Chapter Two

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Hasta aqui llegó todo•

Ella se alejó inmediatamente, dandole empujones al chico, saliendo de la celda y encerrandolo.

El se sentó en el piso, apoyando su espalda en la fria y sucia pared.

—No podrias hablar para que me cambien de celda por lo menos?. –Musitó seriamente. –No me gusta este pasillo, necesito descansar.

—La basura de gente como tu, no necesita descansar. –contestó la chica, dandose la vuelta y caminando por el largo pasillo.

El sonrió, observando el trasero de la chica al caminar.

Cuando la chica se esfumó, cerró sus ojos...y allí se quedó unos minutos, hasta que sintió como la celda era abierta. Era un policia metiendo a Giorgia a su celda, la cual fue cerrada inmediatamente.

Giorgia se quitó su polera, quedandose en su ropa interior, sin importarle la presencia de Tom. El observaba cada parte de su cuerpo, lamiendo sus labios.

Se paró del piso y se sentó en la cama de la chica, mirandola con una sonrisa ladina.

—¿Lo haces para calentarme?...– habló Tom, mirando fijamente el pecho de la chica. –Porque si es asi...lo estas logrando.

—Solo se me olvida que ya no tengo celda sola– Ella se acercó a la cama y Tom la agarró por sus caderas, subiendola encima de el.

—bueno... De todas formas tu podrias... Des estresarme...– el suspiró y la miró directamente a los ojos, mientras ella acariciaba su abdomen. –Sabes que he estado bastante estresado y no he podido dormir...

—yo haré que te relajes...–musitó ella bajando su mano hasta el pantalon de Tom.

—Daisy Richter★

A veces en las noches, eran realmente molesto los sonidos que hacian los prisioneros... Ustedes pueden preguntarse ¿Y eso a ti en que te afecta?, En bastante, ya que como yo soy la vigilante de Kaulitz... Yo tambien debo estar aguantando esos sonidos... Asi que solo por eso pediré un cambio de pasillo, pero por nada mas, Kaulitz no me agrada asi que no lo hago por el.

Estaba en la oficina con mi jefe, el cual...costaba de convencer con algunas cosas, pero extrañamente aceptó enseguida y dijo que Tom podia irse al pasillo del segundo piso, pero que yo debia llevarlo.

Iba de camino a la celda de Kaulitz para avisarle del cambio, raramente, aun no llegaban todos los prisioneros de comer... Eran bastante lentos.

Mientras mas me acercaba a la celda de Kaulitz, los jadeos y gruñidos de el se hacian mas fuertes... Cerdo.

Me paré frente a su reja y pude ver como  Giorgia era la que provocaba todo eso.

—Kaulitz, toma tus cosas y me sigues.–hablé, soy una idiota, ni cosas tiene.

—¡¡Deja que acabe!!– gruñó molesto.

—Kaulitz, basta si no quieres que entre y te tire al piso. –amenazé enojada.

—¡¡Agh!! –jadeó, inclinando su cabeza hacia atras– ¡No te atreves!. –habló entre risas y jadeos.

—¡¡Claro que me atrevo!! –abrí la reja con furia, detesto que haya que darle millones de vueltas para que se habra.

—Si quieres ser la segunda en chuparme el pene solo debes decirlo, no me negaré. –gruñó Kaulitz mientras con su mano tocaba el trasero de la chica y sus ojos me miraban a mi, lo odio.

—no, pero seré la primera en rompertelo en dos si es que no sales ahora
mismo. –gruñí, abriendo la reja y metiendome dentro de la celda, de forma amenazante.

Just Kill Me • Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora