CAPÍTULO 18: Alguien normal y corriente

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Autor@ de la imagen: @sachi_1203



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Las voces que provenían del televisor encendido resonaban por toda la sala de estar. Sobre los sillones terciopelo yacían algunos peluches como varias piezas de rompecabezas. Sobre el suelo se podían ver un par de crayolas junto a un cuaderno abierto, mismo que dejaba ver el dibujo de lo que parecía ser un dinosaurio.

Unos lentes de sol se encontraban encima de la pequeña mesita junto a tres tazas y un plato con galletas de animalitos.

La gentil brisa movía aquellas cortinas y entraba a la habitación sin recelo alguno. La puerta corrediza que daba al precioso jardín se encontraba abierta dejando ver, el pulcro deck de manera. Donde, sentado tranquilo y vistiendo un pijama gris, Gojo Satoru pelaba con mucho esmero una manzana.

A su lado, se hallaba un pequeño tazón lleno de ya varios trozos de esta fruta junto a un peluche gato. Sus ojos, un tanto deslumbrados por el sol de la mañana, iban de sus manos llenas de curitas al pequeño albino en el jardín.

Quien vistiendo al igual que él, un pijama gris pero con calcomanías de perritos, se encontraba de cuclillas mirando muy interesado el pequeño estanque que había ahí.

—¡Sapitos!, ¡Sapitos!— dio un brinco y casi suelta la manzana ante el repentino grito de emoción de Ren.

Al verlo, el pequeño con una expresión de sorpresa señalaba el agua muy entusiasmado.

—¡Sapitos bebes!— rectificó este con una sonrisa ilusionada.

—Querrás decir renacuajos— corrigió terminaron por cortar en trozos aquella fruta.

—¡Si!, ¡Muchos renajacuos!

Soltó una risita por la mala pronunciación.

—Re.na.cu.a.jos — volvió a repetir acentuando cada sílaba al mismo tiempo que se levantaba y caminaba hacia el niño.

—¿Rena...¡cajos! — sin dejar su posición de cuclillas, Ren alzó a verlo emocionado esperando su aprobación.

Más...

Su cara cambió a una de asombro antes de formar con su boca una "O". Satoru sin entender a qué se debía tan sólo sonrió confundido: —¿Qué?

—No traes tus lentes — señaló su rostro.

—Oh— Así que era eso. Dándole una sonrisa se sentó de cuclillas a su lado —Me los saque por un momento.

Explicó mientras retiraba una hoja de roble de la cabeza de su pequeño. Ren en silencio todavía seguía mirándolo fijamente.

—¿Qué?— levantó ambas de cejas —¿Hay algo en mi cara?

Elevó una de sus manos y limpió su rostro por si acaso.

—No— fue la respuesta de Ren —Sigue siendo la misma cara fea de ayer.

Ofendido, Satoru llevó dramáticamente su mano hacía su pecho. Ren dejó de darle importancia para sin más volver toda su atención de nuevo hacia aquel estanque.

Haciendo un puchero, no tan emocionado como el niño, observo como dentro del estanque, cientos de renacuajos nadaban a sus anchas, ignorandolos por completo. Un pequeño pero cómodo silencio no tardó en rodearlos.

El trinar alegre de varios gorriones era una hermosa melodía para escuchar por la mañana. Los rayos del sol, eran tan suaves y reconfortantes. Ninguno de los dos decía nada, tan sólo se dedicaban a contemplar a estos tímidos animalitos con sus ojos color cielo.

OJOS AZULES  (GoYuu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora