Capítulo 12

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Acababa de llegar a casa, después de lo que había pasado con Ryan me sentía mejor, mucho mejor pero no estaba segura de si había hecho bien en contárselo.

"¿Hoy nos vemos?
Le contesté que sí aunque tenía que preguntar a mi hermano. Al final quedamos en el escampado donde quedábamos siempre pero esta vez ambos estábamos más nervioso, nos habíamos dicho cosas importante en un momento de enfado y ahora yo en parte me arrepentía por cortárselo y el seguro que se arrepentía porque se lo había dicho, pero cuando nos vimos ninguno de los dos dijo nada, simplemente tomamos un café y hablamos sobre cosas banales.

-- Me tengo que ir Ryan.

-- Claro, te llevo- dijo muy nervioso.

-- No, no hace falta, cogeré un taxi- le contesté medio sonriendo.

-- Amy, yo...

-- No hace falta que digas nada Ryan, sé lo que estás pensando- reí cínica- "tus traumas infantiles son un problema y no podemos seguir con esto"

-- ¿Qué dices? No pienso eso- me miró confuso.

-- ¿Entonces que piensas?

-- Yo... no sé Amy, no sé que decirte- sonreí.

-- Lo que pensaba- me acerqué y le di un suave beso en la mejilla, pero él giró su cara estampando un beso en mis labios. Después de eso bajó a mi cuello y succionó un poco.

-- ¿Qué haces? Para Ryan- dije enfadada mientras trataba de apartarme pero el me mantenía sujeta con un solo brazo.

-- Para que te acuerdes de mí- dijo en mi oído con voz ronca.

-- Eres imbécil, suéltame- grité mientras le empujaba- ¿Qué coño te pasa?

-- No quiero perderte- dijo triste.

-- Ya nos veremos Ryan- traté de disimular mi dolor con un sonrisa mientras llamaba a un taxi alzando mi mano.

Cuando llegué a casa Gail había preparado una ensalada de pasta y filetes para comer, me senté en un taburete mientras veía videos de YouTube en mi ordenador cuando de pronto alguien me tapó los ojos y yo pegué un pequeño grito de susto hasta que me dijo:

- Ponte ropa cómoda y vámonos tengo una sorpresa para ti- era mi hermano y se me escapó una media sonrisa, le cogí las manos que estaban en mis ojos y las aparté para poder girarme y mirarle con mi mejor sonrisa.

- Dime la sorpesa, por favor- le supliqué- y te juro que cuando me la des pondré cara de sorprendida.

- No- dijo serio me dio un beso en la frente y me mandó a cambiarme de nuevo, me puse unos leggins negros con una básica blanca por encima una chaqueta tipo militar color caqui y mis converse bajas blancas, iba cómoda e informal, no creo que me llevara a ningún sitio muy elegante ya que era las cuatro de la tarde. Cogí mi móvil y salí de casa, donde mi hermano me estaba esperando metido en su coche y hablando por el móvil, como siempre.

Entré dentro del BMW de Christian y él me puso una venda en los ojos para que no viera dónde íbamos, me até y comenzó a conducir. Odiaba ir con los ojos tapados porque a nadie, o al menos a mi, le gusta no sabes donde vamos. Christian seguían en sus trece y no me quería decir donde íbamos. Al cuarto de hora llegamos porque paró el coche y me hizo bajas. ¿Estábamos en el campo? Olía a mierda de vaca y a abono para los animales.

-- ¿Me has traído al campo? ¿En serio Christian? Es que no me lo puedo creer, siempre me estás castigado pero aquí te has pasado- continué quejamos mientras el resoplaba- si, si, claro, resopla porque como a ti te da igual, es que me parece muy fuerte en serio Christian, ¿me quieres decir de una vez a dónde coño me estás llevando?

Hermana de Christian GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora