LA SIRENA Y EL LOBO + yoonmin

☁05

Convencer a Mac para que le dejara llevar a Maddie con Jimin no había sido fácil, pero Yoongi supo en el segundo que Jimin abrió la puerta que había tomado la decisión correcta. El cuidado y la atención que el veterinario le dio al cachorro fue tan bueno como el que le habría dado su propia sanadora si ella no hubiera muerto en el ataque. El problema surgió cuando Jimin no estaba listo para dejar que Yoongi se llevara a Maddie y se fuera, insistiendo en que necesitaba vigilarla. Yoongi sabía que ella estaría bien durante unas horas, mientras el sedante todavía estaba en su sistema y ella todavía estaba trabajando para curar la peor de las heridas. Pero pronto, su curación anormalmente rápida se haría evidente y el riesgo de que volviera a cambiar comenzaría a aumentar. Tenían que marcharse antes de ese momento.

Jimin encendió el fuego y Yoongi cargó con cuidado a Maddie para que se tumbara en una manta suave frente a ella. Había dos sillones colocados junto a él.

—Siéntate —dijo Jimin—, iré a traernos un poco de té.

Cuando regresó, con dos tazas de té y un plato de sándwiches en las manos, Yoongi estaba arrodillado en el suelo junto a Maddie, acariciando su pelaje para consolarla y canturreando suavemente. No escuchó a Jimin hasta que fue demasiado tarde, el otro hombre le lanzó una mirada extraña. Comprensible, considerando las circunstancias.

—La hemos estado alimentando —trató de explicar Yoongi, odiando tener que mentir—. Quizás fue un error, pero uno de los niños la nombró, y creo que nos encariñamos un poco.

Jimin enarcó una ceja.

—¿Todo eso en los, qué... cuatro días que has estado aquí?

Yoongi se encogió de hombros.

—Necesitábamos la distracción.

Le entregaron una taza y un sándwich, y Jimin se hundió en el suelo con él en lugar de exigirle que se sentara con él en las sillas.

—Cove no es realmente el destino elegido por las familias jóvenes.

Yoongi apartó la mirada y tomó un sorbo de té. Sabía que Jimin comenzaría a hacer preguntas eventualmente.

—Realmente no teníamos muchas opciones.

—¿Tuviste problemas?

La pregunta se formuló de manera uniforme, incluso de manera descuidada, como si Yoongi se desviara, Jimin no presionaría para obtener respuestas.

—Hubo... un conflicto en nuestra familia. Las cosas se fueron al sur, realmente al sur. La gente resultó herida. No tuvimos más remedio que irnos y encontrar un lugar donde no vendrían a buscarnos.

—Puedo ver por qué crees que Cove sería un buen lugar para esconderte.

Las palabras de Jimin fueron cautelosas, pero sabias.

—Sí, esto es tranquilo —murmuró Yoongi, volviendo su atención a Maddie cuando ella gimió suavemente.

—¿Estás a salvo ahora?

La pregunta lo tomó por sorpresa.

—Mantendré a mi familia a salvo. —Daría su vida para protegerlos si fuera necesario.

—Eso no es exactamente lo que pregunté —dijo Jimin en voz baja—. Pero si hay alguna forma en que pueda ayudar...

—Estás ayudando —respondió—. Has ayudado a Maddie, y ni siquiera puedo pagarte por eso.

Jimin abrió la boca para responder, pero Yoongi se le adelantó.

—Sé que es tu trabajo, pero no creo que la gente salga de la calle con lobeznos heridos todos los días.