lo que les esperaba aquí, mientras Billy estaba ansioso, la idea de un hogar familia era un sueño que siempre había tenido, así que en el fondo tenía varias expectativas.
Les abrieron las puertas, y los chicos entraron a un hogar… que era un poco caótico. Había mucho desorden en todas partes, ropa, juguetes y cuadernos tirados por toda la estancia.
-Les dije que limpiaran- dijo la mujer de forma frustrada, quien se llamaba Rosa Vázquez –Bueno… hogar dulce hogar- dice señalando todo.
Billy le pareció divertido todo ese caos, lo que de hecho le daba confianza. Él pensó que en su orfanato no permitirían todo eso, es más, diariamente él tenía que limpiar todo por orden de la directora. Serrure le pareció interesante, era fan del orden, sin embargo, el hecho de estar desordenado le agrado.
- ¡Ya llegaron! ¡Ya llegaron! - dijo una vocecilla muy emocionada.
Bajando por las escaleras, apareció una niñita muy simpática, como de 8 años, de constitución afroamericana, delgada, y con dos moños sobre la cabeza. La niña corrió rápido y abrazo a Billy, lo que lo asusto. Luego abrazo a Serrure, quien le incomodo… él no era fan de los abrazos, ni de los niños pequeños, y ni de los abrazos de los niños pequeños.
-Ella es Darla… es muy afectiva- dice Víctor de forma amable.
-Aja sí, me la pueden quitar- dijo Serrure a un incómodo.
- ¡Me hace feliz tener nuevos hermanos! ¡Les encantara este lugar! - dice ella terminando el abrazo - ¡Vengan les tengo una sorpresa! -
Ella tiro de los brazos de los chicos y los llevo a lo que parecía la mesa del comedor. Ella entonces se quejó al ver sobre la mesa un montón de pesas, las cuales estaban presionando unos papeles de color rosado con brillantina de color rojo/ Billy mirándolo con cuidado, se dio cuenta que era un tipo de cartel con sus nombres escritos allí.
