°•.04 Wait the worst is yet to come, oh, no°.•

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°•.04 Wait the worst is yet to come, oh, no°.•

Miami, 2022







Días antes del partido, habían llegado los jugadores a Miami y tenían un día libre.

Gavi sabía perfectamente de con quien iba a pasar ese día. Quería pasarlo con Emma.

Sabía que después del partido, también iban a quedarse unos días para hacer prensa y que podían salir, así que quería tener un lindo viaje con su amiga.

Él tenía que dormir con sus compañeros de equipo, pero tenía la suerte de que Emma se quedaría en el mismo hotel. Eso significaba más tiempo juntos, y para él todo tiempo con la castaña era valioso.

Por eso, apenas aterrizaron en el hotel, ambos salieron a tomar un helado. La realidad era que no se podía salir sin supervisión, y Gavi no era de romper las reglas, pero sabía cuánto Emma amaba hacer ese tipo de planes y cuántas veces había soñado con un viaje a Estados Unidos.

Todavía se acuerda de cuando ella a los doce años le mostró todo lo que haría en su primer viaje a Nueva York, y aunque sabía que no estaban en esa ciudad tan hermosa, haría lo posible para cumplir todos los puntos de la lista.

Primer punto: tomar un helado y caminar por el Central Park.

No tenían el central Park, pero había un puesto de helados y un parque muy cerca se donde se hospedaban, y usando Google maps y el ingles fluido de Emma, el sevillano fue capaz de ubicarse lo suficiente como para cumplir con la primera actividad de la lista.

— ¿Cómo puedes pedirte un sabor así? — se quejaba Emma, riendo mientras ambos paseaban por lo verde — El limón al agua debería ser prohibido.

— Pues a mi me gusta — se quejó el sevillano, no era que le encantará el limón al agua, pero él iba a jugar un partido en cuatro días y no podía permitirse comer un sambayón de chocolate como ella había pedido — Es agrio y frío como yo.

La risa de Emma resplandecía el lugar, que, gracias a dios, estaba casi vacío. Su vestido de corazón rosado, sus trenzas y su pequeña mochila de mezclilla hacían que resaltará entre tanto verde y azul que les brindaba el lugar, y él no podía evitar querer enmarcarla porque se veía hermosa.

— Vito, los dos sabemos que tu eres un dulce de leche — afirmó la castaña, mientras le daba otra lamida a su helado para evitar que se derritiera — Te haces el duro y eres bastante enojon, pero sin duda eres una de las personas más dulces que conozco.

Con su típica sonrisa de niño engreído, él la miró, y cómo nunca, la puso nerviosa.

— ¿Así que una de las personas más dulces que has conocido? — se burló, disfrutando de ver sus mejillas sonrojadas — Mírate te has puesto colorada ¿Por qué?

When Emma falls in love | Pablo Gavi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora