Capítulo: 15

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Caminamos por las calles del pueblo, la gente era muy normal y tranquila a diferencia del pueblo anterior en el que estuvimos, se veía más alegre, el sol iluminaba las calles que de alguna manera nos daba gusto de caminar por ahí. Pequeñas casas y algunos árboles cubrían las calles, los niños jugaban alegres y los adultos cuidaban de ellos o trabajaban.

__Pa... pa... pa... pa... pa... pa...__balbuceaba la bebé observando a todos, luego de dos balbuceos más, estornudó.

Una señora algo mayor caminaba hacia nosotros lenta y tranquilamente, traía una sombrilla y unas gafas de sol. Yibo se le acercó.

__Disculpe, ¿Dónde queda el orfanato Caritas sonrientes? __le preguntó y nos miró raro.

__De aquí caminan cinco cuadras y giran a la izquierda, y de la esquina a la derecha.

__Muchísimas gracias.

Continuamos caminando, con cada paso que daba sentía una ligera sensación de miedo y culpa, no sabía el por qué, pero creo que me daba pena dejar a la niña ahí después de todo lo que habíamos pasado.

En todo el camino ninguno dijo palabra alguna, mi vista estaba fijada en el piso y mis brazos apretaban a la pequeña contra mi pecho.

No, no, no Zhan, ¿En serio te encariñaste con ella?

Ya casi llegábamos, mi corazón comenzó a latir con fuerza, el orfanato estaba ahí, Olla se quedaría en menos de media hora.

__Yibo.

__¿Qué?

__El pañal__mentí para buscar una excusa para quedarnos con ella más tiempo.

__Cámbiala, yo iré a espiar.

__Ah ok.

Al llegar ahí, me senté en una banca que había cerca del lugar y fingí cambiarle el pañal a la bebé. Sin querer observé la canasta que habíamos comprado hace algunas horas de camino al pueblo, el dolor de estómago regresó por el miedo, sacudí la cabeza y me enfoqué en lo que estaba haciendo. Cuando abrí la pañalera, observé el vestido rosado que le habíamos comprado Yibo y yo, y recordé que nunca se lo habíamos puesto, por lo que lo saqué y ella rió contenta.

__Vaya me leíste la mente__giré mi cabeza al escuchar la voz de Yibo.

__¿Por qué?__le pregunté acomodando el vestido y mirando a la princesa que tenía frente a mí.

__Porque te iba a decir que le coloquemos el vestido para que vaya elegante a su nuevo hogar.

Yo sólo sonreí ante su afirmación, tenía muchísimas ganas de llorar. Le coloqué sus zapatos negros brillantes y le ayudé a bajarse para que caminara hacia Yibo, quien se agachó a su altura y le hizo una señal para que avanzara hasta él. La bebé dió dos torpes pasos, mientras abría y cerraba sus manitos varias veces, extendiendo sus brazos hacia él con una sonrisa en su boca; se calló dos veces, pero con cada caída se levantaba y continuaba con su torpe caminata hacia Yibo. Estuvo a punto de caer, sin embargo, Yibo fue más rápido y la atrapó. La tomó en brazos y se sentó a mi lado en la banca.

__No voy a mentir, pero echaré de menos a la bola de pelos__dijo Yibo mientras la hacía jugar con su osito de peluche__O... ¿Cómo era?

__Olla__sonreí levemente al darme cuenta de que sonaba muy tonto.

__Eso, Olla.

Sonreí nuevamente y sentí cómo mis ojos ardían debido a que las lágrimas se acumulaban en ellos, los limpié de inmediato y la miré.

__Tenemos oportunidad para dejarla, hay un timbre, a un lado de la puerta, debemos dejarla en la canasta así como lo hicieron en nuestra casa y salir corriendo, pan comido.

DOS TONTOS Y UN BEBE  (Yizhan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora