La tarde estaba cayendo con su característico manto dorado cuando Addie, sumida en sus pensamientos y con un cuaderno de ideas a medio llenar, decidió tomar un respiro en la biblioteca. Había pasado el almuerzo y parte de la tarde con su amiga Alice, dejándose llevar por la música que llenaba su habitación. Finalmente, accedió a la tentadora idea de escaparse a París durante el fin de semana, siempre y cuando su inseparable compañero Freddie la acompañara. No habría forma de dejarlo atrás, era un pacto que iba más allá de cualquier plan improvisado.
Consultó el reloj de su habitación y se aventuró hacia la biblioteca antes de la hora acordada. Aunque aún faltaban cuarenta minutos para las siete de la noche, ansiaba un respiro de su rutina diaria. Revoloteó entre los pasillos en busca de una distracción, y finalmente se topó con "Sentido y Sensibilidad" de Jane Austen. Sin pensarlo dos veces, lo eligió. El libro siempre la había atrapado con su encanto clásico, era como adentrarse en un mundo atemporal.
Se acomodó en una mesa libre, acariciando el libro con sus dedos antes de sumergirse en sus páginas. Los personajes y las intrigas de Austen la abrazaron, llevándola lejos de su propio mundo y hacia la maraña de emociones que solo la literatura podía crear.
Mientras se perdía en las palabras, sus pensamientos volaban hacia Bella. El reloj seguía su curso, y Addie esperaba con una impaciencia apacible. Deseaba que Bella apareciera, que compartieran un rato juntas. No podía negar que quería que las cosas fueran diferentes entre ellas, que pudieran superar los desacuerdos pasados. Pero no podía forzarlo, sabía que era una tarea que requería tiempo y paciencia.
