Capitulo 28. La visita de Daniel.

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Al llegar a casa me encerré en mi habitación y no quise hablar con nadie.

- Mila ¿Estas bien? - Pregunto mi mama al ver que me he trancado sin almorzar.

- Si mama, no tengo hambre y tengo mucho sueño.

- Okey corazón, descansa.

- Gracias.

En mi mente pasaba el recuerdo de ver a Sarah y a Daniel apunto de besarse. El estaba de espalda y ella de frente a mi. No dejaba de preguntarme ¿Porque Sarah me hizo esto? ¿No es supuestamente mi amiga?

Volvieron a tocar mi puerta.

- Mama, no quiero ver a nadie.

- No soy tu mama, soy Daniel.

- ¿Que quieres?

- Hablarte, ¿Me puedes abrir?

- ¿Que quieres? - Repetí después de abrir la puerta.

- Pase por una tienda y te traje estos.

- Hershey's - Susurré - Mis favoritos. ¿Como supiste que me gustan y blancos?

- Un pajarito me lo dijo.

- ¿Fue Sarah? - Pregunte un poco triste.

- Si, ¿Como lo supiste?

- No los quiero, gracias.

- ¿Que paso? ¿No que son tus favoritos?

- Perdí el gusto.

- Ah, también te traje bombones. Sarah también me dijo que te gustan.

- Pues se equivoco - Dije en cogiendome de hombros.

- ¿Pero que es lo que te pasa?

- Te vi - Entrecerre los ojos viéndolo fijamente - Besandote con ella.

- ¿Que? Pero que dices, yo no me bese con ella.

- ¿Y a quien fue que vi apunto de besarla junto a tu auto?

- Ah, ese era mi hermano.

- ¿Tu hermano? - Pregunte sorprendida.

- Si, se llama Marcos y ellos son novios.

- Yo no sabia... - Se me callo la cara de vergüenza.

- ¿Es que no sabes que a la amo es a ti?

- ¿Que me amas?

- Si, Mila te amo.

Sonrojada no respondí nada, por la impresión.

- Mila, quería llevarte y decírtelo en lugar muy especial para mi. ¿Dejarías que te lleve?

- Okey, deja que me duche y me cambie.

- Te esperare abajo.

- Esta bien.

- Ah, tu mama salio y tu hermana esta donde una amiga.

- Okey, hací nos iremos mas rápido - Sonreí y el por igual.

En quince minutos salí de la bañera y me cubrí con la toalla. Me vestí rápidamente con un pantalón y blusa sensilla y cómoda. Entre devuelta al baño. El piso estaba mojado y no tuve precaución. Resbale. Caí sentada y del golpe, grite. Daniel me escucho gritar y subió como loco las escaleras, llego a mi habitación, entro al baño y me ve sentada en el piso.

- ¿Que paso?

Debí apostar a que seria lo primero que preguntaría.

- Me caí - Le digo encogida de hombros.

- Que torpe eres - Sonríe.

Me ayuda a levantarme.

- ¿Que te duele?

- El trasero - Respondí riendo.

- ¿Ah si? - Pregunta acercándose a mi - Que enana eres - Dijo con una sonrisa muy pícara.

- Ya lo se...

Me rodea con sus brazos un abrazo y mientras rodeo su cuello el se encarga se poner sus manos en mi trasero. Sonrió. Este chico no es nada fácil.

¿El siguiente paso?

Me besa.

Rodeo mis piernas por su cintura de un solo salto y me lleva a la habitación. Antes de llegar me recuesta de la pared que queda al frente de la puerta del baño.

Luego me sostiene por la espalda y me lleva directo a la cama sin despegar su boca de la mía.

Lo que una amiga me roboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora