ANTES DE MEDIA NOCHE

CAPITULO 4: Un vampiro diferente

Después de despedirme de Edward, caminé por el bosque atento a cualquier movimiento, ya que estaba fuera de la zona permitida. Yo tenía que recuperar la conciencia, ya que el efecto del alcohol había pasado.

No tenía idea de cómo le iba a decir a la gente que yo me había ido primero y había regresado mucho después, no solo con el cuerpo todo dañado, así como por los vendajes. Necesitaba ser lo suficientemente articulado para no dar respuestas estúpidas (algo bien difícil).

Por suerte, en cuanto llegué, todas las luces estaban apagadas, así que deduje que los lobos estaban dormidos.

Bien..- murmuré aliviado.

Abrí la puerta lentamente y entré a la sala caminando lentamente hacia el dormitorio, un poco encorvada con mi mano sobre la herida. Sin embargo, no pasé desapercibido, ya que una voz me llamó:

- ¿Jacob?

Billy estaba despierto en la esquina de la habitación con solo una lámpara encendida. Dejé escapar un largo suspiro y me giré hacia él con una sonrisa tensa.

¿Sí? - Esperaba que la oscuridad ocultara mis heridas, pero mi padre tenía una gran visión y notó que no estaba bien.

¿Lo que te pasó? ¿Por qué no volviste con los demás y... estás herido?

- Um... yo... me caí. - Traté de mentir.

- ¿Te caíste y te rompiste una costilla? Está caminando agachado.

- Fue una caída bastante alta.

El hombre puso sus manos en las ruedas de su silla y las hizo rodar más cerca de mí con su mirada entrecerrada mirándome de arriba abajo.

Cayó en algún portal y volvió, ¿verdad? Porque tu ropa es diferente a la que saliste.

Mi padre era un hombre tan detallista, observador y cauteloso con sus hijos que podía notar hasta la más mínima cosa.
diferente.

Puse mi mano detrás de mi cabeza rascándola incesantemente debido al nerviosismo, luego abrí y sellé mis labios un par de veces en un intento de sacar algunas palabras, porque no tenía idea de qué decir, hasta que:

- Entonces, papá... - suspiré - Estaba bastante borracho saliendo del bar... Me caí por un precipicio, llamaron a los paramédicos, terminé en el hospital y ahora estoy aquí. Ahí tienen algo de ropa para la gente que se rompe la suya en accidentes y tal. - Nunca me había sentido tan orgulloso de articular una mentira. Mordí mi labio, esperando a que tragara.

Billy se quedó callado mirándome por unos momentos y yo mantuve la pose para que lo que dije sonara más real.

- Ni siquiera debiste haber bebido, porque en una de estas podrías terminar exponiéndote, hijo.

Asentí con una mirada  triste como quien había entendido el sermón, cuando en realidad quería sonreír porque creía en mis palabras.

- Todo bien. Lo siento, no volverá a suceder.

Tan pronto como le di la espalda, abrí una amplia sonrisa, así que me dirigí a la habitación, acostándome en la cama para descansar un poco.

Antes de quedarme dormido estaba pensando en todo lo que había pasado antes. Fue toda una coincidencia que Cullen se lo pasara bien en el tiempo que estaba siendo atacado, especialmente por ayudarme.

Sinceramente, no sé si yo hubiera hecho lo mismo por la aversión que le tengo a los fríos, esas criaturas sanguinarias que traen el caos y la discordia por donde pasan. Sin embargo, parece que Edward era diferente a los demás… no pensaba solo en sí mismo, y no parecía ser capaz de lastimar a alguien sin razón.

Suspiré volviéndome de lado con cuidado debido a mis heridas. El dolor en ese momento se suavizó debido a la recuperación que estaba acelerada.

Todavía estaba intrigado por las actitudes de ese vampiro, y me di cuenta de que era un poco desagradecido con sus acciones, porque él no solo me salvó, como me cuidó llevándome a su casa.

Necesitaba encontrarlo de nuevo, agradecerle adecuadamente su ayuda y devolverle la ropa.