Capítulo 30

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Sofía

__ ¡Sí llegaste! - grita Kilian corriendo a mis brazos. Me pongo de cuclillas para recibirlo en la puerta de la casa, seguido de eso lo siento estrellarse contra mi pecho con una fuerza, que pareciera desea incrustarse en ese lugar.

__ Siempre regresaré contigo. - aseguro tomando su rostro entre mis manos, llenadolo de besos, sintiendo que estoy con él y aún no es suficiente.

Es mi bebé, lo amo tanto como a su padre y presiento que ese amor es tan peligroso como estar frente a una bomba con tres kilos de Plutonio.

__ ¿Sabes que te amo? - se ríe enmedio de mi ataque de besos. - Mucho, mucho, muchote. Bastantote. Así de mucho. - abro los brazos antes de llenarlo de besos de nuevo.

__ Me estás dejando tu rojo en la cara. - se queja y me río cayendo con él en el piso, para que el rojo de mi labial lo marque más.

__ Maduren. - la voz del dragón nos hace vernos con complicidad.

Lleva las manos ocupadas con los dos maletines que pone en la mesa, enmedio de la sala, por lo que al darse la vuelta ambos nos lanzamos sobre Donovan, cayendo los tres en el mueble, mientras yo lo beso del rostro y Kilian lo abraza con una sonrisa que veo asomarse también en las facciones perfectas de su padre.

__ ¿Terminaron? - pregunta y estampo mis labios en su boca.

__ Ahora sí ¿Verdad, amor? - levanto a Kilian de encima de él, pero este se levanta quitandomelo para ponerlo en su espalda.

__ Tengo hambre. - me dice antes de darme un beso. - Los dos tenemos hambre.

Me da la espalda yendo a la cocina.

__ ¡Oye, ese es mi hijo! - lo alcanzo, oyendo las risas de Kilian.

__ ¿Quien es tu padre? - le pregunta el muy desgraciado, tomando ventaja de eso.

__ Tú, Donovan Hunt, el dragón. - celebra como si fuera algo de lo cual se enorgullece.

__ ¿Ves? Tiene estampado el "mío" por todos lados. - abre el refrigerador para sacar una jarra con jugo. - ¿Que puedes cocinar que sea saludable, rápido y sepa bien?

Pienso un poco e intento hablar.

__ Que no sean sopas instantáneas, ni repletas de crema chantillí. - me silencia.

__ Puedo hacer brochetas de ¿Jamón?

__ Dije saludable, no procesado. - pone a Kilian en la alacena pidiendo que le alcance un plato. - Cocinaré yo, así comeré bien y no tres kilos de conservantes.

Hago mala cara recibiendo el plato que coloco en la mesa, tomando a Kilian para ponerlo en un taburete. Lleno mi vaso con jugo y le entrego uno a mi hijo, viendo cómo el hombre de casi dos metros se mueve con destreza en la cocina.

Suspiro como idiota oyendo que le dice cuánta tontería se le ocurre al niño, mientras recuerdo nuestros momentos así, antes que todo ocurriera.

Él y yo en una cocina después de follar por horas en su cama. Enamorada hasta los huesos de mi prometido, ahora mi esposo.

__ Si un día te preguntas porqué me enamoré de tu padre, recuerda que cocina. - le digo a Kilian que sigue bebiendo el jugo de su vaso.

Veo como saltea un poco de salmón, unos espárragos, y no sé qué tanto porque estoy concentrada en verle el culo que posee, unos brazos grandes y una mirada que me pone a suspirar como asmática, pero al final termino con un plato con algo que huele asombrosamente delicioso.

__ Quiero ir a ver las jirafas. - dice Kilian de repente.

__ Odio los zoológicos. - le dice Donovan. - Huele a excremento por todos lados.

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