Capítulo 10

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{NO CORREGIDO}

Habían pasado sólo un par de horas desde el incidente que estresó a Takemichi, al encontrarse con más de una traba en su camino, pero también con una monedita de oro, conocida como "el tigre"

Nuevamente se había prohibido la salida de Takemichi del palacio y no era lo único que acosaba los pensamientos de el joven príncipe, también el hecho de no haber visto a Ran en todo el día, desde que se durmió en los brazos de esté, por alguna razón, sentía que debía hablar con él.

— ¡Takemichi! — Yamagishi volvió a llamar a su amigo, por quinta vez, nunca lo había visto tan distraído.

— ¿Eh? ¿Sí?— Takemichi movió su cabeza un par de veces, tratando de recobrar el sentido de la realidad, dándose cuenta de que sus amigos le llevaban hablando desde hace un rato.

Yamagishi cuestionó constantemente si había algo que estuviera sucediendo y necesitará hablar de ello y como en todas las veces, éste sólo negaba, aún con su consciencia de culpa por no poder contarle nada a ninguno de ellos, ¿Qué se supone que les diría? "Oh, claro, estoy buscando a una bestia mágica que puede tenga magia muy peligrosa, sólo para que su hermana no lo asesine, ¿Qué cómo lo sé? Eso es fácil, ¡Porque soy un transmigrado!" Ni loco haría una estupidez así.

Sin mucha confianza, siguieron con su plática matutina, a la que Takemichi ya se había acostumbrado, pero especialmente ese día, se sentía tan ajeno a ella.

Las voces de su par de amigos se sentían tan alejadas y su mente se sentía tan inundada, los pensamientos de su situación no lo iban a dejar libre, al menos hasta que encuentre solución a alguno de sus actuales y tristemente, futuros problemas.

La salud de su madre, parecía mejorar a ratos y sólo en esos ratos, volvía a ver a los Haitani y a su padre, felices, pero luego de eso volvía a decaer y si no fuera por Takemichi, el ambiente sería aún peor.

Y hoy... Conocería a otra de las tantas alteraciones en su historia, su prometido, sobra decir que con esto, su hogar está más desequilibrado que de costumbre, debía encontrar soluciones rápido o lo que conocía como hogar, se desmonoraria al más mínimo toque.

El joven príncipe se mantenía atento a aquel reloj de pared que golpeaba sus manecillas con fuerza o eso parecía, no quería que el tiempo escolar finalizará, no estaba listo para volver al pesado ambiente que había en su familia, en momentos como ese, quisiera quedarse a vivir en la escuela si era un poco posible.

Sabía que no lo era, pero no podía evitar soñar cuando las cosas se ven de manera tan lamentable en lo que antes era un hogar cálido, su padre la pasaba encerrado en su oficina "atendiendo asuntos del reino" aunque muy dentro de él, podía ver como trataba de tampoco lidiar con lo que acechaba la felicidad de su familia. Por otro lado, los Haitani se la vivían entrenando o estudiando todo era una forma de escapar, realmente no estaba del todo seguro.

Finalmente el timbre resonó, sacando de inmediato a Takemichi de sus pensamientos, pero alebrestando su corazón, cosa que fue notada por el dúo a su lado, ambos llevaban tiempo sospechando que Hanagaki no estaba bien, pero ninguno de ellos quería incomodar con preguntas, ya lo habían dejado pasar.

Todos, incluyendo al joven príncipe, ya se dirigían a la salida de la escuela y a pesar de que Yamagishi quería incluir a Takemichi, esté daba respuestas desvariadas y una que otra sonrisa.

— Los clubs iniciarán sus actividades oficialmente a partir de mañana, ¿Ya se han unido a uno? — Cuestionó Takuya, atrayendo la atención que tanto habían tratado de obtener.

Takemichi recordó aquel club al que se había unido y sonrió ligeramente recordando a su futuro profesor y sobre todo, al compañero tan extravagante que tendría en éste, sonrió nuevamente hacia sus amigos asintiendo, con estos empezando a hablar sobre ello.

I'll be what you made me be (Allxtakemichi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora