18~Un paso más

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Sara:

Ya era una costumbre que nada más llegar a la universidad todas las miradas cayesen sobre nosotros. Pero después de acaparar todas las revistas y noticias existentes fue ya el "boom" de todo.

Muchas chicas me miraban con asombro, admiración, otras con envidia o celos..
Me hacía la idea de que ser una figura pública no iba a resultar fácil, debía ir acostumbrandome.
Uno de mis propósitos, dada la oportunidad de que ese mismo lunes iba a empezar a trabajar con Raúl y su familia, era poder llegar a ser un ejemplo para algunas chicas. Un modelo a seguir. Haciéndoles llegar de alguna manera que no necesitan ser perfectas de cuerpo si eso lleva a un riesgo para la salud.. Un riesgo que cometí y que no quiero que otras pasen por lo mismo, que cometan ese mismo error.

Era algo que debía contarle a Raúl, lo sabía perfectamente. No era tampoco un gran secreto, pero sí algo que me daba pena decir. Incluso me llegaba a dar vergüenza por tal "gilipollez". Una "gilipollez" que puede acabar con tu vida.

En el descanso se me acercaron varias chicas. Me enseñaban la revista (la cual había contemplado esa misma mañana varias veces, lo admito, me encantaba verme ahí), me hacían muchas preguntas e intentaban amigar, en cierto modo. Con algunas coincidía en las clases, con otras me había cruzado por los pasillos y ya me habían estado mirando desde hace casi dos meses..

No me molesta conocer gente de mi edad o hacer amigos nuevos, mientras no demuestren ser bastante interesados.
No sé si se pensaban que por vivir con Raúl iba a ser una puta mantenida. Por favor, nunca necesité a ningún hombre para poder sobrevivir y la palabra "mantenida" no me gustaba en absoluto. Evidentemente hay una gran comparación con el antes y el después, pero si me apetecía comprarme unas botas de Chanel, lo podría hacer perfectamente con el dinero que ganaría a partir de ese día.

Y por supuesto, parte de ese dinero sería invertido en Don Gato, que ahora era como nuestro hijo, o bueno, lo era. Sabía que a Raúl el dinero no le faltaba y no le preocupaba en absoluto. Tenía millones y no le hacía falta trabajar, pero no quería que lo pagara todo él. Repito, la palabra "mantenida" no me gusta. 

Por la tarde, antes de ir a trabajar, llamé a mi madre para ponerla al día (para que luego pusiese a mi padre al día). Me sorprendía que después de todo lo que sucedió con ellos (y entre ellos) hace unos meses no tuviera relevancia ahora y siguiesen como si nada. Tuvieron dificultades pero continuaban juntos

Con eso, llegué a pensar que podría volver a tener algo con Mateo, pero vamos, ¿después de todo lo que pasó? Tendría que estar loca para volver con alguien tan sumamente gilipollas (por no decir otra cosa) como él.

Oh, Mateo, era otro punto. Habían pasado ya días y seguían sin saber nada. No sabía si alegrarme o preocuparme. Mi piso seguía vacío y no sabía que hacer. Lo mejor era venderlo, eso seguro. No quería saber nada de ese piso.

El susto que se llevó mi madre cuando le conté todo.. Poco más y se venía desde Galicia. Me repetía siempre que quería venir a verme, conocer a Raúl, etcétera.. Y yo le prometía siempre que para cuando estuviese libre podría venir, o podria ir yo. Pero claro, para estar libre de todo lo que tenga que ver con estudios.. se iba a esperar otro mesecito hasta navidad.
Mi padre y yo no hablábamos mucho, pero soy su hija, al fin y al cabo también quiere saber que estoy bien y que no cometí ningún error al mudarme con Raúl y tal. Pero supongo que es muy sobre protector, y como me fueron las cosas con Mateo.. no quiere que se repita la misma historia. Y no tendría que preocuparse, porque sabía que con Raúl estaba destinada.

Lo típico de 'estamos unidos a nuestra alma gemela a través de un hilo rojo, que se puede enredar, pero jamás romper' , fue algo que me contó Raúl una noche antes de dormir. Me dijo que lo sentía así y que quería pasar conmigo el resto de su vida, algo que me hizo llorar un pelín, lo reconozco. Las muestras de cariño que tienen conmigo la gente que quiero me hace llorar. Los malos comentarios que puedan decir las personas algunas veces lo ignoraba, no hacía ni caso a esa clase de gente, era algo que hacía ya desde toda esa "gilipollez".

Yo quería lo mismo que él, y se lo hice saber bien. Nunca nadie me había tratado y cuidado tan bien como lo había hecho Raúl, absolutamente nadie. Le hice saber también que estaríamos en las buenas y en las malas, pasase lo que pasase.

Todo lo que estaba viviendo era un paso más hacia un futuro prometedor, eso seguro. Me gustaba como iban yendo las cosas. No podía ser más feliz con Raúl, con mis amigos, con Don Gato.. el trabajo me encantaba. Poder ponerme ropa de marca que jamás imaginé que me pondría (y que tendría), lucirla en una espléndida sesión de fotos que abarcarían portadas de revistas, escaparates.. Definitivamente ya había ganado en la vida. ¿Quién le diría a mi mini yo que llegaría a estar sucediendo todo esto?

Pasé por cosas tan malas en la vida que mi mini yo, la cual se había rendido varias veces, no se lo creería.

Y así, esa semana pasó enseguida. Miradas en la uni, gente que se acercaba a hablar con nosotros, los estudios (se acercaban los exámenes), el trabajo y el tiempo de privacidad que tenía con Raúl al llegar a casa. Hasta que no acabemos la uni, Raúl no asistiría el cargo de su padre en España, puesto que sería mucho trabajo para él, con los estudios tenía suficiente. Así que trabajaba de modelo como yo. El personal que tenía allí era excelente y hacía que me sintiese cómoda. Su padre apareció por allí el miércoles y se le veía satisfecho y contento por su hijo.

Oh, y por si fuera poco, me regalaron unas botas de Chanel preciosas, y traidas desde París. Me encantaban. Mi armario poco a poco se iba convirtiendo en un armario de ensueño. Y más cuando Raúl me llevó a las maravillosas tiendas del centro. Esas que notas el glamour y la elegancia desde fuera. Esas tiendas que quise pisar siempre.


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Necesitaba que este capítulo fuera narrado por Sara para que se fuera entendiendo todo de la manera más clara posible, y su punto era el mejor para ello. Así se podía saber cómo se siente o que piensa después del cumpleaños. Básicamente porque el personaje de Raúl en esta historia está acostumbrado (como se ha dicho varias veces) a toda esa vida y a todos los lujos, fama..

Y ahora se me creó la necesidad de querer y tener unas botas de Chanel, pero la pobreza no ayuda.

Besitos ^^


♡᯾𝘋𝘪𝘮𝘦𝘭𝘰 𝘤𝘰𝘯 𝘶𝘯 𝘣𝘦𝘴𝘰᯾♡ Biyinplay Donde viven las historias. Descúbrelo ahora