CAPÍTULO 10

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—¡Eh! Te acordaste que tienes padre —dice papá al otro lado del teléfono.

Es cierto que desde hace muchos días no hablaba con papá y ayer dije que lo llamaría pero con todo el lío de las pelis y tal pues lo olvidé, por eso he aprovechado después de desayunar y alistarme para llamarlo.

—No digas eso papá, sabes que nunca me olvidaría de tí.

—Bueno cuéntame qué tal va todo mi niña.

Le comento a papá todo sobre la escuela, de que estoy aquí con los chicos y las chicas.

—¿Y que tal los chicos? —interroga.

—Pues muy guapos todos... —hago una pequeña pausa involuntaria

<Excepto Dylan, que no es guapo, es guapísimo>

—Pero...

—Pero nada papá.

<Pero hay uno que me gusta>

Podrías callarte de una vez por favor, si existiera un botoncito para apagarte, te juro que no dudaría ni un segundo para presionarlo.

—Ya... Me vas a decir que ninguno te llama un poquito la atención.

—Bueeno vaaale tú ganas.

Le explico a papá cómo fue que conocí a Dylan en el aeropuerto, lo que ha pasado después de eso (menos la parte de los besos a lo descontrolado) 

—Bueno mi niña, tengo que dejarte para seguir con unos papeles del trabajo, cuídate mucho.

—Tú igual cuídate mucho papá.

—Otro día hablamos un poco más de ese tal Dylan, te quiero.

—Vaaale y yo te quiero a ti.

Me doy un último vistazo en el espejo antes de bajar. Llevo una falda blanca ajustada en la cintura que va ampliando su ancho a medida que baja y con un tope azul de flores blancas. He decidido cambiar un poco y ponerme un pequeño lazo azul en el pelo dejándolo medio suelto.

Voy a ir un rato a la playa pero solo a sentarme en la arena a observar el mar y leer un poco un libro que llevo tratando de terminar hace mucho y por la uni no he podido.

Cuando bajo no me encuentro a ninguno de los chicos en el salón, que bonito como se marchan sin avisar. Estoy a punto de salir cuando Marcos sale de la cocina.

—Los otros días me confundí —hace una pausa escaneándome de arriba hasta abajo —no solo te queda bien el negro.

—Ay que mono —ya me he acostumbrado a sus halagos así que me lo tomo con gracia.

<Al que si no le hace ni gota de gracia es a Dylan>

—Todos te quedan bien —continúa con su juego de seducción.

—Bueno y los demás, ¿dónde se han metido? —decido cambiar el tema porque sino no tiene para cuando parar.

—Han ido a echar un vistazo a las tiendas que están a la vuelta de la esquina.

—Bueno yo voy a ir un rato a la playa.

—Si quieres te acompaño y nos damos un chapuzón juntos - dice esto mirándome y moviendo las cejas repetidas veces de arriba a bajo.

—Es para leer —le aclaro.

-—Pues entonces paso.

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Ya llevo un rato en la playa y he tenido que parar de leer debido a que tuve que interrumpir mi lectura como cinco veces, a mí nada más se me ocurre sentarme a leer a unos pocos metros de un grupo de chicos, que jugaban voley y la pelota ya ha rebotado cerca de mí unas cuantas veces.

Todo por un viaje Donde viven las historias. Descúbrelo ahora