17. Epílogo

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A veces es difícil tener el valor de contar tu propia historia intentando ser fiel a la realidad y a la vez transmitiendo eso que quieres mostrar.

Este libro me ha costado mucho escribirlo porque es algo muy personal que habla profundamente de mi. Habla de mis miedos y de mis sueños, cuenta mis fracasos y mis luchas personales. Lea las páginas que lea me deja en evidencia, y no hablo solo de la manera de escribir sino también de cosas como el primer día que conocí a Sofi y no me presenté, o cuando preferí parar en una aldea de Peter Pan en lugar de ir a buscar a Nico. Quizás si hubiese priorizado mi puerta a mi curiosidad Nico ahora podría recordar una historia maravillosa que no ha vivido. Se quedó atascado en su puerta azul y su puerta azul se volvió negra. Cuando lo encontré ya era tarde.

Si he aprendido una cosa es a que los que no superaron la prueba ahora tienen otra oportunidad. No puedo decir que los conozco por lo que vi de ellos en ese mundo, es como si lo que han vivido no existiese. Nico sigue igual, creo que aún puedo confiar en que encuentre su puerta dorada en esta vida. Ojalá pase así.

Desearía tener los poderes de Lucas porque me muero de ganas por compartir cosas de ese mundo con gente que las recuerde. Ojalá pudiese ver las puertas de la gente que va por la calle, cruzarme con un puerta dorada y saludar a ese chico o chica dejando que me vea hacer algún truco, luego compartir la experiencia sobre cómo encontramos nuestra propia puerta y esas cosas.

Quizás no pueda hacer eso pero lo he estado pensando y si que puedo hacer otra cosa. He creado un blog que se llama historiasdelapuertadorada.blogspot.com para que puedas contar tu historia de alguna manera. Somos pocos y sería una pena que no nos conociéramos. Por eso he escrito este libro.

Si eres de los que piensan que ha leído una novela de fantasía, no te equivocas. Mi vida ha sido y es algo mágico, pero si esta historia resuena en tu cabeza, pásate por el blog. Creo que tienes algo que contar, puede que solo recuerdes tu historia a medida que la plasmes en unas letras. Envíame un correo a Quickmakok@gmail.com contando tu historia y la pondré en el blog. Solo te pediré una cosa, intenta que tu historia pueda ser leída por gente de todas las edades.

Lucas, si estás leyendo esto, contáctame. Si te llamas Lucas y tienes una hermana que se llama Sarah y sois mellizos del 2007, contáctame. Sarah, si este libro ha caído en tus manos escríbeme please.

Confío en el destino pero prefiero formar parte de él.

Muchas gracias por acercaros a mi historia.

Fausto.

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Me gustaría dedicar este libro a todas las personas que me habéis acompañado en el proceso. A quienes os habéis atrevido a leer una parte y lo habéis ido comentando. Yui, Yas, Eire Marti, Ari, Inés, Sofía. También a las que me habéis ido apoyando y preguntando cómo lo llevaba, Raquel, Eve, Miki, Alicia, Corazondmeiga. ¡Gracias!. Y a Yas (Bedeta) de manera especial por el empujón del principio, no sé si hubiese intentado lo del ONC de no ser porque quise acompañarla de alguna manera y por la lluvia de ideas. Qué bonito es ver llover.

Sentencio: En esta App hay gente increible.

Mi conclusión al haber escrito este libro es que escribir es una aventura en sí misma que es generadora de aventuras.

Un día arrancas, tienes muy claro el plan: Voy a escribir un libro que irá de esto y de esto, tratará este tema, el protagonista será así y asá conocerá a este y a aquél y juntos conseguirán llegar a tal sitio y hacer equis.

Entonces es cuando, a la primera de cambio, te aparece un personaje que lo desequilibra todo, como cuando un amigo llama por teléfono y propone un plan nuevo para ¡ya!, te retuerce y revuelve el día. A mitad de libro te encuentras con personajes que no contabas y tramas que no entiendes cómo han aparecido allí. Es muy fácil que decidas que el final será otro, que la idea inicial era solo una intención, lo cambias y cuando llegas al final... cuando crees que todo es poner lo que un día pensaste, te encuentras a tí mismo como en un tobogán cargado de toda la inercia que has ido arrastrando en el libro. Las palabras se deslizan a través de ti y escribes como cuando el agua se planta frente a la cascada. Es inevitable. Todos los planes previos y las ideas preconcebidas acaban formando un cimiento que ha sido sepultado por esa inercia. Es como si el telón de cierre lo corriesen tus personajes y no tú. El libro lo llenan ellos, tu solo deslizas y dejas caer el agua en un vaso que ni ves, ni siquiera sabes qué medida de caño tiene.

Un vaso que solo contemplas cuando el frenesí acaba con la última palabra, con el punto y final y con el gracias.

Gracias a los protagonistas del libro, a cada uno, y gracias a las personas que los han podido disfrutar.

Seguro que los protagonistas también te agradecen el haber podido existir durante las horas en las que has leído este libro por lo que déjate agradecer.

Te lo has merecido siempre.

La Puerta DoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora