CAPÍTULO 24: REVELACIONES EN SILENCIO

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El día amaneció con un halo de misterio para Elisa. El persistente zumbido de su teléfono la arrancó del sueño, y al ver el nombre de Hugo parpadeando en la pantalla, su corazón se agitó con una mezcla de emociones. Rápidamente cortó la llamada, pero antes de que pudiera asimilar completamente la situación, un mensaje apareció en la pantalla.

<< He vuelto, necesitamos hablar >>


Las palabras resonaron en su mente, dejándola inquieta. ¿Por qué Hugo había vuelto de repente? ¿Qué quería discutir con ella? La ansiedad se apoderó de sus pensamientos. Decidió enfrentar la situación y, sin dudarlo, se dirigió hacia la habitación de Hugo.Golpeó suavemente la puerta, esperando que él estuviera despierto. Hugo abrió la puerta, con una expresión somnolienta.


-¿Qué pasa, Eli? -preguntó, frotándose los ojos.-Hugo, necesitamos hablar -dijo Elisa con nerviosismo.


Una vez que Hugo estuvo vestido, salieron de la habitación y se dirigieron a un rincón tranquilo. Elisa, tratando de ocultar su ansiedad, mencionó que su tía la necesitaba de vuelta en la ciudad. Hugo, notando la tensión en su voz, le preguntó si todo estaba bien.


-Está bien que volvamos, pero no quiero que estés nerviosa, ¿okay? Si es porque te arrepientes de lo que pasó, lo puedo entender. No pasa nada -dijo Hugo, tratando de tranquilizarla.-Tranquilo, no lo estoy. Solo necesito volver. Te explicaré todo después, lo prometo -respondió Elisa, forzando una sonrisa nerviosa.


El camino de regreso a la ciudad transcurrió en silencio. Elisa estaba sumida en sus pensamientos, tratando de organizar las palabras que le diría a Hugo. Al llegar a casa, ella se preparó para bajarse del coche cuando Bruno, de repente, tomó su mano y la miró a los ojos.


-¿Estás segura de que está todo bien? -preguntó Bruno con preocupación.-Sí, solo tengo que irme. Te llamo luego.Bruno la atrajo hacia él y le dio un beso suave.-Voy a estar esperando esa llamada.


La puerta se cerró tras ella, dejando a Bruno solo con sus propios pensamientos, Entraba a su casa con la mochila cuando al pasar al salón encontraba a su tía con Hugo esperando en el salón .

-¿Qué hace él aquí ? - nerviosa y con enfado.

-Te estaba esperando en la puerta y como me llamaste para decirme que ya venias lo dejé pasar ¿ Ocurre algo?.- Mirando a ambos

Interrumpe él

-¿Elisa podemos hablar? , llevo intentando comunicarme contigo desde que me fui . Es importante para mi.

- Esta bien , pero no aquí , vayamos a otro sitio mejor

Ambos se marcharon, dejando a la tía de Elisa algo incómoda, cerrando la puerta tras ellos. Elisa caminaba sin rumbo fijo, su mente inundada de pensamientos y emociones. Hugo, finalmente, decidió detenerla, agarrándola del brazo con firmeza.


-Me vas a decir qué te ocurre de una vez, o ¿vas a seguir actuando como una niña? -inquirió Hugo, mostrando su preocupación.

-¿Acaso no sabes lo que me pasa? ¿En serio? -respondió Elisa, con frustración evidente en su voz.

-La verdad es que no. No coges mis llamadas, no respondes mis mensajes, me entero por mi hermana de que has renunciado a la universidad, que te peleas con todo el mundo. Resumidamente, no tengo ni idea de lo que te pasa -confesó Hugo, intentando entender.

-Lo que me pasa tiene un nombre: Marina.

-¿De qué conoces a Marina?

-No sé, mejor dime tú quién es Marina -dijo Elisa, con lágrimas en los ojos.

-Mira, Marina es solo una amiga. No tienes por qué preocuparte por ella.

-¿Una amiga o tu novia?

-¿De dónde sacas que Marina es mi novia? -rió Hugo-. Es una amiga de toda la vida. Vivíamos juntos durante el primer año de carrera porque lo hicimos en Nueva York. Yo decidí volver, y ella se quedó allí.

-¿Y por qué me diría ella que es tu novia?

-¿Ella te dijo eso? Es muy raro, no tiene sentido.

-Te llamé, ella cogió el teléfono mientras tú estabas en la ducha, lo escuché todo. No hace falta que me sigas mintiendo.

-Te juro que es solo una amiga. Si quieres, la llamo o le pago un vuelo y que te lo explique ella. No sé por qué ha hecho eso, te lo juro. Yo solo tengo ojos para ti, deberías saberlo.

-Júrame que nunca has tenido nada con ella, que solo sois y habéis sido amigos -lo miró fijamente.

-Hubo algo entre nosotros hace mucho tiempo, pero fue cosa de unas noches que íbamos borrachos. Te prometo que no la he tocado. Llevo estas semanas pensando en ti preocupado. Te estoy siendo sincero. Quizás no debí pasar tiempo con ella, pero en serio, no hemos hecho nada -aseguró Hugo, acariciándole la cara suavemente.

-¿Cómo puedo saber que no me mientes? -preguntó Elisa, ya llorando y bajando la cabeza.'

-Porque te amo, y eso deberías saberlo. No te haría eso, me conoces. Mira, mejor hago esto -dijo Hugo, sacando el teléfono y llamando a Marina, poniendo la llamada en altavoz.

-Oye, estoy muy enfadada contigo. Te fuiste sin despedirte, pensaba que ibas a estar más tiempo -se escuchó la voz de Marina.
-Marina, tengo que hablar contigo muy seriamente. ¿Me puedes explicar qué es eso de que tú y yo somos novios? -le dijo Hugo, visiblemente enfadado.

-Hugo, no te enfades. Solo fue una confusión, una chica llamó a tu teléfono y pensó cosas raras. Yo no le dije nada, ella sacó conclusiones sola.

-Mira, no quiero explicaciones. Hablaremos seriamente cuando nos veamos.

-Pero, Hugo, yo... -Marina no pudo terminar su frase antes de que Hugo le colgara.


-Lo has escuchado. ¿Confías en mí ahora? ¿No crees que era más fácil confiar en mí y hablar las cosas a ignorarme y no querer saber nada de mí? -preguntó Hugo, decepcionado.

-Yo estoy muy confundida, me siento mal -lloraba Elisa, echándose las manos a la cabeza.

-Mira, yo te quiero, estoy enamorado de ti, y entiendo que te cueste confiar en mí, pero debes hacerlo. No quiero que haya secretos entre nosotros -declaró Hugo, abrazándola fuertemente.-Te echaba tanto de menos, extrañaba tu olor, tus ojos, tus besos. Olvidemos esto y sigamos con lo nuestro como antes, ¿sí? -la miró.

-Perdóname, debí hablar contigo las cosas antes de tomar decisiones. Yo he cometido errores y... -no la dejó terminar.

-Da igual, podemos solucionarlos juntos. Te quiero -la besó, cogiéndola de la cara-. Extrañaba tanto esto.

-Lo siento, en serio, la he cagado todo el tiempo. Te quiero, perdóname por favor -lloró .

-No has hecho nada tan grave, deja de llorar. Ahora ven, te acompaño a casa, y te lavas esa carita. ¿Quieres quedar esta noche o prefieres mañana? -sonrió Hugo.

-Hoy quiero estar contigo y que no me dejes, olvidarnos de todo.

-Te amo, Elisa, te amo -le dio un beso de despedida.

-Adiós, nos vemos esta noche.

Se quedó mirando como se alejaba a lo lejos y pensando en el lió que estaba metida y lo peor Bruno...

ENAMORADA DE LA ÉLITEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora