Odiaba los domingos, desde que tiene memoria siempre ha sido algo ansioso por tener algo que hacer, aunque sea por unas horas tenía una necesidad de siempre estar en movimiento y a la vez ir a su propio ritmo.
Entre semana solía ir a la universidad, en las noches cuando el insomnio no lo dejaba adelantaba tarea o leía algún libro que tenía pendiente, los sábados ayudaba en la florería de la familia de Olivia y si tenía tiempo se quedaba a cenar con ellos, pero los domingos no tenía nada que hacer.
Tenia toda su casa sola para lo que quisiese, podría poner música a todo volumen llenando los silencios con melodías, podría ver video aleatorios todo el día mientras se zampaba cualquier comida chatarra, a veces cuando los ataques de imperatividad le ganaban limpiaba su habitación de arriba abajo o reacomodaba su colección de libros, incluso podría andar desnudo por toda la casa (si quisiera).
Pero al ser tan repetitivo se aburría.
También detestaba estar solo todo el tiempo, no es que necesitara siempre tener a alguien a su lado, pero a veces su mente tiende a divagar mas de la cuenta al punto de cansarle los pensamientos que llegaban, así que procuraba estar pendiente de cualquier otra cosa.
Necesitaba escapar del vacío.
Prefirió salir a buscar a su amiga, sabia que no harían nada productivo pero cualquier cosa era mejor que estar encerrado en un día perfecto donde seria un desperdicio no aprovecharlo, de modo que con canasta en mano llena de diferentes refrigerios fue que toco la puerta.
Cuando Olivia le abrió no le sorprendía el que tuviera una maraña de cabellos rojizos y un pijama tan grande que la hacia ver mas pequeña de lo que realmente era.
- Son las 12 de la tarde. – evidencio para el malestar de su amiga.
- Es domingo, no funciono hasta la 1 – Ya sabia que despertar temprano no era lo que ella más le agradaba, pero nada le importo y entro como si lo hubiera invitado, era mayor la confianza que se tenían para estar en el hogar del otro sin sentir vergüenza.
- Hay que salir o algo, estoy aburrido.
- No soy tu maldita niñera, puedes salir por tu cuenta.
- No, pero es aburrido estar solo, vamos a hacer el picnic que tanto querías hoy me siento generoso. – Fue a la cocina para saludar a su madre, sin dejar que la chica le contestara.
Tardaría al menos una hora en arreglarse así que tenía tiempo de poder hablar con la mujer, porque Olivia podrá hacer cualquier cosa, pero nunca dejaría que la vieran sin maquillaje y un outfit perfecto.
...
- Hace calor.
- Lastima.
- y mucho sol.
- Dudo que te quemes, pareces vampiro con esa sombrilla.
- Es parte del outfit de hoy.
- El outfit de hoy me asusta. –
- Qué pena – Olivia solía cambiar de estilo dependiendo que como se despertara, un dia podía ser una princesa rosa, con faldas de volado y blusas blancas, otro algún tipo de versión renacentista adaptado de una manera moderna, con corset y faldas largas o si le daba la gana a una versión más vintage.
Pero ese día en particular se fue más a lo alternativo, con falda de cuero, botas militar y camiseta de alguna banda de rock alternativa, era demasiado esfuerzo a su parecer.
El solo se había dignado a escoger una camiseta blanca y unos jeans que tenía cerca.
Encontró el lugar perfecto debajo de un árbol para protegerse del sol dejo la manta acomodándola lo mas perfecto que la hierba lo dejara se sentaron dejando gran parte de la comida esparcida, agradeció haber preparado diferentes cosas desde fruta hasta rebanadas de pastel que compro de camino, mientras su amiga se dedicaba en sacarse fotos para alguna de sus redes sociales.

ESTÁS LEYENDO
Puertas sin cruzar.
Fiksi RemajaEl destino siempre le había parecido el chiste más mórbido del universo, porque ¿Quién trazaba la línea de la vida de una persona? La cronología se basaba en los meros caprichos de un ser más poderoso sin importarle el dolor y desesperación de una v...