Pov Joaquín
No pude dormir en toda la noche, pensar en que estoy a punto de casarme y arruinar un año de mi vida es difícil, se supone que debería ser el día más feliz de mi vida, el día más emocionante, pero no lo es, ni siquiera se siente el ambiente de una boda. Observo el traje blanco que está frente de mi y me pregunto ¿está bien lo que estoy haciendo?, quiero arrepentirme de lo que estoy apunto de hacer pero ya es demasiado tarde, me levanto de mi cama y voy hasta el baño para tomar una ducha, tal vez el agua se lleve un poco de mi estrés y lo logro, me relajo un poco como para dejar la mala vibra a un lado y seguir con esta farsa. Cuando salgo del baño veo a mi madre ya arreglada sentada en mi cama viendo el traje.
-¡Oh!, hijo no te escuché salir del baño
-Qué pasa mamá, ¿que haces aquí?
-Nada hijo, sólo quería ayudarte a vestirte— Su voz entrecortada me hizo querer llorar.
-Gracias mamá- Sonreí con la intención de frenar las lágrimas que amenazaron con abandonar sus cuencas.
-Hijo... perdóname-Susurró con un nudo en la garganta.
-¿Por qué te disculpas mamá?
-Se supone que hoy debería ser un día feliz para ti, pero mira esto, parece más un velorio que una boda, no quería esto para ti
-Mamá no te preocupes, verás que cuando acabe todo esto encontrare a alguien que me quiera y olvidaremos todo esto, solo es un año no toda la vida.
-Lo sé hijo, pero en verdad lo siento
Para este punto ya era tarde, ella lloraba haciendo que mi corazón se estrujara y eso duele.
-Mamá no llores me vas hacer llorar a mi también
Nos abrazamos por mucho tiempo, lo suficiente como para que mi mamá se tranquilizara y dejará de llorar, si ella está así no quiero saber cómo está mi papá. Terminamos de arreglarme y bajamos a buscar a mi papá para irnos y llegar a tiempo, él estaba esperando en la puerta de casa, verme me abrazó fuerte, tanto que sentí que mis pulmones quedaron sin aire.
--Te quiero mucho hijo- Dijo aún abrazándome.
-Lo sé papá, relájate verás que todo estará bien
Salimos de casa, había una limusina negra esperando por nosotros, el camino al hotel en donde será la ceremonia es largo. De la nada el rostro de mi hermana llegó a mis pensamientos, si hubiese muerto yo en su lugar, nada de esto estaría pasando y el sería feliz con Diego. La limusina se detuvo sacándome de mis pensamientos, el camino fue más corto de lo que creí, ya estábamos en el hotel bajé y enseguida me llevaron a una habitación, supuestamente debía prepararme en ella pero no hay nada más por hacer. Entré en ella y me senté en un pequeño sillón frente a la ventana, solté un gran suspiro y me frote las manos en la cara, alguien llamó a la puerta, me levanté para atender, la abrí y me sorprendí al ver a la persona que se encontraba detrás, Diego.
-Hola Diego, ¿Cómo estás?
-Bien, como siempre, pero, ¿Cómo estás tú?- Me relaje por unos segundos, pero la mirada llena de pena y lástima no ayudó.
-De maravilla- Respondí sarcástico.
-Estamos a tiempo de subirnos a mi auto e irnos a Japón- Susurra como si fuera un secreto.
-Me agrada la idea, pero me hubiese gustado mas si la propuesta la hacías antes de firmar el contrato- Reí bajito.
-Que tonto, como no lo pensé antes- Se reprochó a sí mismo.
-Ya no importa, ya no hay nada por hacer
-Tengo un regalo para ti- Cortó el tema para evitar sentimentalismos.
-¿Qué es?- me sorprendí un poco.
-Toma, quería dártelo hace unos días
-diego... yo... yo no, no puedo, tu debes tenerlo, era su collar favorito
-Lo sé Joaquín pero quiero que lo tengas tú, se que en estos momentos y en muchos otros necesitaras a tu hermana y qué mejor que tener algo para que la recuerdes todos los días?, por eso te lo estoy dando- Le dolía deshacerse de su recuerdo, pero tiene que hacerlo, no debería llorarle toda la vida, ¿no?.
-Gracias Diego- Me lancé a sus brazos. De verdad muchas gracias
-No es nada, a el le hubiera gustado la idea de dártelo, además necesitaba hacerlo, cada vez que lo veo pienso tanto en él que es inevitable no llorar- Tragó saliva con la intención de deshacerse del nudo en su garganta.
Diego me puso el collar de mi hermana dejándolo reposar en mi pecho y de inmediato comencé a sentir tranquilidad, estaba por decirle algo a mi amigo pero algunos ligeros golpes en la puerta nos interrumpieron. Ya era hora de bajar, Diego me acompañó y mi papá ya me estaba esperando para entrar al salón. No dijimos nada, las palabras en estos momentos están de más, tomé el brazo de mi papá y cuando las puertas fueron abiertas por completo la marcha nupcial resonó por todo el lugar, todo el mundo se puso del pie y formé una sonrisa en mis labios. Caminé al lado de mi papá, no quería soltarlo, me sentí como un niño pequeño a punto de ser abandonado. Frente a mi veo a mi futuro "esposo", esa sonrisa estúpida y fingida me provoca escalofríos, cuando mi padre le ofrece mi mano él sólo da la vuelta ignorándonos por completo, mi papá me sonríe dejando pasar la grosería. El tiempo pasa lento, no escucho nada más que mis pensamientos, me imagino cada día llorando por mi desgracia, soportar groserías cada minuto y fingir cada segundo. Los testigos están firmando, a diferencia mía parecen contentos, no percibo la gravedad del momento hasta que escucho al juez decir "puede besar al novio", parpadeo un par de veces tratando de comprender lo que está a punto de pasar, pero no me da tiempo de hacerlo cuando siento que toma mi barbilla con algo de brusquedad y siento sus labios sobre los míos, fue sólo unos segundos e inmediatamente se apartó. Me siento aturdido, no puedo escuchar lo que pasa alrededor, veo a las personas sonreír, a mi mamá llorar siendo abrazada por mi papá, veo a Jackson con una mueca en el rostro mientras yo me dejo arrastrar por el que ahora es mi esposo. A lo lejos al fin puedo escuchar aplausos y una canción que me encanta, es "All of me", bella canción para un día triste, con ella debemos tener un "primer baile", toma mi cintura y automáticamente comienzo a seguir el ritmo que él marca pero a los pocos minutos me deja solo. Durante toda la fiesta emilio no me dirigió palabra alguna, qué ironía ya que esta justo a mi lado pero de cierta forma es algo que me alivia un poco, ya que no es necesario hablar, ¿verdad?
Continuará....
Fin del capítulo
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Contrato de Amor (Emiliaco)
FantasyJoaquín es una chico de 23 años que se ve obligada a cazsarse con un chico para que su familia no pierda la empresa en la que tanto han trabajado su abuelo y su padre y el se ve obligado a contraer matrimonio como un contrato para asegurar la empres...