♡᯾𝘋𝘪𝘮𝘦𝘭𝘰 𝘤𝘰𝘯 𝘶𝘯 𝘣𝘦𝘴𝘰᯾♡ Biyinplay

2~El avance

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Sara:

El día había pasado muy rápido. En cuanto me pude dar cuenta ya me encontraba en mi escritorio con el portátil.
No me atreví a pedirle el número de teléfono a Raúl, así que opté por buscarlo por Instagram. Si era como la mayor parte de la población mundial, su user sería su nombre y su apellido.

Y efectivamente. Ahora, ¿le debería de seguir?
Me fijé en la de cantidad de seguidores que tenía, y eso que no tenía ninguna publicación. Empecé a dudar, me pareció extraño. Pero realmente quería.

-Va Sara, que tampoco cuesta tanto coño -me dije a mi misma en voz alta.

Moví lentamente el ratón hasta presionar el botón de seguir. Una vez hecho, me aparté del portátil y lo miré desde la distancia.

-Parezco gilipollas, ¿todo esto por un chico?

Seguí mirando la pantalla, y justo cuando decidí marcharme a la cocina me llegó una notificación.
Me acerqué enseguida para comprobar si era lo que yo creía que era. Bien, me había seguido también, un alivio. Lo que no me esperaba es que justo en ese mismo instante me fuera a hablar por la aplicación.

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Raúl:

¿Debería haberle pedido el número a Sara cuando estábamos en la universidad? Sí.
Pero fui tan sumamente imbécil que no lo hice. Por eso me puse contento al ver que me había empezado a seguir. Y obviamente le mandé un mensaje, quería hablar con ella.

Me tumbé en la cama esperando a que respondiera. Pensaba mirar sus fotos, pero contestó enseguida para mi sorpresa.
No esperaba que lo hiciera, ¿o sí? Bueno, supongo. ¿Por qué no debería?
Creo que estuvimos al rededor de una hora hablando. Me contó varias cosas sobre ella. Problemas familiares, sus gustos.. Salieron muchos temas de conversa. Incluso me atreví a preguntarle el porqué me estaba mirando tanto en el descanso. Ella solo me dijo que fue porque estaba absorta en sus pensamientos, lo cual podría ser normal.
No hay un punto exacto para aquello.

-Oye tú, ¿vienes a cenar o qué? -dijo Juan interrumpiendo en mi habitación.

Esa tarde lo estuve ayudando a traer sus cosas y ya le dejé una de las habitaciones.

-Sí, perdona -dije aún hablando con Sara.

Juan me observó desde la puerta y seguidamente se acercó hasta mí.

-¿Con quién hablas?

-¿Yo? Na, con nadie en especial.

-Ya, con nadie.. ¿Y por qué le sonríes tanto al móvil?

Desvíe la mirada hacia él y me senté. Este se terminó de acercar y le echó un ojo a lo que estaba haciendo.

-Con Sara, eh -dijo mientras sonreía y me daba un codazo.

-Sí, ¿y? Es que no le pedí el número de teléfono esta mañana, y aproveché que me siguió para..

-Tonto, me lo podrías haber dicho y yo te lo pasaba. Se ve que ella tenía el mismo interés que tú.

-¿Mismo interés?- dije sin entender del todo bien.

Él se limitó a seguir sonriendo mientras retrocedía hacia la puerta para irse.

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Me levanté con ganas de ir a la universidad. Algo que no a todos les sucedería. ¿Motivo?
Está obvio.
Cogí las llaves del descapotable y me dirigí con Juan hasta el garaje.

-Vamos a llamar la atención de una manera.. Me gusta -dijo acercándose hasta el coche.

-Me lo regaló mi padre por mi cumpleaños del año pasado, un detalle -dije de coña.

-Detalle dice, ya me gustaría.

Ambos nos subimos y nos dirigimos hacia la universidad. Se veía claramente a la gente observandonos como si nunca en su vida hubieran visto un descapotable. Entre esas personas se encontraban Sara y Abril. Estas estaban sentadas en un banco cerca del aparcamiento. Nos miraban sorprendidas. No pude evitar fijarme en Sara. ¿La acababa de dejar impresionada? Posiblemente, eso me gustaba.

Conforme aparcamos nos acercamos hasta ellas.

-Que cochazo tío -me dijo Abril después de saludarnos.

-Es bonito, hay que admitirlo -dijo Sara quieriendo ocultar la sonrisa en su rostro.

-¿Está bonito el coche o Raúl? -le respondió Abril dándole un pequeño golpe a Sara en el brazo.

Sonreí al escuchar aquella pregunta. Sara no tenía interés en los chicos, lo mantenía bastante bien.
No se limitó a contestar. Miró a su mejor amiga y luego me miró a mí mientras sonreía tímidamente.

-Eso es que le pareces bonito -me susurró Juan al oído.

-Eso te lo has sacado de ahí abajo.

Juan cogió a Abril de la mano y se adentraron en la universidad. Sara y yo los seguimos.

-Ay, que tonta que soy. Ayer estuvimos hablando y ni te pedí el número al final -me dijo ella.

-No te culpo, que a mí se me olvidó también. Deja te lo paso -le respondí mientras sacaba mi móvil.

Por fin iba a tener su número. Ahora podría hablar con ella sin problema alguno.

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Sara:

¿Sentía algo por Raúl? La verdad es que ni yo lo sé. No te puedes enamorar de alguien a quién conocistes hace cinco días. ¿O sí?
No,no,no, imposible. Sería demasiado raro.

Ni me atreví a preguntarle la bestialidad de seguidores que tenía en Instagram. ¿A qué se dedicaba? ¿Era por eso por lo que obtenía las miradas de todo el mundo?

Dios sabrá.

La semana fue muy agradable. Hacía bastante que no disfrutaba tanto estando en una clase llena de personas a las cuales no les tenía ni el mínimo interés. Sería por tener a Raúl en la mayoría de ellas. Siempre que coincidíamos en alguna nos sentábamos juntos. Lo que hacía que luego Juan y Abril cuchichearan y sonríeran al vernos juntos.
Tampoco les di mucha importancia, al fin y al cabo era solo un amigo. Pero lo cierto es que disfrutaba cada momento en el que estábamos juntos, y mucho más a solas. Nos permitía hablar de cualquier cosa sin que nos sintieramos observados por nuestros mejores amigos.

Me sorprendí cuando esta mañana Raúl y yo estábamos sentados en las gradas y las mismas chicas que se acercaron a ligar con él el lunes se acercaron a nosotras para hablar con este. Él las miró con asco y me cogió de la mano para llevarnos al otro lado.

Lo agradecí bastante la verdad, pero me sorprendió por el hecho de que a Raúl no le importaba que vinieran las chicas que tenían tremenda obsesión con él a intentar ligar.

Tampoco he podido parar de pensar en el coche con el que he estado viendo llegar a Raúl y a Juan esta semana. Me puse a investigar, y lo cierto es que ese cochazo cuesta un pastizal de cojones. Me daría envidia si no fuera porque yo no sé conducir. Me negué a sacarme el carnet de conducir, y bien que podía vivir sin eso.

Agotada, después de una semana de universidad, me dejé caer sobre el sofá. Me sobresalté cuando me llegó un mensaje de Raúl. Cogí el móvil nerviosa. Cada vez que esté hombre me escribía me ponía así, y no sabía porqué.
Me puse más nerviosa aún cuando vi que me estaba invitando para ir mañana a su casa por la tarde noche a ver una peli.
¿Que si acepté? Obviamente, es mi amigo, ¿por qué no? Ni que fuera a suceder otra cosa..

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No mucho que decir, solo que el tercer capítulo lo publicaré seguramente mañana.

Besitos ^^