CAPÍTULO 12

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Emma aún no me ha dicho como tal a dónde iremos. Pero por el camino que estamos tomando deduzco que vamos a ir a un sitio de comida rápida que hay a unas cuadras de nuestro departamento. Además, a ese sitio siempre hemos dicho que tenemos que ir, por eso también pienso que es el lugar elegido.

Luego de unos quince minutos caminado estamos frente al lugar de comida rápida, justo el que había pensado. Es como un McDonald's pero más económico.

Entramos al local, es bonito y bastante acogedor, consta de varias mesas dispersas por el lugar sin un orden en específico. Tiene unos dibujos de diferentes tipos de comidas como modo de decoración en algunas paredes, principalmente en la que se encuentra detrás de la barra. Nos sentamos en una de las mesas que quedaban al lado de las grandes ventanas para poder ver a través de ellas. Aquí tienes que ir hasta la barra y ordenar la comida que desees los meseros solo pasan a dejarte el pedido y listo.

—Bueno entonces quién va a pedir las hamburguesas y los jugos —dice Emma.

—Es obvio que tú, ya sabes cómo me pongo de nerviosa en esos casos. —y no miento, recuerdo cómo actué el primer día cuando llegamos a la recepción para que nos entregaran la llave de nuestro departamento.

—Y más si es un chico y si encima es guapo —hace un gesto para que mire al chico que está tomando los pedidos.

—Pues sí es guapo —la verdad es que lo es. Es pelirrojo y aunque tiene facciones comunes, hay algo en su rostro que resalta. No lo puedo detallar con exactitud debido a la distancia y tampoco quiero quedármele viendo y que lo note.

Aunque me parezca guapo, a mí no se me iba de la mente el insoportable de mi vecino. No importa que tan enojada esté, ni que deje de hablarme o tenga una actitud constante, siempre está presente en mi mente.

—Creo que es hora de que ya te quites ese miedo, dame tu móvil —extiende la mano para que le deje mi móvil.

—¿Qué harás? —digo depositándolo con desconfianza y confusión en la palma de su mano.

—Voy a escribir en las notas lo que le tienes que decir al chico y las cosas que tienes que hacer —hace una pausa para escribir  —Te vas a guiar por ahí y así perderás ese pánico escénico que te entra de vez en cuando.

Emma me entrega el móvil y me pongo a repasar la nota como si fueran conceptos de las clases de la universidad, las cosas que ella me pone a hacer no tienen límites.

—Con estos tips va a parecer que estoy ligando con él —le digo sin apartar la vista del móvil.

—Esa era la idea cari —dice regalándome su mejor sonrisa de: "yo no mato ni una mosca". Claro que no, ella no mata una, mata muchas.

—Bueno ya llevas como diez minutos leyendo eso y se supone que deberíamos haber pedido desde que llegamos. Tengo hambre.

—Aún no estoy lista —digo cruzándome de brazos —Es que jamás estaré lista para esto. Puedo dar una conferencia delante del presidente pero no puedo pedir unas hamburguesas, entiéndelo.

—Vamos anda ve o lo llamaré y le diré que quieres su número.

Me puse de pie tan rápido como pude, conociendo a Emma es capaz de cumplir esa amenaza. Así que me pongo en marcha hacia el mostrador.

Vamos Layla, es solo seguir las cosas que te ha puesto Em y te vuelves de regreso a tu mesa.

—Ejem.... Hola —digo una vez que estoy delante del chico, de cerca es más guapo aún y lo que resaltaba en su rostro eran sus ojos, un tono grisáceo. Nunca había visto a alguien con unos ojos de ese color, hasta ahora.

Todo por un viaje Donde viven las historias. Descúbrelo ahora