Aún era capaz de recordar el mundo pasado, era capaz de recordar lo monótono y tranquilo que suponía vivir.
Crecer, trabajar, endeudarte, tener hijos, más deudas y morir... Aquel era el planteamiento de vida con el que nos habían lavado el cerebro generación tras generación. Poco a poco se empezaron a perder valores, aspiraciones, respeto e iniciativas.
Podías notarlo en cada ciudad, en cada pequeño pueblo, en cada niño que ya no era tan niño, en cada adulto que no era tan adulto. Cada vez más robóticos, como si estuvieran en una cadena de producción en el que el siguiente movimiento era más mecánico que el anterior, controlados por algo mucho más grande de lo que nadie jamás pudo haber albergado cabida.
Cada vez más maldad, cada vez menos lucidez, cada vez menos humanidad...
Se empezó a escuchar de un virus vagamente, hablaban poco y trataban de desviar la atención enfrentando a todos contra el mundo, desviaban la atención hacia la creciente violencia que azotaba las calles, desviaban la atención hacia el cambio climático... nos tuvieron distraídos hasta mucho después de que el famoso virus devastó a más de la mitad de la población de todo el planeta.
Estallaron guerras sin sentido entre todos los países, los líderes políticos de entonces las justificaban con fines de lo más nobles, empezaron a abusar de la ingenuidad del pueblo... fue cuando empezaron a salir rumores a la luz, rumores que los de arriba acallaban de inmediato tachándolos de bulos.
No fue con ninguna de las evoluciones del famoso virus que el pueblo despertó, no fue con ninguna de las masacres con las que convivíamos día a día, ni tan siquiera fue suficiente con las primeras mutaciones de los animales... Tuvo que ser la repentina huida de todos aquellos que decían ser protectores de su nación, los que sobrevivieron a las guerras o al microorganismo se escondieron en refugios bajo tierra sin dar más explicación que la que se consiguió socavar de archivos cuya veracidad era intachable. Se reveló la existencia de una organización que se dedicaba a jugar a ser dios, querían una purga en toda regla dado que haciendo números se llegó a la clara conclusión de que los recursos naturales no daban para más y que era insostenible la sobrepoblación que había para entonces en el planeta.
Pero como siempre que se juega con fuego... uno acaba quemándose, el poder que confería un virus modificable al antojo era tan tentador como peligroso, sobre todo en un mundo corrupto donde el poder es lo que hacía la boca agua a cualquiera.
Lo que provocó que lo que quedábamos de humanidad nos movilizásemos, no fue la sensación de haber sido tratados como simple ganado prescindible, fue la sensación de desamparo, abandono y el terror que desataron al escabullirse como comadrejas a lugar seguro, no quedábamos demasiados y éramos todavía menos los que quedábamos mínimamente cuerdos.

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Furia.
Ciencia FicciónSolo los que han caído a ese abismo saben de lo que hablo, saben lo que es que te duela como si fuera una antigua lesión que no se ha curado correctamente. Cicatrizas y sigues adelante, más fuerte, más astuto que antes, pero con más cautela, con más...