Love? | Alchemy Of Souls - Seo Yul

Capítulo 8

Llevamos a Yul a Sejukwon y me quedé con él durante esa noche, al día siguiente, y al siguiente, regresaba a casa a tomar baños y cambiarme de ropa. 

Y tras un tiempo logró sanar su herida y comenzó a recuperar energía. 

Cierto día en la mañana desperté por unas cosquillas en mi rostro. Abrí los ojos y pude observar a Yul dejando besos en mi rostro y cuello. 

- Buenos días sacerdotisa.- dijo mirándome sonriente. 

- Buenos días.- bostecé. - ¿Cómo te sientes?.-

- Bien, gracias a ti pude recuperarme.- 

- Pero si yo no hice nada.- 

- Claro que sí, estuviste cuidando de mí, además sé que me otorgaste algo de tu enrgía en una parte del proceso.- dijo y yo lo miré inocentemente. 

- Yo no hice eso, además ¿Por qué ya estás de pie?.-

- Quiero que vayamos al mercado juntos.- 

- ¿Qué?, claro que no, tu herida aún no sana por completo y debes estar cansado.-

- No lo estoy, además mi herida está a punto de sanar.-

- No iremos.- dije. 

Él me miró fijamente y me dijo:

- ¿No?.- luego tomó mis manos y me pegó contra una pared subiendo mis manos y besándome.

Al final terminamos en camino al mercado.

La verdad era algo que me gustaba mucho, creía que los puestos tenían cosas realmente interesantes y bonitas. 

Comencé a acercarme a varios puestos y cada cosa que veía o tomaba Yul la compraba. 

Hasta que nos alejamos de la multitud y nos dirigimos a un espacio cerrado, me detuve y volteé a verlo:

- Yul.- 

- ¿Qué pasa?.-

- No puedes comprar cada cosa que tome.- dije algo molesta.

- Es algo que quiero hacer, porque te amo y quiero que tengas cada cosa que te guste.- 

Me lo había dicho otra vez. Me dijo que me amaba.

Lo miré fijamente y después dije:

- También te amo Seo Yul.- deposité un beso sobre sus labios el cual correspondió rodeando mi cintura con sus manos. 

Nos separamos y dijo: 

- Gracias Yeon Seo, por decirlo.-

- En realidad..- hice una pausa. - Me arrepentí por no decírtelo cuando estuvimos atrapados, después no tuve oportunidad.- dije algo triste.

- Está bien, el punto es que me lo dijiste ya.-

Nuevamente juntó nuestros labios y coloqué mis manos alrededor de su cuello, después las bajé a su pecho y él se quejó:

- Auch.- dijo mientras retrocedía con una mano sobre su hombro.

- Yul, lo siento, no debí colocar mi mano sobre tu herida.- dije apenada.

- Tranquila, fue un pequeño dolor y ya.-

Volvimos al mercado e intente no acercarme a ver más cosas, hasta que llegamos a mi puesto de horquillas favorito y no pude resistirme. 

Me acerqué rápido con Yul detrás de mí. Y comencé a ver las nuevas horquillas de la semana:

- Buenas tardes princesa.- me dijo el señor, era un señor mayor, con un excelente gusto y me conocía pues prácticamente cada semana venía a ver las horquillas nuevas que traía, y cada mes me llevaba alguna especial para mí.