Capitulo: 35

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Después de una hora, -que de por sí parecía interminable- caminando y entrando a un montón de edificios para dejar mis carpetas, fui a un parque a descansar un poco, me sentía muerto, además, teniendo a YangLi sobre mi pecho era más difícil caminar con facilidad, y si caminaba junto a ella, no llegaría nunca, sus piernas eran muy cortas y se distraía con todo lo que veía. Me senté en un banco de metal y desamarré a mi pequeña para colocarla en el suelo.

—¡Eh, eh! —gritó señalando un columpio para bebés.

—¿Quieres ir al columpio amor?

—¡Chi papá! —sonreí al verla tan feliz y caminé a paso lento hacia dicho lugar.

—¡Arriba! —exclamé levantándola por los aires y colocándola en el columpio, ella soltó una carcajada cuando se encontraba en el aire—. Dame esto, amor —dije mientras tomaba la camisa de Yibo que YangLi había traído antes de salir de casa.

—¡No! ¡Papi! —exclamó y se aferró más al pedazo de tela.

—Vaya vaya, así que nunca te vas a separar de la camisa de ese idiota —rodé los ojos y me coloqué detrás de ella para comenzar a darle vuelo en el columpio.

La empujé suavemente desde su espalda y automáticamente comenzó a reír, como si el empujarla hubiese sido el interruptor de encendido de su risa. Sonreí al verla así, nada me daba más felicidad que escuchar su risa tan inocente, verla feliz cambiaba mi estado de ánimo drásticamente en días tan grises como hoy.

—Qué linda bebé —dijo una chica que pasaba por ahí, mirándome con una sonrisa.

—Gracias —respondí y continué en lo mío.

—¿Es tu hija? —asentí con la cabeza—. Pues no se parece a ti, de seguro se parece a su mamá.

—Aja, sí —fue lo único que dije para después cargar a YangLi e irme con ella de ahí, no queria que me siguiera molestando, por lo menos mi pequeña no lloró ante mi acción.

Su madre, sí claro.

Crucé la calle directo a la parada de bus, hice una mueca cuando un par de gotas cayeron sobre mi cabeza. Genial, justo ahora tenía que llover.

Las gotas de lluvia comenzaron a caer en grandes cantidades, cubrí con una de las mantas a YangLi y caminé hacia una tienda para aguarecerme. De pronto se me ocurrió una idea: Zhou Cheng vivía a dos manzanas de ahí, iré a su casa para descansar y esperar a que la lluvia parara. A paso rápido logré llegar a dicho lugar después de cinco minutos. Toqué la puerta y de inmediato esta se abrió, dejándome ver a mi amigo sonriente como siempre suele serlo.

—¿Zhan? —al verme su rostro pasó a ser preocupado.

—Hola A-Cheng—le saludé y me hizo una señal para que entrara, lo hice y recosté a YangLi en uno de los muebles de su sala, ya que se había dormido en mi hombro.

—¿Estás bien? —preguntó al mirar los moretones en mis mejillas.

—Sí, tranquilo.

—¿Qué pasó? Xuan Lu me dijo que tú y Yibo habían discutido.

Asentí y bajé la mirada, cuando Zhou Cheng me abrazó, no pude resistirme más y lloré sobre su hombro. Su mano se dirigió a mi cabeza y comenzó a acariciarla lentamente.

—Ya, tranquilo, ¿Quieres contármelo? —asentí levemente con la cabeza y parpadeé para decirle que sí.

Nos sentamos en una de las sillas de su comedor y se lo conté todo, sin omitir detalles, ni nada de eso. Zhou Cheng me escuchaba atentamente, habían momentos en los que decía "Maldito Yibo" "Hijo de Puta" y otras groserías más contra él.

DOS TONTOS Y UN BEBE  (Yizhan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora