capitulo 11

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Pov Joaquín:

Estoy cansado de esta farsa, no ha terminado el día y ya quiero salir corriendo. Todos admiran a la nueva pareja, prestando especial atención a la gran sonrisa de emilio, su gran falsa y triste sonrisa. Cansado de todo decidí alejarme un poco de él y me fui a despedir de Diego, ya que en poco tiempo me iría de "luna de miel" e independientemente de ello, en estos momentos es el único que me puede dar ánimos, si voy con papá seguro que se pone a llorar pidiéndome perdón mil veces y mamá debe seguir fingiendo que todo va de maravilla.

-¿Estás bien?- Dice Diego al verme.

-Sí, ¿acaso no se nota mi felicidad?

-Créeme que si pudiera te secuestraba justo ahora y te llevaba a conocer Japón

-¿La oferta sigue en pie?- Reí un poco al pensar en ello.

-Claro que si- Respondió sin dudar.

-¿Cuándo nos vamos?

-Ahora mismo si tu quieres

Todo es una broma, pero la propuesta es tentadora. Formé una mueca en mi rostro y me acerqué a Diego para poder abrazarlo, como si pudiera absorber su fuerza y valentía para afrontar lo que me espera.

-Es hora de irme- Susurre a modo de despedida.

-Lo sé, si necesitas algo o pasa cualquier cosa, promete que me llamarás, sabes que siempre que me necesites voy a estar ahí, no dudes de eso ni un segundo de acuerdo?

-Gracias Diego, lo prometo- Me permití volver a abrazarlo.

Diego se alejo de mí para ir con mi papá y comencé a despedirme de los invitados junto con mi esposo, no quise acercarme a mi mamá, lo que menos necesitaba ahora eran lágrimas por parte de ella o papá. Al salir del jardín del hotel nos esperaba una limusina, emilio me arrastró hasta ella, antes de subir logré deshacerme de su agarre para mirar una última vez atrás, vi a mis papás abrazados, a su lado estaba Diego y les sonreí sinceramente y viéndolos sólo a ellos, tratando de decirles que todo estaría bien y que no se preocuparan, levanté mi mano y dije adiós.

El transcurso del viaje es silencioso y el ambiente es ridículamente tenso, emilio no ha dicho una sola palabra y yo tampoco y a decir verdad es lo mejor. Mi "luna de miel" no será en un lugar de ensueño como París o una bella playa, para nada, será en la casa de sus abuelos y no sé si se encuentre lejos y de verdad espero que no, no quiero seguir en un lugar tan pequeño con él mirándome a través del reflejo de la ventana como si quisiera matarme.

Sentí que la limusina se detenía poco a poco y al dejar de ver la intensa mirada de mi esposo pude darme cuenta de que estábamos frente a la casa. Bajé y lo seguí, la casa es enorme, el camino de piedra es muy bonito y le da un estilo rústico, la fachada es sencilla pero elegante.

-¡Hijo han llegado que alegría!- La voz de una mujer me impidió seguir observando la casa.

-Hola nana, ¿cómo has estado?- Dijo emilio, entré y me quedé quieto detrás de él.

-Muy bien, mi niño- Terminaron con el saludo y la mujer me observó un par de segundos.

-Supongo que el es tu e...- Ni siquiera dejo que terminara la palabra cuando emilio la interrumpió.

-El es un nuevo empleado de mi papá- Definitivamente de esa boca no sale nada bueno.

-Si es lo que dices... ¿en donde está tu esposo?- Preguntó confundida.

-Mi papá compró a Joaquín, es mi esposo, pero no lo quiero, así que sólo es un empleado más

-emilio no seas grosero- Sentenció la mujer.

Emilio estaba por responderle a su "nana" pero llegó otro empleado a interrumpir, traía nuestro equipaje y estaba por llevarlo escaleras arriba pero se detuvo al sentir la mirada amenazante de Emilio.

-¿Qué crees que estás haciendo?- Habló mi esposo.

-Llevar el equipaje a la recámara principal - El chico agachó la cabeza y juro que estaba  temblando.

-Antes déjame aclarar dos cosas, la primera, el dormirá en la habitación de huéspedes, la segunda, el es un empleado igual que tú, por lo tanto no necesita ayuda para llevar su propio equipaje- Sus palabras me hicieron sentir mierda, pero no dejaré que lo haga una vez más.

-¡Emilio!- Gritó furiosa la mujer.

-¡Qué nana!-

Debo hacerlo, me va a costar caro pero la señora no tiene la culpa de que emilio sea un idiota.

-No se preocupe señora, yo puedo hacerlo, pero por favor, podría indicarme en donde se encuentra mi habitación?

-Claro pequeño, pero no me digas señora, puedes decirme nana- Sonrío y la tensión se fue poco a poco de mi cuerpo.

-¡Claro que no!, no puede llamarte así- Pero miren que tenemos aquí, un emilio celoso.

-¿Algún problema emilio?

-Sí, el es un empleado y no tiene por qué tomarse ese tipo de confianza contigo.

-Pues tú lo has dicho, el es un empleado al igual que yo, así que puede decirme como se le dé la gana, de todos modos estamos al mismo nivel- Esas palabras me dolieron tanto como a ella.

-Nana no quise decir eso

-Ven conmigo hijo, te llevaré a la habitación de huéspedes- emilio fue ignorado olímpicamente, podría reírme pero este momento es algo malo.

-Gracias.

No dije ni una sola palabra más, no quiero meterme en problemas. Mientras subía las escaleras junto con la nana de Emilio pude sentir su mirada sobre nosotros, caminamos por un largo pasillo hasta una de las recámaras mas lejanas, entramos y me sorprendió un poco, mi habitación no está nada mal, me gusta, además mientras más lejos esté de él mejor, puse mi equipaje sobre la cama y comencé a sacar mi ropa para ordenarla en el closet.

-¿Quieres que te ayude a desempacar?- Dice nana acercándose.

-No muchas gracias, puedo hacerlo sólo, además me sirve de distracción- No pude ocultar mi mala cara.

-Te preguntaría si gustas cenar pero creo que después de lo que sucedió abajo seguro no tienes hambre.

-La verdad no, pero de todos modos gracias Le sonreí, esta vez sincero y agradecido.

-Bueno yo me retiro, permiso.

Después de que la nana de Emilio se fue seguí desempacando, no tardé mucho en terminar de ordenar todo, me sentía cansado, busqué mi toalla para tomar un largo baño, agarré la más suave y grande, entré al baño para llenar la bañera con agua caliente, una vez llena entré y enseguida mis músculos se relajaron haciéndome sentir mejor, sin un peso sobre mis hombros, traté de dejar mi mente en blanco y disfrutar de mi baño relajante hasta que el agua se hiciera fría. Cuando mi piel se arrugó y sentí frío tomé mi toalla para vestirme rápido, me puse mi pijama y sin titubeos entré a la cama, observé el blanco techo. Quién lo diría, casi todo Seúl piensa que la pareja del año está de "luna de miel", sin embargo están en distintas recámaras tomando distancia para no matarse el uno al otro. Sonreí ante ese pensamiento y opté por dormir y dejar todo lo sucedido de lado, mañana tendré tiempo de atormentarme.

 Sonreí ante ese pensamiento y opté por dormir y dejar todo lo sucedido de lado, mañana tendré tiempo de atormentarme

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Continuara....

Fin del capítulo

Contrato de Amor (Emiliaco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora