𓂃❛꒰ Capítulo 07 ꒱❜

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Jimin entró a la habitación
de su padre tras despedirse del
pequeño azabache.

-Appa, ¿necesitas algo?-
preguntó después de que los
guardias cerraran la puerta.

-Escuché que hoy tuvisteis una
amenaza -respondió Seokjin,
leyendo uno de todos los papeles
que se encontraban en su mesa.

-Así es-afirmó, dándose cuenta
de que Jisung y sus hermanos se
encontraban en la habitación
también.

El rey dejó el papel en la mesa y
levantó la mirada, mostrándose
serio.

-Hablemos-sonrió,
levantándose.

「❀」

Jungkook salió de su habitación
a para ir a la de Bambam,
su compañero de baile y se
sorprendió cuando vio que estaba
lloviendo fuertemente y el cielo se
encontraba tan oscuro que parecía
ser negro.

«Esta mañana estaba soleado…»
pensó éste.

Se sorprendió aún más cuando vio
en el tejado al príncipe mayor y a su
consejero, quien protegía a ambos
de la lluvia gracias a un paraguas
con decorados de flores plateados.

—¡Majestad! ¿Qué hace ahí?
-preguntó aunque su voz se
distorsionó un poco por el ruido de
las gotas al caer.

Y, entonces, lo vio: el príncipe
estaba llorando.

Por un pequeño instante, le pareció
ver cómo la lluvia frenaba un poco
y las nubes se aclaraban cuando el
rubio le sonrió... aunque quizás
fue simplemente su imaginación
debido a que desde que vio por
primera vez a Jimin, sentía que
tenía un brillo propio.

-Joven bailarín, debería entrar a
no ser de que quiera enfermarse-
dijo un guardia, a sus espaldas.

El mencionado simplemente asintió
y fue a la habitación, pensativo.

¿Por qué le daba una sensación de
que esto ya lo había vivido antes?

「❀」

Pasaron dos días donde,
curiosamente, no dejaba de llover
sólo por medianoche, esto siendo
algo que realmente extrañaba a los
bailarines.

Según los rumores que escucharon
mientras estaban de camino a
este lugar, dijeron que en el Reino
siempre hacía buen tiempo y nunca
llovía y en caso de que lo hiciese,
sólo duraba dos horas como
mucho.

La ciudad tenía esa extraña fama.

Otro rumor que también habían
escuchado era sobre la familia
real, la cual supuestamente era
realmente extraña pero, del tiempo
en el que habían estado aquí,
a ninguno de los bailarines les
pareció ver algo fuera de lo común
a la familia.

Pero, a pesar de que a Jungkook
siempre le habían dicho el famoso
refrán de "cuando el río suena,
piedras lleva", no le dió mucha
importancia.

Después de que la lluvia cesase, el
bailarín decidió salir al patio para
tomar un poco de aire y así estirar
su cuerpo también.

-Jungkookie, qué madrugador
eres, aún no salió el sol y ya estás
aquí-dijo Jisung, sonriente,
saliendo de una puerta el cual no
sabía de qué habitación era.

-Bu-buenos días-tartamudeó,
inclinándose un poco por respeto.

Por el rabillo del ojo pudo ver
a Jimin yendo a otro lado,
secándose la cara con una toalla
de tela fina de color amarillo casi
dorado.

-¿Quieres hablar con él?-
preguntó el mayor, después de
seguir la mirada del pequeño
azabache.

-¿A-ah? -se sonrojó.

Jisung dejó salir una risa.

-Tae tenía razón, eres realmente
adorable.

«¿El príncipe habla de mí?» pensó
con el corazón acelerado.

-Bueno, tengo cosas que hacer,
¡nos vemos!-se despidió, dejando
al bailarín solo.

「❀」

-¿ Dónde estabas?-preguntó
Jimin cuando Jisung entró a su
habitación.

-Estaba resolviendo unas cosas-
medio mintió éste.

Obviamente, la respuesta no le
convenció mas decidió restarle
importancia.

-Jungkook-ssi quiere verte-
informó con una sonrisa.

Jimin sintió algo en su
estómago, un sentimiento parecido
al del día anterior, justo cuando
estaban ambos en su lugar secreto.

-¿Por qué querría verme?-
preguntó confuso, dejando las
navajas en su lugar.

-No sé, ve y pregúntale-responde
con una sonrisa pícara.

El menor alzó una ceja.

-Por un momento, ha habido sol
más brillante, justo cuando te he
dicho que el bailarín quería verte…

El mayor se sentó al lado de
su mejor amigo, recordando el
momento en el que se conocieron
por primera vez y que éste lloró y
obligó a su padre a que se quedara
para darle apoyo y consejos, esa
siendo la razón por la que era el
consejero real del rubio,debido
a ese recuerdo, no pudo evitar
mostrar una sonrisa melancólica.

-Voy a visitarla en la tarde -
informó Jimin, quitándose los
guantes.

Jisung salió de sus pensamientos y
ladeó la cabeza.

-¿Qué ocurre?-preguntó confuso,
ya que Jimin sólo iba a visitar
a su madre cuando se encontraba
realmente mal.

-Nada…sólo quiero verla-
respondió simplemente.

El mayor lo analizó varios segundos
para ver si estaba mintiendo más,
aunque parecía que no lo estaba
haciendo, sentía que algo le estaba
ocultando.

-¿Quieres que te acompañe?-se
ofreció.

-Sí, por favor.

Alguien los interrumpió tocando la
puerta tres veces antes de abrir sin
que ninguno de los dos presentes
en la habitación le dieran permiso
para poder entrar.

-Hyung-llamó Hansol.

Y si no hubiera sido por aquel rostro
preocupado de su hermano menor,
Jimin le habria regañado por
ese acto descortés.

「❀」

-Me ha dicho un pajarito que
querías verme-sonrió el príncipe,
sobresaltando al bailarín, el
cual se encontraba en la sala de
entretenimiento leyendo el libro
que éste le regaló.

El azabache, como de costumbre,
se sonrojó cuando sus ojos
captaron el bello rostro del
contrario.

-N-no-negó nervioso.

-Oh, entonces, ¿no quieres verme?
-puchereó, fingiendo estar triste-
Entonces me retiro.

Y tuvo que aguantar una sonrisa
cuando el menor le cogió de la
manga para que no se fuese,
el pequeño en su mente no
entendiendo por qué tuvo el
impulso de detener al contrario ni
tampoco hizo caso a ese impulso.

-Esto...uhm, ¿po-podrías quedarte
con-conmigo?-tartamudeó,
mirando al suelo.

-Uh, ¿quién es migo? -bromeó
y se sentó junto a él-claro que sí,
pequeño.

El mayor se arrimó a él para ver por
qué página iba, dándose cuenta
que ya iba por las finales.

-En verdad ya me lo leí, estoy
releyéndolo-informó, ocultando
su nerviosismo al tener al mayor
tan cerca.

Tan, tan, cerca.

prince charming 𓍢 ִֶָ  jikook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora