Capítulo 20

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Shadow Kiss (POV Dimitri) (TRADUCCIÓN) por LizzieMaría85

Descargo responsabilidad lamentablemente no tengo los derechos de autor material esos pertenecen a Richelle Mead.

Está trama está escrita por Gigi 256.

Capítulo 20

Rose estaba tarde para nuestra práctica matutina al día siguiente. Hace unos meses no me habría sorprendido mucho al respecto. Hubiera sido más sorprendente que llegara a tiempo. Quince minutos después de nuestra hora acordada había sido casi normal para ella. Ahora, no tanto.

A las cinco y media comencé a preocuparme. Mi propio calentamiento ya estaba completo, y había terminado un capítulo y medio de mi libro y aún no había señales de Rose. Pensé que nuestra conversación podría haberla afectado más de lo que había mostrado la noche anterior, así que empecé a caminar hacia los dormitorios con la esperanza de verla durmiendo profundamente en lugar de verla envuelta en preocupaciones o temores, atrapada en una pesadilla de la que no podía escapar.

La mayoría de la gente seguía dormida a esta hora, a excepción de unos pocos guardianes que patrullaban los alrededores. Uno o dos de ellos se dirigían al gimnasio para una sesión de entrenamiento, y les ofrecí un gesto de reconocimiento cuando pasé junto a ellos.

Los dormitorios de los dhampir, al menos en su piso, estaban vacíos. Todos los novicios de último año estaban con sus cargos, dejando a Rose sola en su habitación. El silencio era casi ensordecedor, incluso con mis silenciosos pasos causando ecos en el pasillo que llevaba a su puerta.

Aunque ella no respondió cuando golpeé en su puerta, al principio no me importó. Rose tenía el sueño pesado y podía dormir fácilmente aún con su alarma prendida, y probablemente también en medio de un apocalipsis si creía que tenía suficientes suministros de emergencia escondidos en su mochila. Después de la tercera ronda de golpes en su puerta saqué mi llave maestra, pensando que probablemente tomaría algo un poco más enérgico para sacarla de la cama.

Así que mi sorpresa fue enorme cuando encontré su cama completamente vacía.

-¿Rose? ¿Roza?

No hubo respuesta en su habitación, no es que hubiera muchos lugares donde pudiera esconderse. Los dormitorios eran de una habitación, con un armario plegable que Rose había dejado abierto de par en par con la ropa desparramada medio al azar. Esperé por un momento, optando por sentarme en la silla de su escritorio en lugar de la cama deshecha, preguntándome si tal vez se había escabullido por un momento para usar el baño del piso compartido. Sería sólo mi mala suerte que ella hubiera ido a tomar una ducha justo antes de que yo llegara aquí. Pasaron 5 minutos, 10 minutos y Rose no regresaba. Los baños estaban vacíos. Un rápido registro me informó que la matrona del dormitorio tampoco la había visto. A estas alturas ya estaba oficialmente preocupado.

Tal vez... tal vez no la había visto en mi camino hacia acá y ella me estaba esperando en el gimnasio. Tenía que ser eso. Ella me estaba esperando y en el momento en que entrara ella me daría un infierno por llegar tan tarde. Por ahora, la práctica había terminado. Mañana bromearíamos sobre esto, pero hoy solo necesitaba verla.

No había ninguna razón para dar alerta todavía. No había razón para despertar a Lissa ni a ninguno de sus otros amigos. Definitivamente no había ninguna razón para llamar a Alberta o poner un aviso de APB sobre el sistema de radio para que la buscaran. Solo necesitaba encontrarla.

-¡Dimitri!

Mi corazón dio un brinco, agradecido por escuchar su voz. La reconocería en cualquier lugar. A pesar de mi monólogo interno tratando de convencerme a mí mismo de que todo estaría bien, pude sentir que mis hombros comenzaban a relajarse, mi pulso volvió a la normalidad, y finalmente pude tomar el aliento que había estado tratando desesperadamente de tomar durante la última hora sin éxito. Una vez que la viera, todo estaría bien de nuevo. Todavía tenía que decidir si iba a besarla o hacer que corriera en la pista por el resto del día, pero al menos estaba a salvo. Si solo pudiera verla.

Besada en las sombras desdé el punto de vista de Dimitri Belikov Donde viven las historias. Descúbrelo ahora