Capítulo 42○

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Hermione tardó un rato en arreglarse, a pesar de sus esfuerzos. El cuarto de baño de la caravana no era lo bastante grande para vestirse y hacía mucho tiempo que no se ponía una túnica formal en lugar de un vestido bonito. Había optado por la vía fácil, con un vestido negro liso, y se había cambiado la túnica por un dorado oscuro ribeteado de marrón chocolate. Después de arreglarse el pelo, por fin estaba lista y salió del baño para buscar a Severus.

La esperaba en el salón, y su aspecto la sorprendió. Sólo lo había visto vestido de etiqueta en un puñado de ocasiones en el pasado, y habían sido de color negro, igual que sus túnicas de profesor habituales, pero esta noche iba vestido de seda gris marengo oscuro sobre los pantalones y la chaqueta negros y la camisa blanca, y el claro brillo de la tela quedaba de maravilla con su color. No sólo eso, sino que la túnica no estaba abotonada de forma represiva y el cuello era lo bastante bajo como para mostrar claramente las cicatrices de mordedura de serpiente que tenía en la garganta, lo cual era muy poco frecuente; normalmente hacía todo lo posible por mantener las marcas ocultas delante de cualquiera excepto de ella, pero esta noche incluso se había peinado hacia atrás para que no le estorbaran.

"Pues estás muy guapo", le saludó ella al cabo de un momento, tratando de fingir que no era para tanto.

El resoplido de él dejó claro que no lo había conseguido, ya que sus ojos oscuros recorrieron brevemente su figura. "Igual que tú. ¿Terminamos con esto, entonces?".

"Por lo que sabes, en realidad podría ser algo bueno", regañó ella con suavidad, sonriendo mientras se acercaba a él. "Harry es conocido por tener una buena idea de vez en cuando. Y ésta, al parecer, se basa en algo que tú dijiste".

"Hmph", fue su única respuesta. "¿Las damas primero?"

Asintiendo, cerró los ojos y se concentró, girando en el acto y desapareciendo. Las puertas de Hogwarts estaban abiertas de par en par; ella empezó a caminar hacia la entrada sin esperar, y oyó un agudo chasquido un momento después, antes de que él la alcanzara y le ofreciera el brazo. Sonriéndole, le puso la mano en el pliegue del codo mientras caminaban.

El Gran Comedor estaba iluminado y lleno de gente. Habían quitado las mesas de las casas y las habían sustituido por hileras de sillas frente al estrado donde normalmente estaba la mesa del personal; ésta también había desaparecido y en su lugar había más sillas y una pequeña mesa con una caja que Kingsley custodiaba cuidadosamente. Un gran portarretratos había sido colocado en un soporte junto a la mesa, y el retrato de Albus centelleaba ante todos.

Creo que llegamos tarde, observó Hermione, un poco consternada; no llegaban tarde, como tal, pero era una entrada más pública de lo que ninguno de los dos deseaba. Intentó soltarse discretamente del brazo de Severus, pero cuando él la miró le dejó claro que no quería que lo hiciera, y ella dejó de intentarlo. Poco a poco la gente se giró para ver quién llegaba; un silencio bastante ominoso empezó a extenderse desde la puerta, aunque enseguida se llenó de susurros acallados.

Ella no reconoció la voz que siseó: "¿Qué hace aquí?", pero evidentemente Severus sí.

Volviéndose en dirección a la voz, dijo con crudeza: "Vengo aquí, mírenme a los ojos y díganme a la cara que no me he ganado el derecho a estar aquí." Hubo una breve e incómoda pausa mientras todos evitaban sus ojos, y él esbozó una media sonrisa bastante desagradable. "Ya decía yo que no. Buenas noches, señor Potter", añadió mientras Harry se abría paso entre la multitud.

"Buenas noches, profesor... profesores, debería decir. Me alegro de que hayan podido venir los dos".

"¿De qué va todo esto, Harry?". Preguntó Hermione, exasperada.

𝑃𝑜𝑠𝑡 𝑇𝑒𝑛𝑒𝑏𝑟𝑎𝑠, 𝐿𝑢𝑥 [𝑆𝑒𝑣𝑚𝑖𝑜𝑛𝑒]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora