Capítulo 3 Lluvia intensa

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La temperatura bajo mucho, pero el frescor de la noche no llego hasta ella las llamas del fuego calentó la pequeña cueva y la pequeña mujercita dormía plácidamente, sus ojos caen sobre la pequeña figura acurrucada sobre la piel de animal. Se alegro en su corazón de que trajo tantas pieles con él miró las llamas del fuego bajo su luz cálida su corazón parecía calentarse.

Mientras la pequeña mujer dormía tuvo un sueño. Podía ver una figura vaga sonriendo y parecía que le agradecía antes de empezar volverse cada vez más transparente y desaparecer. Podría sentir que se ha ido sonriendo y los recuerdos aun tanto confuso de antes se volvieron claros y su alma se sentía más liviana como si se asentara en ese cuerpo.

Los minutos pasaron y las horas llego un momento en el que la lluvia ceso por un tiempo, aun que las nubes oscuras no se disiparon, Calisto salió y recolecto mucha leña los puso a secar cerca del fuego, podía sentir que esta lluvia durará bastante, incluso logro recolectar más frutas antes que la lluvia empezará a caer de nuevo, en la madrugada ya el agua formó grandes charcos, por suerte la cueva está construida a una altura de medio metro y no hay posibilidad de inundación.

En la lluvia una figura vaga apareció Calisto salió a hablar con él, mientras el miraba hacia la pequeña mujer asentía a todo lo que Calisto le decía luego se dio la vuelta y tomo su forma animal. Un majestoso salieron de su espalda se elevó en un vuelo en la espesa lluvia y voló hacia la distancia.

Antes de que el agua crecerá más recogió la carne y lo coloco sobre hojas cuidadosamente colocadas. Empezó a cortarla como lo vio a ella hacerlo y pronto el olor a carne se elevó en la cueva. Luana abrió sus grandes ojos, al deslumbrar su figura se sintió tranquila, realmente esos días que paso sola solo ella sabe el miedo que tuvo en su corazón.

Se levanto y se estiro perezosamente como una gatita, se acercó a la cortina de agua que no cesaba de caer y miro sorprendida la inundación de afuera, la temperatura había bajado mucho y las gotas de lluvia se sentían frías sobre su mano, se lavó la mano y la cara bajo la mirada curiosa de Calisto. Era la primera vez que veía una mujer que se levantara y lo primero que hacía es lavarse el rostro.

Metió un dedo en su boquita lo arrastro de un lado a otro sobre sus dientes, luego tomo agua en la mano hiso gárgaras y lo escupió, se limpió la mano con cuidado de nuevo. Se sentía realmente bien en su cuerpo llena de vigor y energía. Se sentó al lado del fuego y dejo que sus manos y cara se secara. El hombre la miro con curiosidad su forma de comportarse no era como las de otras hembras.

Calisto le dio unos de los pinchos de carne. Luana le sonrió dulcemente.

- Gracias, dijo con una voz suave sus largas pestañas como abanico caen formando una sombra sobre su mejilla delgada.

Tomo el pincho y lo miro tiene buen color, olor y se ve muy apetitoso lo soplo y enfrió antes de darle un mordisco. La carne no es aceitosa, pero es blanda y masticable tiene sabor de salvaje. La falta de sal es obvia pero no puede quejarse es mejor que solo comer fruta. Después de comer medio kilo de carne se froto la barriga ligeramente abultada, ese pequeño cuerpo no comió tan bien en su vida, aunque ella como una viajera conoció muchos buenos platos, pero en los últimos tiempos la comida era asquerosa. Comió hasta que se sentía llena y se froto la pancita ligeramente abultada.

A su lado el hombre comió con gusto y con mucho apetito Luana puso los ojos en blanco solo con verlo comiendo casi babea y traga inconscientemente, Calisto pensó que seguía teniendo hambre así que le dio otro pincho con carne recién levantada de las llamas, ella negó con la cabeza y dijo.

- Estoy muy llena, se froto la barriga incomoda ya comió demasiado. Es solo que da gusto verte comer.

Calisto sonrió, esos labios hermosos lo hiso deslumbrarse por un momento. Avergonzada desvió su mirada hacia la cortina de lluvia, aun que ignoraba se daba cuenta de la atracción que sentía hacia este hombre.

Mundo de las bestias - la edad de piedraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora