ANTES DE MEDIA NOCHE

CAPITULO 15: Visitante

Increíblemente, Edward no luchó en absoluto con mi pedido. Aceptó y me pidió que lo esperara en la cama, así lo hice la forma en que salió del baño me acosté a esperarlo.

La ansiedad combinada con la emoción hizo que mi corazón se acelerara y mi cuerpo se calentara más de lo que debería.
Mordí mi labio mientras movía mi pie para deshacerme de estos sentimientos encontrados.

El vampiro pronto apareció en la habitación con su toalla alrededor de la cintura, era divertido la forma en que hizo un misterio tratando de ocultar algo que
Yo había visto. Me senté en la cama mientras él caminaba hacia mí.

Sentí su peso sobre mi cuerpo mientras se sentaba en mi regazo, descansando sus manos heladas sobre mis hombros. Cuando lo miré noté como sus ojos se oscurecían, parecían más grandes, tal vez debido a las pupilas dilatadas expresando su deseo.

Acerqué mi cara a la suya dejando que solo nuestras narices se tocaran antes de que nuestros labios se sellaran entre sí. el arrastre de nuestras lenguas junto al roce de su culo, todavía tapado, sobre mi polla, me hacían palpitar de lujuria.

Deslicé mis dedos por su abdomen, subiendo hasta sus pezones ligeramente endurecidos, tirando de ellos haciendo que Edward agarrara mi cabello y soltara un suspiro de gemido entre el beso.

Dejé caer mis manos en su cintura y apreté. Fue lindo tenerlo tan entregado así, y me hubiera gustado mucho más. Volteé nuestros cuerpos arrojándolo sobre la cama para déjame quedarme arriba entre tus piernas.

Edward abrió mucho los ojos por el repentino movimiento y volvió a cambiar de posición, acostándome y poniéndome encima:

- Tendremos que improvisar hoy, Jacob... - Sabía de lo que estaba hablando, ya que no había lubricante donde estábamos.

Tiré bruscamente de su toalla y le di una palmada en el trasero:

- Date la vuelta, Edward.

Todavía acostado, el vampiro encima de mí se volvió para succionarme. Me estremecí cuando sentí su lengua tan fría recorrer mi polla antes de que sus labios se apretaran.
mi erección haciéndome aún más excitado.

Pasé mi mano sobre su piel acariciándolo, luego aparté mis nalgas dándole una lamida en el medio causando que Edward soltara un gemido mientras me chupaba. Cerré los ojos e inserté mi lengua un poco más sintiéndolo jadear y estremecerse.

El vampiro quería salir de la posición en la que estaba, pero lo sostuve contra mi rostro, tomándolo por la cintura, lubricándolo aún más.

-J-Jake...- apenas puede pronunciar mi nombre con esa voz temblorosa, soltando un gemido travieso en respuesta.

Tan pronto como vi que sus piernas temblaban, lo solté. Todavía de espaldas a mí, Edward se colocó sobre mi pene y gimió mientras se sentaba en mi regazo. Me senté en la cama para sostenerlo por la cintura, ayudándolo a rodar sobre mí.

Arrastré mis labios a la parte de atrás de su cuello besándola e inhalé para oler su dulce aroma. Los gemidos del vampiro me volvieron loco. Follándolo duro, usé una mano para masturbarlo mientras la otra descansaba sobre su barbilla girándolo hacia mí.

Pegué su cuerpo aún más cerca del mío para poder besarlo, elevando aún más la temperatura de mi cuerpo, dejándome casi febril.

- Acuéstate en la cama, Edward. – le ordené dándole dos palmadas en el muslo.

Quiero ver la cara que pones mientras te follo.

El vampiro se estremeció y dejó caer su cuerpo sobre las sábanas blancas. Tomé sus piernas y las puse sobre mis hombros.
tomándolo de nuevo haciendo que nuestros cuerpos choquen.

Edward colocó sus manos sobre su cabeza sosteniendo las estacas de madera que estaban sobre la cama. A medida que aumentaba la intensidad de los empujes, levantó el respaldo del colchón mientras sus gemidos se volvían aún más elocuentes.

El ceño fruncido y los labios rojizos entreabiertos, sus piernas temblorosas cerca de mi cuello... toda esa vulnerabilidad me ponía cachondo.
haciéndome aún más fuerte.

Edward se agachó con una mano para tocarse mientras yo empujaba y con la otra agarraba la estaca de madera con tanta fuerza que podías escuchar el "crujido" que hizo, a punto de romperse. Estaba sudando con los movimientos, y la respiración era aún más difícil.

Empecé a reducir la velocidad, entonces Ed abrió los ojos mirándome con lujuria:

No pares, Jake... - dijo con cierta dificultad - ¡Quiero más !

Le devolví una sonrisa satisfecha, luego saqué sus piernas de mis hombros y agarré su cintura para ponerlo boca abajo con mis manos con dureza. Le di una palmada en el trasero haciéndolo saltar de miedo, por lo que se levantó más alto.

pongo mi mano en tu columna vertebral haciendo que apoyara su pecho aún más en la cama y volví a follarlo, haciendo que el sonido de nuestros cuerpos chocando resonara en la habitación. Gemí, sintiendo mi polla palpitar y volverse aún más rígidos.

Mi corazón estaba acelerado y mi respiración se volvió más dificultosa. Tan pronto como sentí que me acercaba al clímax, corté el acto para derramarme sobre su espalda.

Caí sobre la cama extasiado, tomando una respiración profunda para recuperarme. Edward se volvió hacia un lado a mirarme y me dio una sonrisa torcida:

¿Que te pareció? - Pregunté dándome la vuelta para mirarlo de frente y contemplar esos hermosos iris color ámbar.

- Fue genial.. - Me acarició la cara con el dorso de su mano.

Nos quedamos allí unos minutos más, todavía recuperándonos de lo que acababa de pasar.

Cuando finalmente creamos fuerza de voluntad, nos levantamos de la cama y fuimos a tomar otra ducha juntos.

Edward me dijo que no me preocupara por su ausencia mientras dormía, ya que saldría a cazar al bosque cercano me sentí más aliviado porque sería un poco extraño tener a alguien observándome toda la noche, pero al mismo tiempo, me preocupaba que se fuera lejos, ya que sentía que debía protegerlo en todo momento, aunque supiera defenderse.

Al rato nos alistamos y me fui a preparar algo de comer otra vez antes de ir a dormir,
luego me siguió a la cocina. Estábamos bien, y yo creía que nada podría estropear ese momento... hasta que escuché los tres golpes en la puerta de madera.

Mi corazón se aceleró y un escalofrío recorrió mi columna haciéndome temblar, tenía un mal presentimiento sobre eso.

Edward abrió mucho los ojos mirándome y tragó saliva. Nos detuvimos un momento sin tener reacción, haciendo silencio como si la casa estuviera vacía, pero los toques en la puerta eran incesantes.

"Quédate aquí" El vampiro me hizo leer sus labios y levantó sus manos pidiéndome que me quedara donde estaba, luego salió de la habitación, caminando de puntillas para atender a quien estuviera en la entrada.

Me acerqué al borde de la puerta de la cocina y saqué la cara para ver quién nos molestaba, pero menos mal que no lo hice.
fue.

Tan pronto como Edward abrió la puerta, dio dos pasos hacia atrás y regresé a la habitación, apoyándome contra la pared y controlando mi respiración. "Mierda..." pensé.