Un Lobo Entre Leones (Algunos caps en edición)

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Ned Stark

Ned sentía como si un par de rocas hubieran sido amarradas a sus parpados, había tratado de conciliar el sueño, pero la sequedad de su boca no permitía que lo hiciera. Su garganta gritaba por agua y las pocas veces que la había recibido se saciaba de ella hasta tener ganas de vomitar, el hambre gracias a los dioses era uno de sus menores problemas, ya que se alivianaba cuando su estómago se llenaba de aquel líquido.

Ned se movió suavemente sobre el suelo, evitando a toda costa acercarse a la paja orinada o a los restos de su excremento. Trataba de conciliar el sueño como si su vida dependiera de ello, pero unos pesados y fuertes pasos lo alertaron, los podía reconocer, por lo que se recargó contra el muro, ignorando por completo el punzante dolor de su pierna al realizar dicha acción. Ned escuchó el característico sonido de la pesada puerta de metal y madera al moverse, tuvo que taparse el rostro debido a la repentina luz de las antorchas fuera de la celda

- Comida por favor - Dijo en un tono suplicante

- Vino mi lord - Le respondió una voz que hizo que inmediatamente quitara su mano del rostro, la celda ya había sido cerrada, pero la misteriosa persona llevaba consigo su propia antorcha, por lo que Ned ya había podido ver con claridad los rojos muros de la celda y el cómo las moscas bailaban encima del excremento y la orina - Bebed mi lord - Dijo el misterioso hombre que estaba encapuchado con una vieja cota de cuero y un casco de metal con punta. El hombre había puesto la parte saliente de la cantimplora en sus labios

- ¿Varys? - Pregunto Ned, después de beber de aquel vino, el sabor dulce en sus labios aún estaba presente - ¿Cómo es que estás aquí? - Pregunto Ned, aún sorprendido por la apariencia que el eunuco tenía, las mejillas de este tenían una espesa barba de color negro descuidada, como si hubiera estado semanas sin cortársela. Era como si Varys se hubiera vuelto el carcelero en persona - ¿Qué clase de magia es esta?

- No es ninguna magia mi lord - Explico la araña mientras le dejaba la cantimplora en las manos a Ned - Por favor continúe bebiendo mi lord

Ned miró la bebida, la antorcha daba aquel reflejo característico que emitía el vino al estar en contra luz - ¿Acaso es el mismo veneno que mato a Jon Arryn?

- Mi lord, si quisiera envenenarlo, créame que lo hubiera hecho el día después de que el rey Robert muriera - Respondió Varys - Así me hubiera evitado tanto problema para poder llegar a usted, pero sé que usted no confiara en mí, ¿me permite? - Varys tomo aquel objeto de cuero de las manos de Ned y le dio un largo trago que dejo por la mitad la cantimplora - Admito que no es tan bueno como el de Dorne, pero no es asqueroso - Varys se limpió los labios con un pequeño pañuelo de color rojo - Tenga mi lord

- Gracias - Dijo Ned después de darle un último trago, se había tomado todo el vino como si se tratara de un niño que lo probaba por primera vez

- Alguna vez le dije a Robert que tantos los señores como los eunucos debían probar lo dulce y lo amargo de la vida alguna vez, aunque eso significaba morir - Concluyo Varys mientras le quitaba de las manos aquella bota de cuero vacía - Su hora ha llegado mi lord 

- ¿Qué paso con mis hijas? - Un tono de esperanza era palpable en la voz de Ned

- Lady Arya escapo de ser Meryn aunque fue gracias al sacrificio de Syrio - Dijo Varys - No he podido encontrarla aún, creo que está con Jeor Rivers aquel caballero que Robert le había puesto como maestro

- ¿Entonces Robert sabe donde está mi hija?

- No, aún no - Respondió - De saberlo los Lannister ya la tendrían, lo cual es una buena noticia, nuestro nuevo rey no le tiene aprecio a la joven. Y Lady Sansa aún sigue siendo la prometida del príncipe Joffrey. La reina la vigila de cerca, aunque bueno no es la única que lo hace, Lord Robert mudo sus habitaciones a la torre de Maegor donde esta Sansa ahora mismo - Varys noto como Ned presiono sus puños - Su hija mayor fue hace algunos días a pedir su perdón, se comportó como toda una dama y resulto - Varys se inclinó suavemente hacia el - Usted y yo sabemos que es hombre muerto, mi Lord