Capítulo 2 Un Jaguar negro peligroso

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Se dio la vuelta y regresó, viendo preocupada el cielo las nubes negras se agitan en las montañas, relámpagos y truenos caen a lo lejos. Lo que le faltaba, apretó los dientes, miro las carpas están entre los árboles frondoso del bosque, no sabía cuál seguro estará, pero no podía permitirse un resfriado.

Rápidamente recogió las cestas de fruta apenas se comió unas pocas, tendrá unos 10 kilos de manzanas y 12 de melocotones, ató más cuerdas a la balsa y regreso. Son cuatro carpas en total miro la que está en mejor estado, hasta que se pase la tormenta espera que aguante, la verdad es que realmente necesitaba un lugar para quedar por la noche y no podía ser quisquillosa, busco y rebusco rápidamente hierbas repelentes de insectos y serpientes y los coloco por dentro de la carpa que está en mejor estado. Colocó las cestas de frutas y rápidamente corrió en recolectar leña, la carpa está limpia solo espera que el propietario no sea un mal tipo, toco el cuchillo de hueso en su cintura con preocupación.

Lo bueno es que la carpa es grande de unos 5 metros por 10 metros de ancho, la tierra del suelo es más alto que los alrededores y el agua no correrá a menos que sea una inundación y eso no pasará aquí.

Se puso en cuclillas mientras con piedras construyó la fogata coloco heno seco algunos ramitas secas y leña más gorda formando una pirámide, a un lado preparo la madera para taladrar para encender un fuego.

El viento soplo fuerte con locura y el día se convirtió en noche, los relámpagos brincaron sobre el cielo, y los truenos son tan fuertes que parece que se caerá el cielo.

No tenía el coraje en encender el fuego en una fuerte tormenta eléctrica el calor podría atraer los relámpagos, recordó las precauciones que se debe hacer, no estar bajo un árbol y lejos del agua.

Tampoco está bien estar en terreno plano, lo ideal sería una cueva o un coche. Suspiro con impotencia, nunca se imaginó que llegaría el día en cual tenía que vivir semejante aventura.

Se sentó en cuclillas mirando hacia afuera, la oscuridad es densa y el bosque más oscuro, un viento fuerte se inició del este, y las ramas chirriaban en el denso bosque de una manera espeluznante para alguien con una imaginación muy creativa como ella.

Todo tipo de escenas terroríficas aparecieron delante de sus ojos, cual de cual más temible, se abofeteo con las manos en un intento de disolver las imágenes.

La carpa de al lado que está un poco más delante de repente se rompió y salió volando sobre las alas del viento. Rápidamente salió con toda su valentía armada y a tientas encontró algunas piedras en colocarla sobre la piel, también fortaleció las cuerdas atadas a estacas en el suelo con las cuerdas que hiso. Rápidamente volvió a entrar en la carpa, apenas entro una fuerte lluvia cayó sobre la tierra. Gotas grandes y gordas caen con alegría tambaleándose en el fuerte viento, cayendo al suelo con un fuerte chapoteo.

Toda la tierra se empapo en un instante, las hojas de los árboles se tambalean bajo las grandes gotas, limpiando el polvo que los cubría. Cerro los ojos escuchando el tintineo rítmico y sosegado que suena a su alrededor, como si fuera un concierto de una gran orquestra, algún trueno retumba rompiendo el cielo con el crujido de las ramas y los árboles su cuerpo se relajó poco a poco y casi se cae dormida. El crujido fuerte de una rama la despierta de su aturdimiento y abre los ojos, bajo la luz de los relámpagos vio el contorno de un enorme gato negro, sus ojos brillan con luz fría y asesina, podría reconocer su raza de un vistazo es un Jaguar negro su corazón se aceleró.

El gato se movió perezosamente bajo la cortina de la lluvia, en su boca un ciervo cuya sangre todavía goteaba, su mirada todavía mantiene el salvajismo de la caza y exprimía un aura peligrosa asesina.

En su frente podía ver la

Isabela trago saliva, mientras el orco se le acercaba paso a paso mirándola con indiferencia.

Mundo de las bestias - la edad de piedraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora