[Reader Pov]Era sábado, los sábados solía haber gente en casa, por lo menos en ese pueblo, así que me acerqué a la puerta y golpeé la madera suavemente con mis nudillos, aunque lo suficientemente fuerte para que se escuchara, esperando a que alguien me abriera.
Esperé unos segundos hasta que escuché el sonido de unos tacones acercándose, por instinto me alejé un poco de la puerta, y al abrirse vi a una mujer rubia, muy guapa y elegante, con los labios pintados de rojo pasión y el pelo recogido en una coleta bien hecha.
La mujer enseguida me sonrió, saliendo un poco al porche.- Hola querida, ¿Qué te trae por aquí? No te había visto por el pueblo -dijo la mujer suavemente, aún con una sonrisa sincera en los labios.
- Hola, soy _____, soy nueva aquí, vivo en la casa de enfrente con mis tíos, y... He cocinado esto para ustedes, he escuchado que también son nuevos en el pueblo y quería conocerlos -respondí, no era muy buena en las interacciones sociales, pero lo intentaba.
- Oh, sí, bienvenida, ¿Quieres pasar y quedarte a cenar? Seguro que mis hijos estarán contentos de conocerte, sobre todo mi hija, Kaia -la mujer se apartó de la puerta, dejándome pasar, y lo hice, porque tenía la impresión de que esos chicos se convertirían es mi escapatoria de la mierda de pueblo en el que iba a vivir a partir de ahora.
Avanzamos por un pequeño pasillo y entramos a un salón grande, la decoración era preciosa y elegante, tenía aspecto de una mansión antigua, quién la hubiera decorado tenía un gusto muy fino.
Bajé la mirada a los sofás y pude ver a tres hombres de cabello negro, uno de ellos tenía los ojos negros, y leía un libro que tenía en sus manos, el segundo tenía los ojos grises y estaba sentado con su teléfono, y el tercero estaba recostado en otro de los sofás, tirando una pelota y atrapándola en el aire, por su posición sus ojos no eran visibles.
La mujer rubia se aclaró la garganta, llamando la atención de los tres hombres, que la miraron y enseguida dirigieron la mirada hacia mí, ahí pude ver los ojos del tercer hombre, heterocromía, uno de sus ojos era azul y el otro amarillo miel.
Tragé en seco, ¿Esos eran los tres esposos de esa mujer? Normal, ella era guapísima y ellos también, formaban un cuarteto perfecto, pero a diferencia de ella, dos de sus maridos me ponían nerviosa, ojos grises y el de los ojos heterocromáticos.- Ella es la sobrina de los vecinos de enfrente, se acaba de mudar, y nos ha traído un pastel -la miré sonreírle a sus esposos- La he invitado a cenar, y voy a llamar a los niños para que la conozcan.
La vi marcharse y me quedé de pie con el pastel en las manos mientras los tres esposos de la señora me miraban.
Vi a uno de ellos, el de ojos negros acercarse a mi, dejando su libro de lado y agarrando el pastel que mis manos sostenían.- Soy Valter Stein, uno de los esposos de Mila -el hombre me miró, sonriendo- Voy a dejar el pastel en la nevera para que no se estropee, toma asiento.
Yo solo asentí y lo vi marcharse, así que me acerqué a uno de los sofás y me senté, colocando las manos en mi regazo, los otros dos hombres aún me miraban.
- Entonces ¿Cómo te llamas? Supongo que vienes de haberte criado fuera, no mucha gente se viste así aquí, ¿Eres parte de la iglesia? -el hombre de ojos heterocromáticos me miró fijamente, haciendo contacto visual conmigo.
- ¿Parte de esa secta? Nunca -respondí sinceramente, poniendo los ojos un poco en blanco, mostrando mi sentimiento hacia ese intento de "religión".
Vi al hombre de ojos diferentes sonreír siniestramente.
- ¿Entonces a tí no te han lavado el cerebro? -preguntó con libertad al obtener una respuesta disgustada y en contra de la secta.
- No, yo vengo de España, y soy atea, ya de por si me molestan las religiones y no digo nada por respeto, ¿Pero esto? Esto es una secta, no una religión -al momento me di cuenta de que me estaba expresando demasiado, pero, ¿Qué tenía de malo hacerlo si eran los únicos que pensaban igual que yo?
- Hmm, ¿De España? Es un país muy bonito -ahora habló el de ojos grises, sus ojos fijos en mi, como analizando cada movimiento, su cara no expresaba sentimiento.
- ¿Han estado allí? -pregunté, con curiosidad.
- Solo de viaje -esta vez respondió Valter, que acababa de llegar de la cocina y se sentó donde estaba anteriormente.
- ¿Y cómo debería referirme a ustedes? Mi nombre es _____ -pregunté, añadiendo además el detalle de mi nombre.
Antes de que pudieran contestar una chica de cabello corto azabache entró al salón, sus ojos eran azules, y había una sonrisa en su rostro, iba vestida con ropa parecida a la que solía ponerme yo.
- Hola, ¿Tú eres nuestra nueva vecina? Soy Kaia, ¿Cuantos años tienes? ¿De dónde vienes? ¿Que te gusta hacer?
La chica parecía muy emocionada, supongo que por su forma de vestir y ser no sería muy popular entre las chicas del pueblo y no tendría muchas amigas.
- Hola Kaia, encantada, soy _____, y sí, soy la sobrina de vuestros vecinos de enfrente, tengo dieciocho años y en poco tiempo cumplo los diecinueve, y bueno, me gusta cocinar y los deportes -me presenté dándole la mano.
- A mi también me encanta cocinar -ella sonrió y me miró de arriba a abajo- Por cierto, me encanta tu ropa y tu maquillaje, ¿Vas a quedarte a cenar? Voy a cocinar yo, porfa, quédate.
La mire sonriendo, me había caído muy bien en muy poco tiempo, y eso era algo raro, así que asentí sonriendo, tendría una amiga normal aquí.
Percibí un movimiento detrás de ella y al observar las escaleras pude ver a dos chicos, uno rubio y uno azabache, que parecía la versión femenina de Kaia.- Ah, estos son mis hermanos, mi mellizo Frey y mi hermano mayor, Heist -se giró hacia ellos- Ella es _____, nuestra nueva vecina y mi nueva amiga.
Reí un poco, captando la atención de los hermanos, Kaia me sonrió, y Heist y Frey se me quedaron mirando.
- Me encantaría presentaros a mis hermanos pequeños algún día si se puede, aunque yo me llevo más tiempo con ellos -le sonreí a Kaia- ¿No tienes muchos amigos aquí, no? La gente es muy cerrada y extraña, lo comprendo, yo ya venía preparándome para estar igual hasta que me enteré de que existías.
Kaia rió, y luego caminó hasta donde estaban sus padres.
- Me alegro de tener una buena amiga aquí -me guiñó el ojo y comenzó a presentar a sus padres- Él es Valter, él es Peerce y él es Mayne.
Yo solo asentí sonriendo.
-Sé que es algo raro para la gente que tengamos tres padres.
- No, no, para nada -la miré segura.
Ella asintió y seguimos conversando, sobre todo hablaba ella, y yo la escuchaba, Heist solo se quedó callado con su móvil y el mellizo de Kaia, Frey, jugaba con unos trenes de juguete.
Cuando la hora de la cena se acercaba, Kaia me llevó hasta la cocina, y yo me ofrecí a ayudarla, al principio se negó, pero después me dejó ayudarla, y juntas comenzamos a cocinar.Los monstruos son capaces de ver a otros monstruos, pero algunos no son visibles ni para los de su calaña.
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Aceptaría mi principio, si tú fueras mi final [Stein]
Jugendliteratur[Reader x ###### Stein] Los monstruos más peligrosos son los que acechan, los de las sombras, los que pasan desapercibidos, son esos monstruos que ni los de su propia especie pueden percibir. Los que callan y guardan, los que esperan con paciencia...