CAPÍTULO 8

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Y por fin llegó el día que tanto esperaba para poder relajarme. Ya nos vamos para la casa en la playa de Jane. Nada de escuela, nada de trabajos, solo paz y nada de estrés. Ya quiero poder estrenar los bikinis que me compré aquel día en la tienda con Emma.

Creo que vamos a ir en el coche de Dylan ya que Jane se ha ido el día antes porque su padre le iba a explicar unas cosas o algo de eso me ha dicho Em.

El sonido de alguien tocando la puerta me hace salir del cuarto pero Emma se me adelantó y cuando salgo solo está ella.

—¿Quién era? —pregunto con curiosidad.

—Dylan, dice que nos espera abajo

Ah porque no entró ni a saludar, no preguntó por mí, después de lo del beso al menos un saludito.

—Layla, te piensas quedar ahí parada todo el día, vamos coge tus cosas —dice Emma dirigiéndose a la puerta con su maleta.

No me di cuenta que me había quedado como tonta parada pensando en el por qué de que Dylan no entrase a saludar.

—¡LAYLA! —vuelve a gritar al ver que sigo sin moverme.

—¡QUÉ YA VOY! —digo dirigiéndome rápido a mi habitación para sacar la maleta y salir del departamento.

Una vez en el coche de Dylan decido sentarme en la parte trasera y dejar a Emma en el asiento del copiloto.

—Tenemos que pasar a recoger a Marcos, viene con nosotros —dice Dylan en cuando estamos dentro y poniendo el coche en marcha.

Ah porque tampoco va a saludarme ahora, maravilloso, pues yo tampoco.

<Técnicamente tú acabas de llegar, así que deberías saludar tú>

Intento hacerle algunas preguntas pero las evade todas y las que me responde lo hacen de forma cortante, en cambio, cuando Emma le dice algo él le responde muy tranquilo y amigable. No estoy entendiendo de que va pero si no quiere hablarme, yo haré lo mismo.

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Ya hemos recogido a Marcos, llevamos unos treinta minutos en coche debido a una pequeña pelea entre Marcos y Emma porque él quería ir en la parte del copiloto, solo nos quedan unos quince minutos para llegar.

—Hola —me dice Marcos.

—¿Hola? Te subiste hace un rato al coche Marcos, ya me has saludado.

—No te estoy saludando, estoy intentando comenzar una conversación porque se me hace demasiado largo el viaje si nos mantenemos en silencio —dice mirándome fijamente y acomodándose el pelo.

—Yo no soy buena en eso de sacar un tema de conversación —digo mineras miro por la ventanilla.

—Bueno ya que estamos, bueno, que ESTÁN los dos aquí presentes —señala en dirección mía y de Dylan —Nos van a decir a mí y a Emma ¿Qué hicieron cuando salieron de la habitación el día de la fiesta?

Sé que mis cachetes se están poniendo rojos y bajo la cabeza un poco para que no pueda notarlo. Dylan, en cambio, solo aprieta fuerte el volante, lo he notado por dus 

—Nada que pueda recordar —responde sin más.

<Auch>

—Exacto, nada que tenga importancia, solo hablamos y fue tan insignificante que no recuerdo de que era.

<Eso, así se hace pero ojalá y fuera cierto>

No ayudas.

—Ah y yo que pensaba que habían salido a liarse o algo así —hace una pequeña pausa y se acerca más a mí —eso quiere decir que puedo ligar contigo.

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