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Estaba en mi aposento, arreglando la cuerda de mi arco cuando escuché como entraban por la puerta los niños.
Segundos después escuche una voz muy familiar para mi. — ¿Donde están los pequeños?
— ¡Bjorn! — oí qué decían los niños.
Salí fuera de mi aposento y en la entrada estaba Bjorn sujetando a Sigurd en brazos. — Déjame ver... Ubbe, Hvitserk, Sigurd y Ivar. — señaló a los cuatro.
— Ivar... — repitió Ivar arrastrando la erre.
Bjorn rio a carcajadas por su comentario, bajó a Sigurd y se puso a la altura de ellos. — Estáis enormes. — les sonrió y miro hacia el frente donde yo estaba junto con Aslaug. — Eyra... Estas... — se asombró al verme y eché a correr hacia el abrazandolo fuerte. — Estas enorme pequeña. — me decía abrazándome fuertemente.
— Me alegra de que estés aquí, Bjorn. — le sonreí y acarició mi pelo.
— Reina Aslaug. — saludó. Esta le sonrio.
— Vamos Bjorn, tu hermana y yo tenemos algo que contarte. — dijo Aslaug. — Id a jugar niños.
Bjorn nos miró sin entender que ocurría y nos fuimos junto al fuego para hablar. Una de las esclavas les sirvió dos copas de vino a ambos.
— Gracias. — le dijo Bjorn mientras se apoyaba en la mesa cerca del fuego.
— Thorunn se fue. — dije sin anestesia.
Bjorn contempló el suelo sin entender la situación. — Dime... ¿Por qué se fue Thorunn? — le preguntó a Aslaug.
— Nadie lo sabe, una noche desapareció, ha pasado mucho tiempo. — contesté.
— Se dejó aquí a tu hija. — Aslaug llamó a la esclava que cuidaba de Siggy. Esta la atrajo hacia nosotros, Bjorn la contemplo sin querer hacer mucho caso ante ello.
Aslaug al darse cuenta de su actitud, pidió a la esclava que se fuera de nuevo por donde vino. — Tranquilo, cuidaremos bien de ella.
Bjorn asintió. — Llamaré a los hombres para que traigan lo de París.
Le mire con el ceño fruncido y salió para avisar a esos hombres. De la nada, aparecieron bastantes con muchos cofres repletos de joyas y muchas más cosas. Junto con los niños fui a ver que era lo que contenían esos cofres y cajas. Habían copas de oro, muchas monedas, cuencos extraños y demas.
— Entonces París era todo lo que Athelstan nos había dicho. — dijo Aslaug contemplando un collar enorme de oro.
— Si. Lo que soñó Ragnar y más aún. — contestó.
— Esto es maravilloso... — susurré contemplando todo lo que había.
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Eyra sangre fría - ᴠɪᴋɪɴɢs
Historical Fictionᴠɪᴋɪɴɢꜱ // Que los dioses te acompañen. × ᴛᴇᴍᴘᴏʀᴀᴅᴀs 4, 5 ʏ 6 × ᴠɪᴋɪɴɢs ғᴀɴғɪᴄ × ɪᴠᴀʀ x ᴏᴄ × NO SE ADMITE NINGUNA ADAPTACIÓN, NI COPIA SIN MI AUTORIZACIÓN.