Episodio 16

345 47 10
                                    

—¿Las amarras son realmente necesarias? —preguntó Jimin mientras se removía incómodo en el sofá.

Yoongi, quien se mantenía callado a su lado, negó con la cabeza, dándole a entender que guardara silencio.

Jimin rodó los ojos y siguió hablando. —Ya les dije que nosotros no tenemos nada que ver.

—Lo siento, mi esposo puede ser un poco... desconfiado —respondió un hombre de cabello platinado —. Cuando vuelva podrán aclarar su situación.

—¿Tu esposo? —preguntó Jimin, con curiosidad.

El hombre asintió con una sonrisa que acentuaba sus hoyuelos, como si reconociera la sorpresa que podría causar. —Puede que su apariencia te haga pensar que es todo un malote, pero en realidad es como un pastelito una vez que lo conoces mejor.

La respuesta no pudo evitar dibujar una sonrisa juguetona en los labios de Jimin.

—Entonces, ¿eso significa que nos van a dejar ir? —su tono estaba impregnado de una emoción esperanzada.

Un destello de diversión brilló en los ojos del hombre de cabello platinado, pero su respuesta fue firme. —No hasta que vuelva mi esposo.

Pff... Se nota quién lleva los pantalones en esta relación —murmuró Jimin, ganándose un codazo por parte de Yoongi.

Habían transcurrido ya veinte largos minutos desde que el hombre de hombros anchos se esfumó de su vista, llevándose consigo a Din Pascal y al otro individuo esposado. A los minutos después apareció aquel hombre de cabello platinado. La paciencia de Jimin estaba empezando a ceder, y la inquietud comenzaba a hacer mella.

—¿Podrías por lo menos decirnos cómo te llamas? —inquirió Jimin con un toque de curiosidad—. Si vamos a quedarnos aquí, al menos podríamos intentar mantener una conversación.

El hombre pareció tomarse un momento para considerar su respuesta, pero finalmente decidió hablar. 

—Soy Kim Namjoon, pero puedes llamarme RM si prefieres —se presentó.

—Namjoon, ¿eh? —Yoongi rompió su silencio y sus labios formaron una pequeña sonrisa, expresando cierta sorpresa por el giro de los acontecimientos.

—Oh, así que tu amiguito sabe hablar —comentó Namjoon a Jimin, divertido.

—No soy su amigo, soy su novio —respondió Yoongi, con un dejo de molestia en su voz.

Namjoon levantó sus manos a la altura de su pecho, en señal de rendición.

—Tranquilo tigre, no tengo intenciones de arrebatártelo. No es mi tipo —bromeó de manera ligera.

Jimin ignoró el comentario anterior y decidió a cambiar el rumbo de la conversación. —¿Conoces a Hwasa?

La mirada que les dedicó Namjoon fue tan enigmática que ambos supieron al instante que habían dado en el clavo.

—¿De dónde conocen a Hwasa? —inquirió Namjoon, su voz cargada de cautela.

—Fue ella quien nos indicó que podrías llevarnos hasta Kim Seokjin —afirmó Yoongi con determinación.

Justo en ese momento, la compuerta se abrió, revelando al esposo de Namjoon, pero sin rastro de Din Pascal ni del otro individuo.

—Tienen cinco minutos para persuadirme de que no debería hacerlos desaparecer en este mismo instante —declaró el hombre mientras se acomodaba en el sofá de enfrente, deslizando su bláster hacia arriba en un gesto amenazador.

—Jinnie... —intervino Namjoon, buscando la complicidad de su esposo—. Tienen una conexión con Hwasa.

—¿En serio? —inquirió Seokjin, cruzándose de piernas y bajando su arma—. ¿De dónde la conocen?

Across the StarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora