Capítulo 6

28 8 15
                                    

La mejor forma de librarte de la tentación es caer en ella.

Sinceramente, no sé si está bien acostarme con un tío que conozco de dos días y que no me sé ni su nombre, pero bajando por el ascensor lo único que pensaba era en caer en la tentación, en la locura y la pasión con ese hombre y dejar que hiciera con mi cuerpo todo lo que quisiera. Me da igual no saber su nombre, que tiene de importante, puedo llamarlo como el me pida. El ascensor se abre sacándome de mis lujuriosos deseos, cuando salgo por la puerta veo al machomean fuera de su coche apoyado en el con las manos en los bolsillos, es un puto dios. Me da dos besos y me abre la puerta del coche, cuando entro huelo su perfume, joder huele tan bien...

-Dónde vamos? -Pregunto yo inocentemente. Eso parece causarle algún efecto porque aprieta el volante.

-Es una sorpresa. ¿Pongo música? Tardaremos un poco.

Asiento, si vamos a tardar mejor que haya música, no soportaría otra vez la tensión de este mañana. Aprieta uno de los botones de la pantalla del coche y empieza a sonar Earned it de The Weknd. Vale, creo que preferiría ir sin música, hay que ser muy atrevido para poner esa canción con la tensión sexual que tenemos. Me paso el trayecto mirando por la ventana, aunque sé que de vez en cuando me mira de reojo. Después de casi una hora llegamos a la entrada de un chalet, está en una montaña apartado de todo y rodeado de pinos. Saca un mandito de su bolsillo y cuando lo aprieta se abren las puertas, pasamos un pequeño caminal con césped a los lados y pequeñas estatuas blancas elegantes. Aparca a un lado y baja del coche, me espero dentro porque sé que querrá abrirme la puerta, efectivamente me abre la puerta y me tiende la mano para bajar. Me quedo ahí de pie un momento para contemplar lo precioso que es el paisaje que hay delante de mis ojos, mirando recto hay un chalet no muy grande pero lo bastante para ser caro, tiene dos pisos sin contar la azotea, por fuera es blanco y tiene las ventanas negras. Mirando hacia la izquierda hay una piscina bastante grande, está muy limpia y el césped que la rodea es natural al igual que el resto, cuando me fijo un poco más veo que la piscina es desbordante, es decir, no tiene borde. Al lado de la piscina toda esa parte tiene muros de vidrio donde se puede ver la altura de la montaña y el precioso paisaje.

-Es tuyo? -Le pregunto al hombre que aún me sujeta la mano.

-Si, me agobia mucho la ciudad, me lo compre para poder venir y estar solo sin ruidos y poder contemplar bien las estrellas. ¿Te gusta?

-Es precioso... -Digo mirándole a los ojos.

Otra pensaría que me ha podido traer aquí para matarme y que no haya testigos, pero como ya he dicho antes, este hombre me da mucha confianza. Tira de mi mano para hacer que caminemos hacia la puerta de la hermosa casa. Cuando entramos veo que está toda decorada en blanco y negro, me encanta, podría quedarme aquí para siempre, estoy dispuesta a que me secuestre si quiere y haga lo que quiera conmigo. Me deja enfrente de un sofá grande y blanco, cuando suelta mi mano deseo que me lleve con el a todos lados sin soltarme.

-Siéntate, quieres algo de beber? -Pregunta yendo hacia la cocina americana.

-Si un vaso de agua por favor. -Le respondo yo mientras me siento en el comodísimo sofá.

Abre la nevera y pone el agua fría en un vaso de cristal negro. Me fijo en la elegancia del hombre que tengo delante de mis ojos, cualquier chica estaría encantada de estar aquí con él, ¿por qué yo? A ver, no es que no tenga autoestima ni nada d eso, siempre me he considerado una chica guapa con un cuerpo muy bonito pero este hombre parece que tiene dinero y con lo guapo que es podría estar con cualquier modelo, no con una chica normal como yo. Se acerca y me entrega el vaso con agua.

-Gracias... -Hago una pausa para ver si me dice su nombre o por lo menos su apellido.

-No te lo voy a decir. -Se ríe y se sienta a mi lado, demasiado cerca.

Tu nombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora