𓂃❛꒰ Capítulo 09 ꒱❜

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La lluvia cesó de golpe pero el
cielo seguía oscuro. Jungkook
puchereaba mientras veía la
habitación del príncipe por la
ventana de su compañero de baile.

-Jungkook, ¿qué pasa?-preguntó
heechul, sentándose a su lado.

-es que...no sé, le extraño-
confesó en un suspiro, volviendo
su vista al libro que el rubio le
regaló.

-¿y eso?

Aunque el azabache quisiera,
tampoco podía expresarlo en
palabras ya que era un sentimiento
especial,un sentimiento único y
nuevo, un sentimiento que sólo
aparecía cuando estaba con el
mayor.

-No sé...quizás le haya cogido
cariño-respondió simplemente.

-Kookie, no quiero ponerte triste
pero no te encariñes mucho con
él porque nos iremos...y él es un
príncipe, no le importamos-dijo
después de un silencio.

Y algo dentro de él se rompió.

-Lo sé-mintió, con un nudo en la
garganta.

「❀」

-Y...¿cuál es tu pasatiempo? -
preguntó Jimin con una
pequeña sonrisa.

-Uh...no sé si dibujar o
leer...nunca me decido-respondió
la castaña.

"Recuerda que tienes que parecer
débil".

-¿Y tú?-preguntó ésta.

Ambos estaban en el patio
caminando por todo el palacio
mientras charlaban Jimin
y Jihyo, la hija de unos nobles
poderosos y, si su padre lo decidía,
sería su futura esposa.

-Me gusta leer y mirar el cielo-
dijo.

Jihyo se paró para ver el cielo,
el cual se encontraba realmente
nublado.

-No te agrado, ¿cierto? -sonrió
tristemente.

Jimin la miró detenidamente.

-¿Por qué dices eso? Eres
realmente agradable-entrecerró
los ojos confuso.

-Sé el porqué estás aquí hablando
conmigo sobre nuestra supuesta
boda en vez de estar haciendo
cualquier cosa -respondió,
poniéndose delante del príncipe-
no tienes por qué mentirme, tu
hermana me contó todo...o casi
todo, no sé, simplemente, lo
suficiente.

Y ahí fue donde el rubio forzó
una sonrisa y maldijo internamente
a su hermana menor ¿por qué no
podía mantener la boca cerrada?
Siempre contaba cosas cuando
no debía y ya no sabía si lo hacía
adrede o simplemente no entendía
que era un secreto que se debía
de mantener sólo entre familiares
o personas realmente cercanas a
ellos como lo era Jisung.

-No te preocupes, no diré nada
a nadie...simplemente pensé que
al menos podíamos ser amigos
porque yo tampoco tengo ganas de
casarme tan temprano-aclaró.

-Sí me agradas...-murmuró sin
mirarla.

Ella ladeó la cabeza, y, sin
entender, volvió a señalar el cielo.

-No tengo la suficiente confianza
para contarte la razón de... eso-
respondió de manera simple
y aunque la respuesta no fue del
agrado de la chica, tampoco replicó.

Jihyo simplemente se encogió de
hombros y siguió caminando.

-Perdón si mi padre te dijo cosas
extrañas para que te quedaras
conmigo o cosas raras de la "boda"
-se disculpó, rascándose la nuca,
acto que solía hacer mucho cuando
se encontraba incómodo con
alguien.

-Nah, mi padre también es así
cuando intenta buscarme un
buen prometido -rió, restándole
importancia- es más, él estuvo
hablando con tu padre diciendo
cosas sobre que soy una buena
mujer y bla, bla, bla. Innecesario
porque ya destaco de por sí.

El rubio rió levemente.

-Pero oye, ¿acaso no es extraño?
Tipo, eres Park Jimin, uno de los
príncipes más poderosos y el más
pequeño en conseguir ese puesto,
¿por qué esa necesidad de buscarte
prometida? ¡Ni que vuestro reino
estuviese tan necesitado! El rey
aún puede gobernar sin ningún
problema aparte de que es aún
bastante joven, comparado con
mi viejo, digo, ya me entiendes.
También tienes a tus hermanos.

«Si supieras...»

-Tampoco es bueno para el pueblo
que a tan temprana edad te cases,
¡a saber qué piensan de ti cuando
ni siquiera tú quieres casarte!

Jimin rió. Definitivamente la
chica la caía realmente bien.

-Majestad-llamó una voz a sus
espaldas.

Ambos se giraron, viendo a uno de
los guardias.

-Están viniendo-informó.

El semblante del rubio se volvió
serio.

-¿Quiénes?-preguntó Jihyo, seria
también.

-Los sulsas -respondió el
príncipe- quédate aqui y vigila el
templo junto a tu padre y algunos
guardias que te acompañarán,
confío en ti.

La chica asintió, obedeciendo
a pesar de no saber qué estaba
pasando pero tampoco la
importaba tanto como para
cuestionarse la situación que
parecía ser realmente grave.

Ella lo conocía desde que ambos
eran pequeños pero pasaron varios
sucesos que hicieron que el mayor
se olvidara de ella, fuera de eso,
también conocía a toda la familia
real y de la supuesta maldición.

Obviamente, ambos habían
cambiado desde ese entonces mas
la mirada del príncipe al ordenarle
qué hacer era tan... segura, tan
firme... justo como la mirada que
tenía cuando la salvó años atrás,
quizás por eso confió en él sin
dudar.

Porque Jihyo desconfiaba de casi
todo el mundo, por más mínima
acción a pesar de que su forma de
actuar y hablar pareciera que dijera
lo contrario... pero con la familia
real no era así y ella quería saber la
razón por la que siempre bajaba la
guardia con ellos y la hacían sentir
segura sin mucho esfuerzo.

Recuerda cómo su padre dijo que
era por su sangre y por la pequeña
maldición que cayó en ellos que los
hacía ver así pero ella nunca llegó a
creérselo, ¿qué clase de maldición
te haría ser bueno y dar confianza a
los demás?

-Padre -llamó seria cuando
llegó hasta él- debemos proteger
el castillo, órdenes del príncipe.
Según entendí, han aparecido
sulsas.

Seokjin miró al cielo en cuanto
se mencionó al príncipe para,
después, cerrar los ojos, tan
calmado que asustaba al noble.

-¿Majestad? -llamó el noble.

-El viento va a soplar fuerte, con
enojo,la tierra va a temblar, con
determinación y, el cielo, va a llorar
hoy-dijo como si fuera lo más
normal del mundo.

-A qué se refie-

Y no pudo terminar ya que, de la
nada, surgió un temblor por todo el
lugar.

-¡Jimin!-gritaron desesperados
los hermanos.

prince charming 𓍢 ִֶָ  jikook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora