𝐄𝐩𝐢𝐥𝐨𝐠𝐨

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Cuando aquella luz brillante rodeó la máquina del tiempo una vez que finalmente despegaron, Gina intentó sentir si realmente estaba preparada para lo que fuera que pudiera deparar el futuro.

A diferencia de un viaje en el tiempo común, este fue instantáneo: la luz apareció y se desvaneció con la velocidad de un parpadeo, y el cielo azul de la mañana fue reemplazado por uno de tonalidad verdosa, igualmente bonito de ver, y la vista de la ciudad de aquel mundo salvado, ahora era reemplazado por un enorme templo no muy lejos de una bella laguna, con una pequeña casa de forma ovalada no muy a lo lejos.

— Sabía que volveríamos aquí tarde o temprano. — dijo Gina en un momento, mientras descendían. — Pero jamás creí que fuera en estas circunstancias.

Trunks suspiró, estando de acuerdo, y entre los dos finalmente aterrizaron la máquina a salvo, él cargando aun en uno de sus brazos a Hope, quien observaba los botones coloridos del tablero con uno de sus puñitos en la boca, y ambos finalmente se bajaron hasta que sus pies tocaron el césped.

Gina guardó la máquina del tiempo en una de las cápsulas y le metió en el bolsillo de su gabardina, justo cuando oyeron el cantar de un pájaro asomarse, y vieron a aquella ave de plumaje blanco y casi dorado sobrevolar sus cabezas, a la vez que el sonido de unos pasos se aproximaron, y ambos observaron a la pequeña silueta que bajaba por las escaleras de aquel enorme templo, con la mirada fija en ellos.

— Suprema Kaio-Shin del Tiempo. — dijo Trunks, y ambos realizaron una pequeña reverencia respetuosa.

— Creí que la prohibición de viajar en el tiempo y alterar el curso de los hechos habían quedado en claro. — fue la respuesta, mientras se cruzaba de brazos. — Para ambos.

Trunks mantuvo los ojos en el suelo, imaginándose de antemano qué serían regañados.

— Bueno, esta vez no fuimos a cambiar nada. Sólo fue para buscar ayuda de nuestros amigos.

— Amigos de otra línea temporal.

— Estoy segura de que es consciente de que lo pagamos mucho más caro esta vez. Estamos aquí por eso. — dijo Gina con un poco de amargura.

— Gina... — siseó Trunks, mientras que Hope volvió a balbucear, estirando su manito hacia la deidad que ahora los miraba con un poco de lástima.

— Lamento mucho sus pérdidas. Sé que no es la manera en que habrían deseado que la historia transcurra,

— No lo es, pero nuestra hija está viva. — Trunks dijo, aferrándose un poco más a la pequeña.

— Y lamento decirlo, pero de ser necesario, habríamos roto todas las leyes posibles para asegurar eso. — agregó Gina con un suave encogimiento de hombros.

— Oh, lo sé perfectamente, pero además de eso, ¿cómo se atreven a autorizar a ese ángel guía a regresar en el tiempo para alterar los hechos otra vez? — exclamó con indignación. ¿Ángel guía? Oh, ambos asumieron que hablaba del señor Whis. — ¡Ya tengo suficientes líneas del tiempo alternas que supervisar! ¡Espero que al señor Bills no se le ocurra volver a aparecerse por aquí por culpa de ustedes!

— Realmente lo sentimos. Sólo quisimos... No pudimos evitar querer saber que nuestras familias estarían bien en alguna parte. — dijo Trunks, visiblemente avergonzado. En el sentido de las reglas, él era el más propenso a disculparse. — No pensamos realmente en la responsabilidad extra que sería para usted.

La Kaio-Shin del Tiempo, acostumbrada a ellos más que nadie, suspiró profundamente.

— Eso sólo significa que habrá trabajo extra para todos los Patrulleros del Tiempo. Otra línea del tiempo que proteger... — respondió con una mueca, antes de fijar sus ojos en la pequeña que Trunks cargaba. — Bien. No recibirán un castigo por volver a intervenir en el tiempo, pero espero que sigan comprometidos con nuestra misión a pesar de todo lo que ha sucedido.

— Por supuesto. Este lugar fue como un segundo hogar para nosotros. — Gina asintió suavemente, mirando a su pequeña por un momento. — Tal vez pueda convertirse en uno permanente en el que Hope pueda crecer.

— Sólo espero que ella no adopte el mismo hábito que tienen ustedes por romper las reglas cuando crezca.

Todos miraron a Hope, quién le sonrió a Trunks, estirando su brazo para tocar su cara. Tanto él como Gina recordaron la manera en que la actitud naturalmente luchadora y algo agresiva de Vegeta le había arrebatado su primera carcajada. Había sido entretenido para ella ver un pequeño pedacito de pelea.

— Probablemente lo tendrá. — dijo Gina, y Trunks asintió con la cabeza.

— Lo sabía, los saiyajin son incontrolables. — respondió con un ligero tono de gracia, antes de suspirar. — Aunque las circunstancias no son ideales, me hace muy feliz que estén de regreso. Sé que no es exactamente lo que habían deseado, pero siempre serán bienvenidos aquí.

— Muchas gracias, de verdad.

— Entonces, ¿qué les parece si vamos? — preguntó, haciendo un ligero gesto hacia la cabeza hacia un enorme arco que contenía lo que parecía ser un portal. —Hay muchos aquí que querrán saludarlos.

Ambos asintieron suavemente, y comenzaron a caminar hacia dicho arco, cruzando a través de él como tantas otras veces, y entonces, la vista del césped y la laguna fue reemplazada por las estructuras de una hermosa ciudad, repleta de diferentes edificios y decenas de individuos, que hablaban entre sí con ánimos, mientras que otros volaban hacia puntos más allá de la vista, demostrando lo extenso de aquella enorme ciudad.

Hope balbuceó ante aquel ambiente tan repleto de vida y colores, y sus pequeños ojos azules recorrieron cielo y tierra, a gusto con lo que veía, a lo que la Kaio-Shin del Tiempo, sonrió suavemente, observando a los tres saiyajin con un poco de orgullo, y la manera en que Gina y Trunks entrelazaron sus manos con fuerza, antes de decir:

— Bienvenidos otra vez a la Patrulla del Tiempo.

𝙀𝙨𝙥𝙚𝙧𝙖𝙣𝙯𝙖『𝐃𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧 𝐁𝐚𝐥𝐥 𝐒𝐮𝐩𝐞𝐫』𝘿𝘽𝙉 #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora