11~Miedo

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Sara:

Todo había ido genial. Por fin me iba dedicar a aquello con lo que soñaba de niña. Le había caído muy bien al padre de Raúl y por supuesto aceptó nuestra relación.

Me despedí con un beso cuando Raúl me dejó en la puerta de mi piso.
Subí con cansancio y felicidad al mismo tiempo. Estaba deseando darme una ducha y ponerme el pijama lo que quedara de tarde.
Abrí la puerta con total normalidad y vi que todo estaba más oscuro de lo normal.
No entraba la poca luz que quedaba en la calle, ni siquiera la de las farolas.
Me quedé pensando en la misma puerta si había bajado las persianas al irme, pero no tenía sentido.

Estaba tan distraída que ni me di cuenta de quién se acababa de poner a mi lado hasta que este me tiró del brazo. Debía de ser una broma.
Di un paso hacia atrás cuando me solté de un tirón y mi espalda chocó con algo fuerte y duro. Después, una mano tapó mi boca haciendo que no pudiera decir ni una sola palabra. No me había dado tiempo ni de gritar. Esa sombra dejó la puerta de la casa medio abierta y encendió la luz. Vii bolso tirado en el suelo y luego dirigí mi mirada hacia aquella persona.

Donde antes se lucían unos ojos verdes y dulces, ahora habían unos ojos apagados, llenos de rabia y furia al mismo tiempo.
Mateo..

-Te has tardado en venir.. ¿no recibiste mis notas y mensajes? ¿O no te gustaron?-me dijo con un tono sarcástico.

¿Mensajes? Caí en cuenta de que todas aquellas notas que había estado recibiendo desde la fiesta de Aroia eran suyas. ¿Cómo lo hizo?
Su mano no me dejaba hablar, aunque ni queriendo hubiera podido.
Se me quedó mirando durante un rato, de arriba para abajo sucesivamente y soltando alguna que otra carcajada. Aún llevaba la falda de cuadros y el top blanco de la sesión de fotos, y estar ahí, contra la pared igual que había estado en el pasillo de la universidad, me ponía muy nerviosa, más de lo que ya estaba.
Me quitó la mano de la boca y se aseguró de que no me moviera de ahí.

-Así que todos los estúpidos papeles eran tuyos.. ¿Qué coño estás haciendo aquí y por qué?

Se rió de aquella manera insoportable.

-Efectivamente y nada, estaba aquí, en mi casa tranquilamente, esperándote- dijo muy seguro.

-Esta nunca fue tu casa, no lo es y mucho menos nunca lo será.

Le dió un puñetazo a la pared haciendo que me sobresaltara. Él apenas había estado en mi piso, solíamos pasar siempre el rato en su casa porque siempre insistía en ir allí.
Tenía grabado en mi retina su forma de mirarme, de comerme los ojos y desearme.
Aún así, el odio seguía allí escondido en el fondo de sus ojos.

-Ya ni te reconozco- conseguí decir después.

-Oh, por favor, no me vengas con gilipolleces y cosas ñoñas- soltó con rabia.

Lo miré con lástima, pero lástima por mí misma. Yo había sido la gilipollas que decidió darle aquella segunda oportunidad, yo fui la gilipollas que ignoró completamente aquellos mensajes de amenaza y yo fui la gilipollas que podía haber hecho que esto no ocurriera.

-¿Qué quieres?-le dije ya cansada y sabiendo que podía hacerme cualquier cosa, en mi propia casa..

Volvió a mirarme por unos instantes.

-Me jodió muchísimo que lo hicieras con ese cretino que se las da del mejor solo por ser más rico que el resto. ¿Crees que no lo sabía?

-Pero..

-Digamos que tengo ojos y oídos por todas partes-dijo inmovilizandome por completo.

Mi cerebro procesaba todo aquello. Me vinieron todos los recuerdos de golpe. Primero aquella noche con Raúl y luego la escena del pasillo.

♡᯾𝘋𝘪𝘮𝘦𝘭𝘰 𝘤𝘰𝘯 𝘶𝘯 𝘣𝘦𝘴𝘰᯾♡ Biyinplay Donde viven las historias. Descúbrelo ahora