Capítulo 5.

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Severus besaba increíble. Demasiado bien. Jamás hubiera pensado que ese enclanque paliducho, delgado y poca cosa que acechaba todo el rato alrededor suyo y de sus amigos hace años pudiera resultar ser el mejor jodido beso de su vida.

Sus labios encajando a la perfección y sus lenguas rozándose descaradamente.

Joder.

Severus era una completa sorpresa para sus sentidos. Su piel era suave al tacto, olía bien, un toque dulce allí, y sabía increíble.

Sirius no creía que se hubiera sentido atraído físicamente por Severus años atrás más ahora no podía decir que siguiera siendo así. Era un sujeto interesante, un enigma desconocido para prácticamente todos. Y había madurado. Su cuerpo era el de un joven adulto.

Sus pómulos más pronunciados, al igual que su mandíbula. Una boca caliente y mordaz. Capaz de besar como nadie e insultarte sin hacerte ser consciente de ello. De la manera más inteligente y audaz si se lo proponía.

Y su mirada.

Lo más atractivo en Severus, si le hubieran preguntado. Aquellos ojos grandes y oscuros, que parecían atravesarle cada vez que lo miraban. Intensos. Profundos.

Severus rompió el beso con la respiración algo agitada. Su aliento chocando con los labios de Sirius.
No pudo evitar sonreír mientras llevaba las manos al cinturón ajeno desabrochándolo.

Los delgados dedos contrarios levantando su camiseta. Tuvo que quitar las manos unos segundos para que Severus pudiera despojarlo de la tela y dejarlo desnudo de cintura para arriba.

La mirada del Slytherin fija en sus abdominales acariciando su ego.

-¿Te gusta lo que ves?- llevó las manos a los muslos de Severus acariciándolos.

Severus no respondió pero comenzó a desabrocharse el chaleco mientras ambos se miraban.

-¿Te vas a quedar mirando o me vas a ayudar?- Severus frunció el ceño.

Sirius desabotonó la camisa y la deslizó con cuidado, rozando los brazos del otro.
Seguía siendo delgado, como siempre, pero su cuerpo mostraba adultez. Nada de bello por ninguna parte, tan pálido y pulcro como las zonas visibles. Pero mucho más formado y atractivo.

Lo atrajo de nuevo en un beso hambriento. Sus manos en la estrecha cintura de Severus mientras que las del Slytherin pasearon por todo su pecho hasta llegar a su nuca.

Podría comerle la boca todo el tiempo pero se le escapó un pequeño gemido cuando Severus comenzó a mover sus caderas creando una fricción adictiva. Ni rastro del Severus tímido e inseguro que no dejaba que nadie viera ninguna parte de su cuerpo más allá de cara, cuello y manos.

Ahora ese chico estaba en su regazo buscando fricción con su polla. Nada de lo que pudiera quejarse, la verdad.

-Black- susurró en su boca.

-Mmm.

-¿Puedo chupártela?

Sirius, que momentos atrás había cerrado los ojos por lo bien que se sentía los volvió a abrir bastante sorprendido .

-Joder- gimió ante lo dicho -sí, claro que sí.

Este se bajó de su regazo y cayó de rodillas entre sus piernas. El Sirius de 16 años se estaba regocijando de gusto al tener a Severus a sus malditos pies, arrodillado por él. Pero no esperando que le chupara la polla. Eso es algo que jamás se le hubiera pasado por la cabeza. Aunque el Sirius del presente también se estaba regozijando por la vista.

PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora