CAPITULO 21: Porque también hay momentos altos y...

927 108 13
                                    


Autor@ imagen: @ahumnouta


°•°•°•°•°•°•(. .)•°•°•°•°•°•°


Quizás tuvo algo que hacer de último momento, fue lo que pensó.

Quizás solo llega un poco tarde, se dijo a sí mismo.

No hizo drama y espero.

Entonces la primera hora llegó.

¿Habrá pasado algo?, ¿Él estará bien?

Y la preocupación empezó a surgir en lo más profundo de su pecho.

Tomó su teléfono.

"El número que usted marcó no está disponible por el momento, por favor inténtelo más tarde".

Y esa fue la única respuesta que obtuvo.

Para cuando la tercera hora llegó.

Itadori supo que él no llegaría.

—La cuenta por favor— sonrió a pesar de que había un nudo en su garganta asfixiando su ser.

Aquella tarde, Satoru lo había invitado a una elegante cena.

"Te prometo que será una cena inolvidable" había dicho en la mañana poco antes de salir de casa al ser llamado por Nanami a una reunión de emergencia.

Por  ello contagiado de su emoción, decidió solo por hoy vestir algo más formal, algo que no usaba muy a menudo y fue así, como terminó usando un lindo traje azul de corbata negra que había comprado a la perfección.

Su cabello, rosa y liso estaba peinando hacia adelante y un reloj de plata [herencia de su abuelo] yacía descansando en su muñeca derecha.

Incluso un poco de rubor y brillo en los labios yacía en su moreno rostro.

—Aquí tienes...— contestó con dulzura aquel camarero de rubios cabellos y ojos grises.

Sintió un escalofrío recorrer su sistema cuando este regalándole una sonrisa coqueta de manera intencional, rozó su mano con la suya al momento de entregarle la factura.

—También...— habló de manera empalagosa al tiempo que le daba un papelito —Aquí tienes mi número, olvídate del patán que te dejó plantado y sal a pasar un buen rato conmigo... En unos minutos termina mi turno.

Ofreció.

—No, muchas gracias— apartando su mano de manera inmediata, Yuuji forzando aún más su sonrisa sacó su billetera.

En un ruido sordo y brusco que sobresaltó al camarero, colocó un par de billetes encima de aquella mesa para ponerse de pie.

—Mi hijo y mi esposo me esperan en casa.

Hizo énfasis en "hijo" y "esposo" para decirle a este sujeto que no estaba libre y que dejara de molestar. No se esperó a ver la reacción del chico, pues dando media vuelta salió de aquel elegante restaurante sin mirar atrás.

Una vez estando en aquella transitada calle, bajo la fría brisa nocturna aflojó el nudo ajustado de su corbata mientras sacaba su móvil. Despeinó un poco su cabello escuchando varias veces aquel pitido tras la línea.

La noche apenas había caído y poco a poco, la ciudad comenzaba a ser alumbrada por las millones de luces artificiales que existían.

Los autos en la calle a su delante pasaban y pasaban.

OJOS AZULES  (GoYuu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora