°•. 08. She won't lose herself in love the way that I did °.•

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°•. 08. She won't lose herself in love the way that I did °.•


Septiembre, Barcelona 2022











Emma sonreía a la última historia de su amigo, con el corazón acelerado y las mejillas sonrojadas, ella jamás había tenido demasiada autoestima, pero debía reconocer que en aquella foto salía muy bien, y se debía a que la estaba pasando muy bien.

La noche anterior había sido un desastre, ella todavía estaba recostada en su cama, entre las sábanas, evitando todas las llamadas de Pedri, mintiéndole a su madre para no salir ese día, evitando hablar con sus amigos.

Quería estar sola.

Emma siempre estaba sola cuando se sentía miserable, tratando de lidiar con su propio dolor y guardándolo en el fondo de su corazón. Sin molestar a nadie.

Gavia sabía que ella hacía eso y por eso estaba tocando a la puerta de su habitación para que lo dejara pasar.

Él había dormido allí después de volver juntos a la mañana, había faltado a su entrenamiento, y no le importó el mensaje de un enojado míster diciendo que lo iba a suspender de los partidos, ni que tendría que pagar una multa. Lo único que a él le importaba era ver que Emma esté bien.

— Ya te dije que no quiero comer Vito…

"Bueno, ya he sido cortés'' pensó el sevillano antes de entrar, puesto que había tocado por pura cortesía porque sabía que estaba abierto.

Cuando la castaña levantó su vista, pudo ver al sevillano con cara de cachorro y una bandeja de sus comidas favoritas con él.

Gavi se terminó por asustar al ver cómo los ojos de su amiga se llenaban de lágrimas. Corrió hasta abrazarla mientras Emma sólo podía refugiarse en su pecho.

— ¿Qué tienes Emma? ¿Está todo bien?

Ella solo negó contra él, y solo después de calmarse pudo voltear a verlo.

— Es que eres demasiado dulce — respondió en su susurró lleno de vergüenza — No te merezco… Siempre estoy molestando.

Gavi no podía creer lo que oía, lastimaba su corazón que la chica de sus sueños hablara así de ella misma.

— ¿Quién te ha metido esas ideas tontas en la cabeza? — preguntó preocupado el castaño, tomando delicadamente su rostro entre sus manos, y limpiando sus lágrimas con la punta de sus dedos, procurando dejar caricias pasajeras en sus mejillas — Tú  jamás me molestarías Emma, yo amo cada segundo que pasamos juntos.

El corazón de Emma parecía querer salir de su pecho, ver el rostro se su amigo, ver en sus ojos que estaba siendo sincero… ella jamás se sintió más amada que hasta ese momento.

When Emma falls in love | Pablo Gavi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora