Pov Emilio
Una jodida semana, una maldita semana encerrado en esta casa, juro que casi me mato de la desesperación pero al fin mañana termina mi encierro. Todo este tiempo no vi a Joaquín, la verdad fue perfecto no ver su cara, las pocas veces que lo vi estaba hablando con el nieto de mi nana, obvio a mi no importó, yo pasé todo el tiempo en el despacho enviando miles de mensajes a mi pequeño novio, fue la única forma de estar cerca de el. Justo ahora observo la página en blanco del correo, buscando en mi cabeza las palabras que le escribiré a mi Niko. Pero alguien golpea levemente la puerta y escucho la voz de mi nana.
-emilio, ¿puedo pasar?
-Claro nana, adelante - Abre la puerta sigilosamente y cuando asoma su cabeza me regala una linda mirada.
-Hijo, tu papá está esperándote en la sala- Mierda.
-De acuerdo nana, enseguida voy- Cerré la computadora y dejé ir un suspiro.
-Permiso- Dice nana cerrando la puerta.
Me dejé caer en el sofá, respirando una y otra vez tratando de mentalizarme para ver a mi papá, no sé que diablos hace aquí, no quiero verlo, no quiero pelear con él, pero bueno, no hay nada que hacer. Salgo del despacho y camino hasta la sala, veo a mi papá caminando de un lado a otro frente a la ventana observando el jardín, cuando se percata de mi presencia y se detiene buscando mi mirada.
-Hola hijo, ¿cómo estás? - Verlo sonreír de esa manera me asquea.
-Estoy de maravilla papá, viviendo mi feliz matrimonio- Nótese el sarcasmo.
-Por lo visto sigues comportándote como un mocoso inmaduro- Su tono de voz cambia por completo.
-No pienso pelear contigo, dime, ¿qué haces aquí?- Ambos tomamos asiento.
-Bueno como sabes el cumpleaños de tu mamá es en dos días y tienen que ir.
-¿Quiénes?
-Tu esposo y tu, ¿quién más?
-Estas loco, no voy a llevarlo, no quiero que
me vean en público con el, no soporto que nos pidan muestras de cariño cuando no siento nada por el.-Pues no me interesa y lo sabes, así que los dos van y lo vas a presentar como lo que es, TU esposo, ¿escuchaste?, los quiero puntualmente, tu abuelo también estará ahí, él no sabe que te casaste por contrato espero que no lo arruines- Sin más se levanto del sofá y salió de la casa.
Me odia, definitivamente me detesta, ¿qué se supone que haga?, no quiero darle gusto, no quiero hacer todo lo que él quiere, ¿qué sentido tiene?, a mi parecer sólo quiere joder mi vida, no tiene derecho a hacerlo, ¿qué hago?.
-¿Estás bien?- Escucho esa maldita voz.
Me saca de mis pensamientos y lo veo sentado frente a mí, siento que me hierve la sangre y me quema la piel, la mirada que le doy está llena de odio y por un segundo la veo temblar.
-Lárgate, no quiero verte- Digo con la mandíbula apretada.
-Y-yo sólo quería... saber si estás bien- Me levanté furioso y lo tome de los hombros con fuerza ignorando la mueca de dolor que hizo.
-¡¿NO ENTIENDES QUE TE LARGES?, TU PRESENCIA ME MOLESTA, VETE!- Lo empuje para que se fuera, se sobo los hombros y subió las escaleras.
Al perderlo de vista me fui nuevamente al despacho, busqué con la mirada algo para distraerme, lo que sea es bueno, algo para patear, algo para romper, lo que sea que me ayude a sacarme ésta frustración, mi vista se encuentra con la reserva de vinos y me acerco tomado una botella de vodka, esto es perfecto. Comienzo a beber de la botella sintiendo mi garganta arder con cada sorbo, lentamente el coraje se queda en el olvido y los recuerdos de Niko vienen a mi mente. Al tomar las últimas gotas mi mal humor vuelve con el recuerdo de Joaquín, él y su tonta peculiar sonrisa me han arruinado. Sin saber cómo, me encuentro frente a la habitación de Joaquín, siento mis nudillos golpear la puerta de manera prudente para el estado en el que me encuentro, la puerta se desliza y veo su cara, sus ojos me observan con sorpresa y de alguna manera me molesta, empujo la puerta y él retrocede, está asustado y parece estar temblando.
-Q-que, ¿qué pasa?
-¿Qué quiero?, quiero que te largues de mi vida, te odio, te odio como no tienes una idea, me das asco, te aborrezco, vete, vete, ¡vete! Me acerco a el con pasos torpes y lo tomo de la mandíbula con fuerza.
-Me lastimas emilio, su-suéltame.
-No digas mi nombre con tu asquerosa boca, nadie te dio el derecho- Presioné más su mandíbula y vi como dos lágrimas escapaban de sus ojos, sus ojos.
Me perdí por un segundo en ellos y al sentirme frágil empuje con fuerza a Joaquín contra el tocador. Estoy mal, lo sé, pero no puedo detenerme, algo me lo impide, mientras más lo veo me dan más ganas de romper su cara a golpes, levanto mi mano y cuando estaba por abofetearlo el grito de mi nana me detuvo.
-¡EMILIO!, ¡¿QUÉ ESTAS HACIENDO?!- Me tambalee y retrocedí.
Mi nana corrió hasta Joaquín y lo envolvió en sus brazos, no se mueve, no responde a lo que mi nana le pregunta y parece no estar respirando, nana lo ayudó a ponerse en pie y lo saca de la habitación ignorándome por completo. Al cerrarse la puerta algo dentro de mi cabeza hizo “click” ¿qué diablos estaba apunto de hacer?, ¡ estuve a punto de golpearlo!, estuve a nada de hacerlo, una cosa es odiarlo y no aguantarlo pero otra completamente diferente es golpearlo, ¿que diablos me está pasando?, nunca había golpeado a nadie, absolutamente a nadie, mal, todo esto está mal, nuestra situación no era buena y ahora con esto seguramente va a empeorar.
Con pasos torpes salgo de la habitación, me siento mal física y moralmente, ¿qué caso tiene?, cometí una gran estupidez, la cague en grande. Llego a mi habitación y me recuesto en mi cama, siento el alcohol arder en mis venas y mi piel caliente, pero eso no importa, en mi mente hay algo que me perturba un poco, Joaquín. Su mirada perdida y llena de miedo, la manera en la que su cuerpo temblaba y sus lágrimas, dios, la he cagado. Entonces mi cabeza da vueltas y mis ojos se cierran lentamente, me dejo llevar por el sueño, mañana será un mejor día, ¿verdad?.
Continuara...
Fin del capítulo
ESTÁS LEYENDO
Contrato de Amor (Emiliaco)
FantasyJoaquín es una chico de 23 años que se ve obligada a cazsarse con un chico para que su familia no pierda la empresa en la que tanto han trabajado su abuelo y su padre y el se ve obligado a contraer matrimonio como un contrato para asegurar la empres...