Capítulo 4 El Tribu Montañas altas

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No muy lejos de ellos hay algunos

Y encima de su cabeza hay una melena blanca larga que cae a un lado hasta la rodilla casi, del mismo color está su hocico y parece que tiene botas blancas, y todas son iguales.

- ¿Son vuestros ganados? Pregunto pasando al lado de una de ellas.

Calisto los miro con asco.

- ¿Qué es ganado?

- Animales que estáis domesticando. Sabiendo que no entenderá, volvió a hablar. Animales que viven con vosotros los cuidas y los matáis para comer, o para poner huevos, o para tener leche.

- No. Este es la. Dijo mientras los miraba. Ni siquiera los lobos salvajes se los comerá, su carne apesta y es amarga, es incomible.

Luana abrió los ojos grandes con incredulidad miro

Volvió a mirar su pelaje con codicia. Calisto la miro y pensó que no lo creía viéndola tan codiciosa, pensó que tendría hambre.

- Sé buena, ya estamos llegando y te haré una barbacoa para comer. Dijo con voz suave.

Luana lo miro sin entender y lo siguió, se frotó el estómago pensativo, su estómago ya estaba vacío al final si tenía un poco de hambre.

Pronto llegaron a

La cueva está en una roca alta y poco inclinada, sin vegetación, a un lado hay un manantial que forma un pequeño canal escondiéndose entre la maleza.

- Hermano, una vocecita linda resonó atrayendo la atención de todos hacia ellos.

Una niña hermosa salió corriendo gritando hermano, una muñeca pequeña de unos 3 años delgada con el trasero desnudo corrió a los brazos de Calisto.

- Sé buena el hermano, este aquí, dijo con voz suave, acariciándole la cabecita con cariño.

Luana miró a la criatura con curiosidad, a ella le encantan los niños, pero viéndolos tan delgados es triste. Su cabello negro parece un espanto pájaro en esta vida, seguro que nunca ha sido peinado como todos los demás. Solo los machos tenían una apariencia más arreglada, pero eso porque toman la forma animal y al convertirse en humanos todo se arregla solo. Las mujeres no pueden tomar forma animal ni tiene las características de los animales. Son fuertes, sí, pero no como sería su especie.

Yo te miro y tú me miras, los ojitos grandes y pequeños estaban todos en ella, hasta el punto que se sentía incómoda, hasta se limpió dos veces la cara teniendo la sensación que estaba sucia y por eso lo miran tanto.

Detrás de ellos apareció un tigre blanco que regreso volando, al bajar sus alas desaparecieron en su boca, tenía un gran jabalí de unos 300 kilogramos, dos veces más grande que los jabalíes que vio en la tierra.

Lo tiro a un lado como si fuera nada y empezó a lamerse la pata con cuidado, limpiándose los bigotes de la sangre lentamente con mucha gracia. En este momento Luana dudaba seriamente de la vida y su vista juraría que este animal vino volando y luego las alas desaparecieron. Este mundo es más mágico que un cuento de hadas, alguien puede decirle lo que está pasando aquí.

Pronto el jabalí ha sido recogido por los hombres y llevado río bajo para procesar la carne y limpiarlo.

- Llegas tarde, dijo el tigre mirándolo y luego miro a la mujer a su lado, es hermosa aunque parece un poco tonta mientras lo miraba con los labios abiertos. Tomo su forma humana cubriendo su vergüenza solo con una piel blanca de algún animal. Soy Dunixi el segundo líder, dijo con orgullo

- Hola Soy Luana Claréense Bernard, todos me llaman Luana, dijo educadamente inconscientemente, se arregló un mechón de pelo detrás de su oreja con timidez.

Mundo de las bestias - la edad de piedraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora