Cada 100 años, Izuku rey del infierno siente la necesidad de copular, tener una pareja que satisfaga sus impulsos carnales, pero este deseo siempre es rechazado por dios, dejándolo en una incontinencia severa.
El príncipe del infierno ya no lo sopor...
--Un momento antes del conflicto entre la pareja--
La cena iba bien, todo era tranquilo sin algún inconveniente por el estilo, pero algo internamente afectaba al Omega, algo que no podía ignorar y eran los enormes deseos de ser marcado por el dominante.
Trataba de esconderlos, no hacerlos tan notorios, ese era el plan, resistir lo más que pudiera pero no lo soporto cuando Lucifer extendió frente al Omega un dije similar al que odiaba, uno que le había traído consigo el horrible recuerdo de esa odiosa mujer, la arpía usurpadora que logro separarlos, aquella que odiaría hasta la eternidad.
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--Kacchan, Yo... Yo
--Es una broma, ¿verdad?
--¿Eh? --musito el pecoso con extrañes.
Había interrumpido su propuesta, una que haría ofreciéndole el collar y las palabras que salieron de su boca lo desconcertaron por completo.
--De todos los modelos que existen tenías que ofrecerme uno que hace tiempo mandaste a forjar para tu mujerzuela
--D-De que hablas, no te entiendo nada.
--¡No mientas Deku! --vocifero golpendo con fuerza la mesa--. ¡Ese collar es idéntico al que hace tiempo le obsequiaste a Lilith!
--¿Que? No, eso no es cierto Kacchan, yo no le di ningun collar.
--¡Cállate! ¡No quiero saber más de ti, me voy y no quiero que vuelvas a buscarme! --finalizo el Omega en un intento de retirarse del jardín.
--Kacchan escúchame por favor --insistio el alfa sujetando con delicadeza la muñeca del más bajo.
--¡Te dije que me dejarás en paz! --grito propinandole una bofetada.
Izuku quedó atónito, no sabía que decir y entre el shock del momento observó como el arcángel se marchaba del lugar.
--¡Kacchan! --grito el alfa corriendo tras de el.
Antes de abrir el pomo de su habitación, Izuku (Lucifer) lo alcanzó y abrazándo al ángel por la espalda ingresaron juntos al interior de la alcoba.
--¡Sueltame! ¡No quiero que me toques! --grito el Omega con la cara llena de lágrimas.
Izuku giro su cuerpo delicadamente e hincandose a la altura del mas bajo, se aferró fuertemente a su cintura. El maligno, el ser más "cruel" y "egoísta" del mundo estaba a los pies de un arcángel, suplicandole por su perdón.
--Todo es falso... --susurro sin apartarse de Katsuki.
--Mientes, todo eso es men...
--Nunca tuve nada con Lilith... --confeso con lágrimas en el rostro.
