Donovan
Las similitudes de las situaciones me estresan sobre todo el que en una sola parte pueda estar presente. Me jode no saber lo sucede con Sofía, no estar presente en su intervención aunque entiendo que no morirá, es su obligación sobrevivir. Kilian la necesita.
Pueda que no sea inmortal pero sí conozco a mi mujer sé que es fuerte. Nos detenemos frente a la casa buscando una habitación de la casa, está dormido por lo que lo coloco en la cama, dejándolo bajo el cuidado de Lori para poder hacer la llamada que es contestada segundos después.
__ ¿Que haces en mi territorio? - la voz de Dante Mikhailov me recibe, dejando ver lo controlado que tiene sus canales de entrada y salida.
__ Necesito un favor. - soy directo. No me interesa saber cómo está enterado de todo. El tiempo se agota y necesito respuestas en lugar de preguntas.
Le cuento sobre la situación, siendo lo más resumido que se puede ya que no es más que un negocio para el. Como un buen negociante pone primero sus intereses demostrando así, por qué es conocido como un gran Magnate en cada campo que cubre.
__ Enviaré una dirección. Estarán esperandote. - me dice.
Escucho atentamente para leer luego dicha dirección con sus indicaciones en mente. Reitero que es mejor no estar al tanto de todo, por ello tomo a mi hijo para abordar el auto, esta vez está despierto. Sin embargo, se aleja como si el calor lo agobiara. Le doy agua para beber y reviso su temperatura, un leve cambio es lo que me encoge.
__ ¿Cuando vendrá Sofía? - su seriedad al hablar demuestra de quien es hijo. Aquel que con una simple pregunta lanza una demanda.
__ En cuanto se reponga. - recalco. - Ese es tu trabajo también.
__ ¿Prometes que volverá?
__ ¿Te he fallado antes? - increpo y niega. - Entonces confía en que la traeré de regreso.
Recuesta su cabeza en mis brazos y cierra los ojos lo que resta del camino.
En cuánto llegamos, observo la puerta que dijo el korol, con el sello en pintura roja.
Dos toques abren la mirilla donde asoma un sujeto.
__ Orden del korol. - establezco, cierra la mirilla y quita la seguridad, dejándonos pasar.
Un pasillo oscuro nos recibe el cual recorremos en completo silencio. Cruzamos dos alas más en donde más gente nos quedan observando. Escucho algunos jadeos de dolor, mujeres vestidas con trajes azules llegando a otro salón donde hay más personas que caminan de un lado a otro, muy apresurados.
Todos se hacen a un lado cuando pasamos, hasta que el tipo se detiene señalando una puerta para que entre.
__ Vendrán enseguida. - recalca cerrando la puerta al marcharse.
Sigo cargando Kilian, logrando que permanezca dormido pero no es un logro ya que es a causa de lo que carga los intestinos.
Lo acuesto en la camilla y se queja. Detesto que algo le causa dolor y no poder quitárselo.
__ ¿Cuanto mas van a tardar? - lanzo al aire.
__ Lo bueno se hace esperar. - declara la mujer de mirada azulada, intensa y oscura. Tiene su cabello amarrado en una coleta mirándome a través de sus pestañas cuando lee lo que trae en un tablero. - No hay tiempo de presentaciones, así que saltemonos esa parte ¿Quien le implantó esa cosa? - es directa. La asesina más grande Europa le dicen.
__ Ronald Stewart.
__ Los Ronald siempre han sido unos cobardes. - exclama acercándose. - ¿Desde hace cuánto lo tiene?
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Contención
CasualeEl dragón de la mafia neoyorquina ha regresado, por su puesto, por su gente y por las cabezas de quienes lo lanzaron al lugar de donde tuvo que luchar para sobrevivir. La prisión ahora bajo su mando es más peligrosa. No cede, no olvida y el perdón...