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Leonardo nunca fue bueno para hablar sobre sus problemas o al menos de una forma muy seria, siempre había ocultado lo que en verdad siente con bromas y un ego asquerosamente alto pero eso le trajo grabes consecuencias y el más claro ejemplo de eso es la invasión kraang, la verdad no quería volver a rememorar aquellas experiencias pero su mente no le dejaba en paz sobre todo ya que no podía dormir gracias al ardor de sus heridas; su familia en general no lo había dejado salir mucho de su habitación luego que se recuperará de la mayoría de sus heridas y eso la verdad no le hacía bien a Leo, a el no le agradaba estar a solas con su mente pero no es como si pudiera hacer mucho hasta que una noche algo más fría de lo usual gracias a que el invierno se acercaba

Leo no podía dormir esa noche por culpa de su insomnio a si que decidió hacer algo más "productivo" y se puso a leer algunos de sus cómics mientras esperaba que pasara el tiempo de una manera más rápida, intentaba en no volver ahogarse en sus pensamientos otra vez y mientras intentaba concentrarse escucho un fuerte ruido en el lugar cosa que lo confundió, Leo se levantó de su cama con sumo cuidado y salió un poco de su habitación para poder ver si era alguno de sus hermanos pero solo había oscuridad en los pasillos del lugar Leo trago saliva ante esto

- más vale que ese ruido haya sido Dee - murmuró mientras tomaba sus odachis

Camino por la guarida revisando cada lugar para poder descubrir de dónde había venido el sonido hasta que llegó a la puerta del laboratorio de Donnie, en silencio y con cuidado abrió la puerta  notando que su querido gemelo estaba dormido en la mesa de trabajo, Leo dió un suspiro mientras pensaba en que pudo haber hecho tal sonido hasta que esos pensamientos fueron interrumpidos por otra vez el mismo sonido solo que esta vez no muy lejos de ahí, Leo trago saliva y se dirigió a la entrada de la guarida pero esto solo género que el miedo de la tortuga aumentará al ver toda la oscuridad que había haya afuera.

La mente de Leo empezó a traicionar le pensando en todas las posibilidades de que criatura pudo haber hecho aquellos sonidos, tubo varías posibilidades como: una rata (lo cual era más común) o algún bicho incluso pude haber sido algún vagabundo o persona que se habría caído a las alcantarillas pero había algo que le carcomia la mente a Leo y era aquella pequeña e imposible posibilidad de que haya sido... El kraang... Esto hizo que las manos de Leo temblaran, sabía muy bien que aquel pensamiento era simplemente lo que era, "un pensamiento" pero esto no hacia que Leo se preocupara menos al igual que no hacía que Leo no tuviera un poco de curiosidad de saber que era ese ruido.

La tortuga tomo bien sus armas y tragando saliva salió de la guarida hacia la oscuridad, al final caminar por las alcantarillas no fue lo más aterrador de hecho por alguna extraña razón tenía de nuevo aquel extraño presentimiento, Leo siempre había tenido aquellas sensaciones sobre todo con lugares en particular como la primera vez en el Nexus o cada vez que salía a las alcantarillas, realmente nunca le había gustado aquellos presentimientos debido a que simplemente generaban que su ansiedad e insomnio aumentarán por lo que había decidido desde el suceso con el kraang intentar ignorar las. Pero aquí en en las alcantarillas a muy altas horas de la madrugada sentía aquella sensación mucho más fuerte de lo normal, se sentía como si un escalofrío fuera por su caparazón, un rato cosquilleo detrás de su cuello y tenía la boca demasiado seca, Leo observó a su alrededor mientras apuntaba con la linterna de su celular para ver qué era lo que había hecho el sonido.

En ese momento sintió unas manos en sus hombros, Leo se quedó quieto en su lugar mientras intentaba procesar lo que estaba pasando, aquellas manos de manera fuerte y rápida lo empujaron hacia una pared de las alcantarillas generando que Leo botara sus armas y su celular al suelo, Leo cerro sus ojos por el golpe luego al abrirlos se encontró con un conejo de su misma altura con vestiduras azules parecidas a lo que sería un kosode; el corazón de Leo empezó a latir fuertemente pensando en que hiba a morir en ese momento por culpa de lo que probablemente sería un Yokai hasta que su corazón se detuvo al ver los ojos de aquel conejo nisiquiera Leo sabía por qué pero había algo en aquellos ojos que se sentía extrañamente familiar.

– quien eres y dónde estoy? – pregunto fríamente aquel conejo mientras apuntaba a Leo con una kanata, Leo trago saliva

– alcantarillas de New York, esto emm mi nombre es Leonardo Hamato emm podrías no apuntarme con tu katana por fis? – Leo estaba claramente nervioso y lo único que pudo hacer es sonreír intentando parecer relajado lo cual no resultó

–  ... que es New York? Y tú me apuntabas con tus odachis – reclamo aquel conejo pero después de notar la torpeza de la cara de Leo simplemente suspiro y bajo su arma

– espera no conoces New York? Vaya amigo si que no eres muy culto verdad? Auch! – Leo recibió un pequeño golpe en el hombro – ok ok perdón, disculpa pero como te llamas?

– mi nombre es Miyamoto Usagi – el conejo guardo su katana para después mirara de forma más tranquila a Leonardo

– Uuu lindo nombre – Leo recogió sus armas y su celular luego miro confundido a Usagi – disculpa no tu nombre es japonés?

– si, de hecho soy de Japón, aún no entiendo muy bien cómo llegué aquí – murmuro Usagi mientras mirara las alcantarillas

Leo pudo notar una marca de golpe en la nuca del conejo también pudo darse cuenta de que habían marcas de golpes en la pared de la alcantarilla, la tortuga asumió que fue Usagi intentando salir del lugar la verdad es que todo lo que estaba sucediendo ahora era medio raro pero aquella sensación de antes aún seguía ahí y está vez no podía ignorarla, Leo tomo del brazo a Usagi y le miro con una sonrisa más calmada

– disculpa esto Usagi, de verdad no recuerdas como llegaste aquí?

– no, me duele mucho la cabeza y estar en un lugar con tan poco conocimiento de este no ayuda mucho – Leo asintió ante lo que había dicho Usagi luego guardo sus armas y abrazo a el conejo de los hombros, Usagi simplemente hizo una mueca de confusión

– bueno en ese caso Usagi te tengo una propuesta, que tal si vienes conmigo y te quedas con mi familia hasta que resolvamos este asunto?

– estás seguro? No me gustaría que fuera mucha molestia tenerme en su casa

– nah! Tranquilo ven aquí y vámonos colita de algodón – Leo empezó a caminar muy confiado de regreso a la guarida

– por favor no me llames colita de algodón – se quejó el conejo mientras suspiraba y seguía a su anfitrión

– pfff amargado...

Leo simplemente caminaba al lado de Usagi, sabía muy bien que cuando su familia se diera cuenta de la presencia de Usagi le hiban a regañar por traer un extraño pero no podía dejar de pensar en que había algo más en toda esta situación además de que sentía que Usagi no podía ser una mala persona sobretodo luego de ver esos ojos brillantes que tenía o tal vez solo era una tontería suya pero al menos tendría algo en que concentrarse y olvidar un poco su pasado, eso era lo que esperaba...

Querido "Deja Vu" {Leosagi Au!}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora